50

68 12 3
                                    



Todos nuestros sentimientos comienzan por las experiencias, sobrepasa el entendimiento, y termina en la locura. No hay nada en nosotros que sea superior o un conocimiento total que someta a la unidad de pensar, de tomar la experiencia ajena o propia y prever lo que podríamos llegar a hacer o no. Simplemente, nosotros no podemos manejar nuestros sentimientos cuando estos se sienten bajo presión. Nuestro medio de expresión, nuestro medio de lucha o resistencia es el temor, y ante eso la huida.

Salí del lugar, me distancie por un breve tiempo de lo que estaba sucediendo con Christopher. Comencé a correr pero no bastó, no pude alejarme más.

-¡Espera! –gritó Christopher corriendo detrás de mí –espera por favor.

-¿Qué quieres? –me detuve pero no lo miré.

-Tú me pediste respuestas, te las di.

-No era eso lo que quería escuchar.

-¿Y qué querías que te dijera?

-No lo sé Christopher. Tal vez ponerle un frente a lo que teníamos, enfrentarlo.

-Lo estamos enfrentando.

-No, tú lo estas afrontando, yo soy quien lo está enfrentando.

Christopher sujetó mis manos, yo las solté, él las volvió a sujetar –Damian escúchame.

-Te estoy escuchando.

-Pero no me estas mirando. Permíteme decirte la verdad con mis ojos. Mírame y dime que lo que siento por ti es mentira, mírame y busca si hay un ápice de mentira en lo que te estoy diciendo.

-Déjame Christopher –me sujetaba la muñeca, sentía su presión. Me estaba lastimando no solo físicamente, pero...yo también lo estoy lastimando...y una herida emocional es peor que una física.

-Damian por favor, quédate conmigo. Elígeme a mí.

-No tengo que hacer elección alguna Christopher, yo ya tomé mi decisión.

-¿Entonces por qué lloras?

Efectivamente, estaba llorando. ¿Christopher? ¿Graham? Hace días atrás estaba totalmente seguro de lo que quería, totalmente seguro de lo que sentía, ¿Cómo es posible que ahora dude? ¿Quién es Christopher para mí? Miré sus ojos, no había fragmentos de mentiras.

-No sé porque lloro.

-¿Por qué me buscaste?

-No lo sé.

-¿Por qué te detuviste cuando te llamé?

-No lo sé –o sí lo sabía, seguía enamorado de él, seguía sintiendo cosas por él, y me es totalmente increíble el creerlo. No me he olvidado de él, no lo he superado, no puedo dejarlo atrás.

¿Por qué lo haces?

-Porque todavía te quiero –lo dije –todavía siento algo por ti –por impulso –porque no puedo verte así sin que mi corazón se haga ciscos.

-¿Tú me quieres? –preguntó y soltó mi muñeca.

El aire salía de mis pulmones, la burla de mis sentimientos bordea sobre mis ojos, quería gritar. Lo amo todavía y me siento estúpido por amar a más de una persona con esa clase de sentimientos. Si yo amara de verdad a Graham hubiera dejado atrás a Christopher porque lo que quería ya lo tenía, o se suponía que ya lo tenía con él, pero, ¿Por qué? ¿Qué tiene Christopher? ¿Por qué él?

-Sí –lo confirmé –todavía te quiero, todavía no puedo dejar de verte como lo hacía.

-Lo sé –dijo, puso su mano en mi mejilla –sigues mirándome como lo hiciste desde la primera vez que nos vimos, con esos ojos de incredibilidad, de esa manera particular en la que tus ojos se iluminan.

-Cállate Christopher.

-¿No puedo decir lo que siento?

-¡NO! No puedes simplemente hacer lo que hiciste y esperar que te corresponda por segunda vez como ya lo hiciste. No puedo amarte de la manera en la que te ame. Y sí, sé que las personas no se superan de manera objetiva, ni siquiera se superan simplemente por dias o por meses, estás tan dentro de mí y me pones mal. Estoy bien con quien soy ahora, estoy bien con quien estoy ahora...

-¿Seguro?

-Sí, estoy seguro, yo amo a Graham, a ti ya te amé y tú no supiste aprovechar lo que sentía por ti.

-Tenía miedo de mi familia.

-¿Y ahora ya no?

-Ya no.

-Ahora solo porque te diste cuenta que no me tenías. Que me estabas perdiendo.

-Lo sé, y soy un estúpido por tener que esperar a perder las cosas para comenzar a actuar. Cuando te vi esperando a este tipo para irse de viaje, lo odie, te odie y me odie.

-Ya basta Christopher –traté de alejarme pero no me dejó.

-Damian, por favor, quédate.

-No puedo –lo aparté de un empujón y las semillas de girasol se cayeron y se esparcieron por todo el suelo.

-Déjame ayudarte –nos agachamos a recogerlas, nuestras manos se toparon por más de una vez. ¿Quería sujetar su mano? ¿Porqué? Todos esos sentimientos que tenía antes de irme de viaje volvían cada vez que lo veía. De cierto modo quería amarlo, pero no podía, era realmente tarde.

Christopher me sujetó el rostro y me besó apresuradamente, al principio forcejee, pero no lo alejé, me puse a llorar, pero no lo alejé. Luego mi raciocinio me gastó una mala broma, lo aparté y me levanté -¿estás loco?

-Lo siento –dijo aun tirado en el suelo –no quiero perderte.

-Ya lo hiciste Christopher –las palabras salían de mi boca, como cuchillos directo al corazón, cuchillos que me lastimaban a mi también, y lo peor es, no solo que lo lastimaba, si no también que no paraba de hablar, de cierto modo no podía dejarme de hablar una voz dentro de mí que me decía que decir –me tuviste, perdidamente enamorado de ti, pero lo hiciste, me dejaste ir, y yo no quería irme. No puedes pretender que te iba a esperar.

-Por eso me cambiaste con ese idiota.

Enfurecí, me levanté y le acerté un puñete en la boca –no lo vuelvas a llamar idiota, nunca más en la vida. Al menos él estuvo ahí cuando tú decidiste alejarte.

-Pero...

-No hay pero que valga. No hay pero que me interese. No quiero tenerte en mi vida. Quiero que te alejes, que no me vuelvas a hablar. Trataba de no odiarte, pero lo hago, ahora lo hago.

-Damian escúchame.

-No quiero oír nada más de ti.

Me alejé nuevamente, agrediéndolo, lastimándolo, destrozándolo. Él me amaba, yo lo amaba de esa manera disléxica que siempre lo amé y lo seguiré haciendo. Y aunque no crea en el siempre como Luca creía, creeré en el siempre que él me enseñó, que el siempre de alguien, dura una sola vida.

Antítesis De Un Hombre Bohemio #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora