20.

23.6K 1.1K 94
                                    

Otro mes y mis padres seguían de viaje y yo sin poder enfrentarlos, era una cobarde sin remedio.
Mi vida se había convertido en monótona y rutinaria, no hacía otra cosa más que ir a la escuela y creo que mis notas eran las mejores que había tenido alguna vez en mi vida, eso de ocupar mi mente en el estudio había estado funcionando para mí. Alexa había estado conmigo la mayor parte del tiempo y no me dejaba en paz con sus comentarios sobre mi anatomía más delgada y mis enormes bolsas grisáceas debajo de mis  ojos.

De Joseph no había sabido nada durante este tiempo, ni siquiera en los periódicos o por los alumnos a quien él otorgaba becas, era como si Joseph simplemente no existiera más en este mundo y yo estaba un tanto bien con eso, ni siquiera mis padres habían llamado para preguntarme si estaba saliendo con él aún, lo cual no sabía si era una buena o mala señal, algo no andaba en su lugar. Yo estaba prácticamente intentando poner toda mi mente en la escuela y huir de pensar acerca de algo más, aunque aún tenía mucho que hacer, como pensar en cómo afrontaría a mis padres, que es lo que sucedería más adelante y que haría cuando Joseph decidiera tomar parte de la empresa, para ese entonces, yo ya tendría un puesto ahí, aunque al final de todo dependería de él.

Hago un mohín al ver mi comida sin tocar completamente, él hambre se había ido, cuando hace unos minutos era incontrolable. Comenzaba a pensar que algo no estaba bien conmigo después de todo.

La coloco dentro del refrigerador y me dispongo a subir a mi habitación, comería después si llegaba a darme hambre.

Antes de subir el primer escalón hacia mi "cueva" el timbre suena y de mala manera me dirijo para poder abrir.

—Hola—saluda con demasiado entusiasmo Kyle.

No era que no lo quería aquí pero me apetecía pasar un buen rato sola.

—Yo también estoy contento de verte. —añade sarcásticamente al ver que no respondo. Le dejo pasar y me tiro en el sofá sin decir nada.

Habíamos dejado las cosas como amigos con Kyle después de besarnos por primera vez y darnos cuenta que estábamos cometiendo un grave error. Fue gracioso en su momento y preferimos dejarlo ahí, estábamos bien con ello.
—¿Qué quieres? —pregunto de mala manera.

—Tu humor sí que no es bonito ahora, bueno, en realidad nunca. —corrige.

—Eso ya lo sé Kyle. —refunfuño.

—Vamos a salir tu y yo y no voy a dejarte en paz hasta que aceptes Nicole Isabele.

¿Se había atrevido a llamarme por mis dos nombres? Oh sí que lo había hecho.

Maldito.

Tomo un cojín que mi madre usa de adorno en los sillones y este cae justo en su cara.

Buen golpe, buen golpe nena.
Kyle suelta una carcajada fuerte que retumba por toda la casa.

—No quiero salir. —creo que he hecho un puchero y lamentó verme tan patética.

—¿Eso se escuchó como una pregunta? Porque dije que saldríamos, en ningún instante pregunté. Saldremos y punto. —cruza sus brazos y su rostro se torna serio.

¿De verdad haría eso?
Lo miro unos instantes y el me devuelve la mirada con la misma intensidad. Lo estaba desafiando y él sabía que no me rendiría fácilmente.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora