44. (Capítulo Especial).

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Joseph.






¿Qué pretendía alejándome de Nicole? Ella no se enamoraría de mí de esa forma.

Quizá si ayudaba a Michael a incrementar sus utilidades ella pensaría que estaba hablando en serio, por que en realidad estaba haciéndolo. No pensaba dejarla ir nuevamente. No pensaba perderla.

Nicole es mía. Su cuerpo, su mente y su alma me pertenecen.

Tomó el lapicero y juego con el entre mis dedos mientras espero la respuesta de Carlos.

No llama ¡maldita sea! Comienzo a desesperarme. Que parte no entendió de "¿Esto es de vida o muerte?"

Boto el lapicero en mi escritorio nuevamente, este rebota y cae al suelo.

El teléfono suena y lo contesto ansioso.
—Joseph al teléfono. —contesto.

—Hola Joseph. —saluda mi chofer-mejor amigo-

—Déjate de formalidades. ¿Tienes lo que te pedí? —pregunto seco.

Musita del otro lado del teléfono.

¡Como la mierda! ¡Contéstame ya!

—Las cosas no están bien Joseph. —comienza. Siento un estremecimiento recorrer mi cuerpo. —El coche en el que viajabas con Nicole el día del accidente fue modificado.

¿Qué mierda está diciendo? Mis coches cuentan con la mejor seguridad. Pago a los mejores mecánicos para eso. Voy a despedir a quien no haya hecho bien su maldito trabajo.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunto molesto. —¡Habla maldita sea! —presiono.

—Alguien modificó las partes del coche. Los frenos habían fallado ese día, yo estaba manejando Joseph, esto era algo que ya sospechaba. —suspira. —Alguien lo planeo.

—¡¿Quién revisa los malditos coches?!—grito al teléfono. Gruño.

Quien lo haya hecho es el culpable de la muerte de mi hijo.

—Loa frenos no respondían esa vez, pensé que era cosa mía a causa de la adrenalina. Pero mande a hacer una investigación justo como los pediste, el cable estaba ligeramente cortado, y todo estaba planeado para que algo fallara en algún momento. —continúa informándome.

Golpeo duro con el escritorio, el maldito vidrio se estrella y alguno que otro cae esparcido por todas partes. ¡Maldita sea! Me he cortado.

—¿Joseph? ¿Estás bien amigo? —pregunta en seguida con preocupación.

—Si, me corté. —intento controlar el sangrado. Tomo una pequeña
Toalla y la envuelvo en mi mano derecha. —Sigueme informando.

—Creemos que fue Leyla. Hemos encontrado sus huellas y las de alguien más.

Maldita mujer desquiciada por venganza. ¿No pensaba dejarme en paz?

–¿Tienes las pruebas suficientes? Voy a refundirla en la carcel por asesinato. ¡ Ella mató a mi hijo! —mi voz está llena de dolor y de sed de venganza.

Casi pierdo a Nicole también. Pensaba quitarme a las dos cosas más importantes en mi vida.

Le costaría muy caro.

—Me informan que no es suficiente. Debemos reunir más pruebas.

Siento mi sangre hervir. ¡¿qué más pruebas quieren?! Malditos hijos de puta hagan su puto trabajo.

—Quiero una cita con ellos. Leyla tiene que estar metida en la carcel ya.

—No todo está muy fácil.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora