Nicole.
¿Había hecho lo correcto? ¿Alejar a Joseph de mí es la mejor opción? Quizá mi mente lo piensa de esa forma pero mi corazón se siente roto y traicionado. ¿Porque se rindió así de fácil? ¿Qué no dicen en los libros que los chicos luchan por las chicas? ¿Qué lo intentan muchas veces hasta que ella cae? Joseph no ha hecho más que dañarme en los últimos meses de mi vida, desde que lo conocí en la fiesta de Alexandra todo había sido una mierda que solo fluía para mal, pero estaba han encantada y enamorada que me dio igual.
Quizá el alejarme de él había sido lo correcto, pero ¿porque dolía tanto de repente? ¿Porque siento un vacío?
maldito hospital, me hace enloquecer y pensar en cosas que sé que después no tendrán sentido. ¿Qué más da? Nadie se ha muerto por un hombre y no seré la primera persona.
—¿Mamá? ¿Cuándo me dejaran ser libre? —pregunto desesperada.
—Nicole esto es un proceso. —esta sentada al lado de mi padre, quien no me ha dirigido la palabra.
—Ya les dije que no soy una drogadicta, porque no simplemente me creen y terminamos con esta mierda. —miro a mi al rededor, las mismas paredes blancas que he visto el último par de días.
—Ya hablamos de eso. — sé que suena cansada.
No había sido mi culpa terminar aquí, ni siquiera recuerdo que sucedió en realidad, pero no metí mucha droga en mi cuerpo aquella noche, debió haber pasado algo más.
En realidad recuerdo pocas cosas de aquella noche, fue una semana intensa de fiesta noche y día, quizá mi cuerpo recibió muchos altibajos y esta fue su forma de reaccionar.
No quiero ir a un maldito centro de rehabilitación. ¿Qué no entienden eso? ¿Porque nadie logra entenderlo? No tengo problemas con la maldita droga. Yo no hago esa mierda estúpida.
—¿Qué sucedió con Joseph? —está dudando, no sabe si hizo lo correcto al preguntarme.
—Nada. —cruzo mis brazos y suspiro agotada.
—Nikky...
—Mamá, no sucedió nada. No entiendo, antes ustedes simplemente lo odiaban a morir y ¡por Dios! Te acostaste con él. —exclamó molesta.
Mi madre esta ofendida y dolida, lo se por su rostro, esta sería y tiene una postura rígida.
—No tienes porque ser tan grosera. Hemos superado todo ahora Nicole.
—Quizá las cosas no se superan tan rápido ¿no lo crees? —sonrío burlonamente.
La he lastimado. Solo asiente e intenta sonreír. Mi padre no ha dicho nada, pero sé que está molesto también.
—Hablé a la clínica. Te esperan el día de mañana. —es la primera vez que pronuncia algo desde hace un par de horas.
—¡No estoy en las drogas! ¿Entienden? ¡No soy una drogadicta! No necesito estar encerrada bajo cuatro paredes yendo a pláticas que son innecesarias o las mierdas que se hagan ahí. —extiendo mis brazos, agotada y molesta.
—Estamos preocupados por ti.
—¡No lo hagan! ¡Estoy bien! —digo con desesperación porque me crean.
No quiero estar en ese lugar.
—No queremos que vuelvas a lo mismo y la próxima vez sea peor.
—Ya no tengo nada que perder. ¿No lo ven? No tengo porque hacerlo.
—Precisamente por eso Nicole, porque crees que no tienes nada que perder. No tienes algo por lo cual salir adelante. —habla duramente.
Mis ojos arden. Siento las lagrimas, sé que quieren salir. Maldita sea, ¿Porque? Estoy malditamente harta y cansada de llorar.