52.

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Nicole...



Dos meses después.


Joseph y yo estamos de maravilla, mi vida no podría ser mejor.
Es la mejor persona que pudiese encontrar en mi vida.

—Nikky, cielo. —llama en un susurro. —¿En donde estás?

—Aquí. —contesto.

—¿Que pasa? —pregunta acercándose a mi, se inclina y toma mi cabello para que no caiga dentro del excusado.

—Las malditas nauseas nuevamente. —contestó en una mueca.

—¿Nauseas? —pregunta desentendido. —¿Desde cuando tienes nauseas?

—Hace una semana más o menos. —otro arcada seguida de un dolor en el estomago. Pero nada, mi cuerpo no saca nada. —Mierda.

—Tranquila. —susurra acariciando mi cabello. —Estoy aquí contigo nena. Estoy aquí. —su voz es reconfortante para mí y me tranquiliza en segundos.

Me pongo de pie y me mojo un poco la cara.

—¿Te sientes mejor? —pregunta.

—Algo así. Espero mejorar para el final del día, o tendrás que ir sin mi a esa fiesta.

—Mierda no, suelen ser aburridas.—su mueca como un niño pequeño me causa ternura.

Me acerco hacia su mejilla y depósito un beso en ella.
—Tengo que pasar a la oficina solo unos instantes, se que prometí que pasar todo el día juntos, lo lamento.

—Estaré en casa con Kyle y Alexa. —murmuro. —Ve con cuidado. —Beso la comisura de sus labios.

Kyle y Alexa no se encuentran en el apartamento cuando llegó a este, todo está en completo silencio. ¡Bien! Un poco de tranquilidad para mí.

Lleno la tina de baño y pongo algunas cuantas sales, enciendo unas velas aromáticas y pongo un poco de música.

Mi habitación sigue siendo la misma de antes que utilizaba antes de que volviera a casa de mis padres.

Justo después de darme un baño, el timbre del departamento suena y salgo aún con la toalla envuelta en mi cuerpo, y una en la cabeza.

—¿Si? —preguntó cuando abro.

El chico tiene un paquete en sus manos y está mirándome de pies a cabeza.
Me ruborizo enseguida y escondo mi cuerpo detrás de la puerta dejando solo a la vista mi cara.

—Te... Tengo aquí. —deja de hablar y aclara su garganta, está visiblemente nervioso. —Estoy buscando a Nicole Flores.

—Soy yo.

—Tengo un paquete aquí para usted. Podrías firmarme aquí. —deja el paquete en mis manos para sacar un aparato de su bolsillo 

Sonrío aún con el paquete en mis manos, él chico aún parece estar nervioso cuando se da vuelta y camina por el pasillo frente a la puerta de entrada del apartamento.

Busco la nota y no es difícil encontrarla.

"Usa esto esta noche, te verás más hermosa de lo que ya eres, te amo mujer de mi vida.

Siempre tuyo, Joseph. "

¡Dios mío! Este hombre es un amor, y es eternamente romántico a su manera.
Con la emoción corriendo a mil por hora por mis venas corro hacia mi habitación, debo terminar de arreglarme y poder estar guapa para él, pero más por mi.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora