Joseph.
Cinco años después.
Abrazo a mi pequeña y depósito un beso en su cabello, el cabello de Nicole me encanta, es una de las cosas que me atraen de ella. Eso y su culo. Bueno, también eso.
El pequeño Silas está en su habitación justo al lado de nosotros, ahora es un pequeño de cuatro años y es demasiado guapo, inteligente, es claro que tuvo algo que ver conmigo, aunque Nicole diga que no es así ambos sabemos que mi hijo es tan guapo como yo.
El pequeño Lucas de apenas un año de edad duerme con nosotros puesto que mi chica lo ha decretado así."El bebé dormirá con nosotros Joseph, no quiero a mi bebe lejos de mi, por favor" dijo para después comenzar a hacer cosas con su boca justo ahí en mi polla y darme de los mejores orgasmos en la vida.
Cinco años de un matrimonio feliz y no había alguna cosa que quisiera cambiar porque todo es perfecto, me siento feliz y completo con mi familia, arriesgaría cualquier cosa por alejarlos de cualquier mierda o de algún hijo de puta que quisiera hacerles daño.—¿Joe? —ella me habla con voz adormilada sin abrir sus ojos si quiera.
Me acerco a ella y depósito un beso en sus labios.
—Estoy aquí pequeña. —susurro.
Ella dice algo que no es entendible y vuelve a dormir acurrucada en mis brazos.
Es la vista más bonita que tengo, ella junto a mí y su respiración acompasada y tranquila, podría ser un ángel, tan guapa y llena de paz.
Cada que el tiempo pasas a Nicole le sienta mejor, su cuerpo se acentúa más y su culo como sus pechos se ven mejor al paso de los años, la edad adulta le ha sentado muy bien y que se diga de la maternidad, mi parte favorita es cuando ella está cachonda todo el tiempo y quiere follar en prácticamente todas partes.A la mañana siguiente Boy aparece ladrando, ahora duerme con Silas porque se han convertido en grandes amigos, ladra hasta que abro completamente mis ojos y le presto atención. Lo coloco en la cama para que pueda despertar a Nicole, quien lo hace minutos después y atacada de la risa, se ven muy tiernos juntos.
—Buenos días nena. —sonrío acercándome para besarle la comisura de sus labios.
—Mmmh Joseph. — musita adormilada. Su voz aún es ronca y mañanera pero sigue siendo sensual. Maldita sea ¿cuando voy a dejar de desear tanto a esta mujer?
—¿Si nena? —pregunto centrando mi atención en ella. Me coloco encima colocando mis brazos en ambos lados, rozó nuestras narices y ella sonríe llena de ternura.
—¿Joe? —pregunta alejándome de sus labios después de varios minutos besándola. La observo y sé que está teniendo una lucha en su cabeza. —¿Haz hecho algún pacto con el demonio? —pregunta con mucha seriedad.
Muerdo mi mejilla por dentro para evitar echarme a reír con ganas. La miro frunciendo el ceño, intento estar igual de serio con ella.
—¿De que estás hablando Nicole?
—He estado leyendo que cuando haces algún pacto con un demonio tu cada día te vuelves más joven. —continúa mirándome, analizando mi rostro.
—¿De donde has sacado eso nena?
—Mmh sucede que jamás envejeces, por Dios Joseph casi tienes treinta y seis años y luces mejor que la mayoría de chicos a mi edad. —sus manos se deslizan por los bíceps de mis brazos.
Arqueo una ceja.
—¿Es así?Vaya nena, me haz halagado mi maldito orgullo y ego.
—Estás tan guapo Joseph. —susurra mordiendo mi hombro.
—Bueno quizá y si haya hecho algún trato, mi alma a cambio de ser un maldito Dios del sexo. —gruñó esta última parte mientras hago cosquillas en si estómago, ella se echa reír a carcajadas.