3o.

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Nicole.






Había pasado toda la semana en brazos de Joseph, teniendo mucho sexo del bueno por todas las partes de la casa, oh airamos todo. Pobre Alexandra, mejor que no lo supiera o se morirá del asco, quizá.
Sus padres habían aceptado bien el embarazo para sorpresa de todos, Kyle estaba asustado completamente pero al ver que el padre de Alexandra no lo había asesinado se relajó inmediatamente. Ahora ellos iban a vivir juntos o al menos lo intentarían. Ambos estaban emocionados, Alexandra tenía más de un mes ahora y tenía unos síntomas espantosos, lucía demacrada, pero aún con ojeras y demasiado delgada, a pesar de tener una pequeña barriguita de embarazada, continuaba siendo guapísima.

—Entonces Nikky ¿Nos acompañaras cuando sea la hora de conocer a nuestro bebé? —Kyle sonríe tomando la mano de Alexandra, esta parece estar nerviosa con las caricias que hace él en ella.

—Creo que lo haré. —les guiño un ojo a ambos.

—Queremos que seas madrina. —ambos me miran esperando una respuesta. Sonrió asintiendo varias veces. ¡Por supuesto que lo sería! —De acuerdo.

—Aún falta mucho para que nazca, no podemos estar hablando de estas cosas.

—Si podemos, me hacen sentir que será todo bonito una vez que haya pasado el dolor de dar a luz. —comenta Alexandra arrugando su nariz. Me levanto y camino a la cocina. —Hey, tú culo está creciendo.

¿Qué?

Me volteo y Kyle suelta una carcajada.
—Lo está haciendo, si.

—¿Mucho ejercicio con Joseph?

Estoy sonrojada hasta el último nivel. ¿Desde cuándo ambos hablaba así? La paternidad les estaba afectando, no podían educar a un niño hablando de esa manera. Pero gracias a Dios tendría una tía que había aprendido buenos modales. Por supuesto, esa tía soy yo.

—Ambos, cállense el bebé está escuchando.

—Apenas es una cosita chiquita Nicole, él no sabe de qué estamos hablando. No lo sabes ¿cierto chiquitín? —está hablando con la barriga de Alexandra y eso es algo muy tierno. Ella sonríe mirándolo ensimismada. —Bien, tu tía está exagerando, lo sabía. —finaliza su conversación con su hijo.

—¡Dios! —murmuro riéndome.

—¿Desde cuando esa seriedad y el sonrojarse?

Me encojo de hombros, no tengo idea de que habla. Yo seguía siendo la misma.

—Creo que Joseph te ha cambiado Nikky, y no sé si me gusta eso.

—No he cambiado, sigo siendo la misma todo el tiempo.

—¡Hazta mejoraste tus notas en la escuela! ¡Eso es como el fin del mundo! Y estás buscando un trabajo, esto es increíble.

La fulmino con la mirada.

—Solo iré por ese helado de L a nevera que está esperándome.

—Últimamente comes por dos personas —se burla.

—Tanto esfuerzo en mi educación me ocasiona bastante hambre. —me defiendo.

Escucho el sonido de mi teléfono. Alexandra responde y la cara que pone me dice que no son buenas noticias.

—Tu padre Nikky.

Mierda.
Cojo el teléfono y contesto de mala gana.

—¿Qué sucede padre?

Él suelta una risa sínica del otro lado.
En una semana te llegaran los papeles necesarios para que vuelvas a las prácticas, es algo legar Nikky, no puedes decir que no o estarías en grandes problemas. Debes devolvernos la empresa Nicole, nos lo debes.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora