La luz lastimaba mis ojos obligándome a abrirlos. ¿Cómo había llegado hasta aquí? Lo último que recuerdo es estar dormida en el asiento trasero del coche de Joseph.
¡Joseph! ¡Dios! Debía estar es bastantes problemas y tenía que buscar una manera de solucionarlos. No me gustaba estar peleada con Joseph.
Una pastilla y una charola con desayuno están en el buró.
¡Comida!
Me dedico a comer todo lo que hay en la charola y termino satisfecha. Tengo bañarme y bajar, ¿qué pensarían los padres de Joseph acerca de mi? ¿Y si ahora me odiaban?Bajo después de ducharme y hay un silencio pulcro. ¿En dónde estaban todos? Los quejidos de Jess se escuchan bajando la escalera, la miro y aún está en pijama. Pone su mano en la cabeza y se queja nuevamente del dolor.
Bienvenida a la cruda realidad Jess.
—¿Sabes en dónde están todos?
Niega haciendo muecas de dolor.
—En realidad si sé. Papá y Joseph se han ido con unos amigos, y mamá se reúne con sus amigas también cada jueves.—Solo estamos tú y yo —suspiro con una sonrisa. —¿Ya has desayunado? Puedo hacer un postre o algo así, es decir —rasco mi cabeza —no tengo mucha práctica, pero mi nana me ha obligado a tomar clases de cocina.
Ella rie.
—Eso ha sido buena idea de su parte. Vamos, te ayudaré.(...)
—¿Qué es lo que huele tan rico? —la madre de Joseph entra en la cocina sorprendiéndonos. Doy un saltito y termino de sacar el pastel del horno.—Ha sido idea de Nikky, y realmente huele bien ¿a que sí? —sonríe Jess. Si madre se acerca y olfatea nuevamente.
—¡Me muero por comerlo!
—Tendrá que enfriarse primero —susurro muerta de pena. Esperaba que el dichoso pastel hubiera salido realmente bien. Era la tercera vez que horneaba algo.
Joseph y su padre entran segundos después y dejan unas mochilas a la entrada. El padre de Joseph saluda a su madre con un beso y yo suspiro. En realidad se amaban, y no podían dejar de demostrarse cuanto.
Joseph me ignora. Una punzada en mi corazón y bajo la vista mordiéndome el labio. Tengo que reprimir las ganas de llorar.
Parece que nadie lo ha notado excepto por Jess que me hace un que dice "ignóralo, pasará", si sus padres han notado algo han sido discretos, lo cual se los agradecía.
Toma un poco de café caliente y se sienta en el comedor junto a los demás. Parecían una familia feliz. Comienzo a sentir como si sobrara aquí, a pesar de lo amables que ellos eran.
—Tengo que llamar a mis padres —miento y me excuso.
No llores, no llores.
Cierro con cuidado la puerta de la habitación.
Un buen baño siempre deja ir todo con el. Lleno la bañera con agua caliente y echo algunas sales y esencias, la espuma aparece inmediatamente.
Me quito mi ropa y me sumerjo en el agua, colocó música en mis auriculares. Don't Dream Is Over comienza a sonar y mi cuerpo entra en estado de relajación automáticamente.
Una canción tras otra, y después otra, hasta que comienza a darme frío y sé que es hora de salir. Es hora de volver a la realidad.
—Joseph —susurro.
Esta sentado en la orilla de la cama.
Me mira y después desvía su mirada. No entendía que sucedía con él y su comportamiento. Jamás pensé que se enfadara tanto por salir con su hermana durante la noche de ayer.