36. (Capitulo Especial).

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Joseph.






La necesito. La malditamente necesito en mi jodida vida.

Con su carácter y personalidad le daba algo de paz y alegría a mi vida, había dejado de ser una persona monótona y había pasado a ser alguien que sonreía todo el tiempo. Y aunque me había dado cuenta demasiado tarde, cuando ya la había perdido, es bueno reconocerlo.

Nicole se había convertido en mi vida.

Y ahora que no estaba conmigo algo no encajaba, algo no se sentía bien. Estaba vacío. 

Acomodo mi corbata. Mierda olvidé cómo hacer esto, la persona que lo hacía era ella.

Decidí no llevar corbata no sé hacer el jodido nudo. Puedo hacer negocios y hacerme millonario en menos de una hora, dominar un enorme número de trabajadores y romperle el corazón a una chica pero no un jodido nudo de corbata.

Que se jodan las corbatas. Porque yo ya estoy jodido.

Estoy por salir, mi chofer está esperando.

Una melena rubia entra en mi habitación. Bien, ¿quién se había creído? Había sido solo sexo, no la quería en mi jodida vida.

—Hola. —sé que está intentando sonar "sexy" y anoche con mucho alcohol en mi cuerpo había funcionado, más no hoy. —¿Porque te duchaste sin mi?

—Tengo que salir.

—Hemos pasado la noche y mayor parte del día juntos, mínimo merecía eso. —reclama haciendo un patético puchero.

Escondo mi cara de asco.

—Tengo que salir. —repito, comienzo a exasperarme.

—Llévame contigo. —se enreda en mi cuello y en mi cuerpo.

—Es algo de negocios.

—Puedo ser buena compañía, lo prometo. —refunfuña.

Bien. No le hacía daño a nadie ¿No?  Si iba conmigo Nicole quizá reaccionaria de alguna manera y sería el momento indicado para hablar.

Solo espero que Nicole aparezca por ahí.

Es cierto que no había sido invitado, pero ahora era el dueño de su empresa, claro que me las ingeniería para conseguir una invitación. Nicole tenía que verme ahí.

—De acuerdo, pasaremos a tu apartamento para que puedas asearte.

Ella asiente rápidamente.

Si esperaba más de mí se llevaría la ingrata sorpresa de no ser así.

—Vaya Joseph, nunca había asistido a una fiesta como esta.

—¿Tus otros clientes no son de la clase alta? —contesto de mal humor.

Me mira indignada. La ignoro. Esconder que es una puta no sirve en algo.

No dice nada después de eso. Bien, no tengo ganas de entablar una conversación con ella.

Veo aparecer a Michael el padre de Nicole, parece querer acercarse a mí, ya sé que no estoy invitado pero su compañía ahora es mía. Tiene que aceptar que esté aquí. Creo que lo piensa mejor, y bien jugado, no puede armar una escena aquí. Hay muchas personas entrando y saliendo de diferentes habitaciones, pero no hay nada de Nicole.

Una furia crece en mi.

La comida es servida, llevo a la morena mujer colgada a mi brazo como si su vida dependiera de ello. Le cedo el asiento y me coloco a su lado.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora