48.

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Nicole






Joseph me mira unos instantes y después vuelve su vista hacia su teléfono.

Quiero que me toque.

Quiero sentir su boca sobre la mía, su respiración cerca de mi, sus labios atacando mi boca, buscando lugares nuevos en mi cuerpo, aunque él ha conocido ya todo de mi.

Cruzo mis piernas, mi sexo palpita porque quiere ser tocado por el hombre a mi lado.

—No voy a tocarte Nicole. —me mira unos segundos. Parece que ha adivinado mis pensamientos.

Muerdo mis labios, mi respiración se agita.

Está hablándome.

Y diciendo que no va a tocarme.

—¿Porque? —preguntó inconscientemente.

Mierda.

Me doy un golpe mentalmente, eso no era lo que quería decir.

—No quiero que lo hagas. —corrijo en seguida.

—Estás desesperada por un toque mío. —lo dice casi en forma de burla.

Me molesto en seguida. Maldito hombre egocéntrico.

—No has dejado de moverte, tu cuerpo te traiciona Nicole. —su mirada de detiene en mis pechos unos segundos, los cubro rápidamente. — Tus pezones están erectos.

Aborrezco el momento en que decidí que un bralett era la mejor opción para el día de hoy.

Acomodo mi falda rápidamente y vuelvo las manos a mis pechos tratando  de cubrirlos. 

Se acerca unos centímetros más  hacia mi.

—Mierda. —susurra y apenas le escucho.

Se aleja rápidamente como si estar cerca de mi fuese algo tóxico.

No vuelve a hablarme después de eso.

Desilusionada, con el corazón roto y llena de cólera bajo del coche segundos después de él.

Su casa es diferente ahora, y esto no parece ser dentro de la ciudad. ¿Cuando ha adquirido esta propiedad?

La observo detalladamente mientras me encuentro caminando hacia la entrada principal.

Tiene jardines hermosos y una fuente muy bonita y colorida hacia el fondo.

La puerta está hecha de una muy buena madera y tiene acabados que le hacen lucir de la Edad Media, era lo único porque en la demás apariencia, la casa parecía estar realmente muy moderna, entre una mezcla de comodidad y lo último en tecnología.

No creo que alguien alguna vez sea capaz de entrar aquí por la fuerza y entrar para robar algunas cosas. ¿Porque estoy pensando en eso si quiera?

Joseph me hace una seña u camino lo más rápido que mis pies me lo permiten hacia él.

—Voy a indicarte en donde dormirás. —me dice antes de dar media vuelta. Comienzo a seguirlo hasta que él para frente a una puerta blanca. —Aquí. —abre la puerta y una habitación del mismo color se deja ver.

Enamórame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora