Nicole.
Entro al apartamento, me dejo caer detrás de la puerta y junto mis rodillas con los brazos, mi vestido se rasga en el intento por hacerme bolita. Limpio mis lagrimas una vez más y mis dedos se llenan de delineador color negro.
Maldita sea. Maldito Joseph.
Sollozo una vez más mientas recargo mi cara en mis rodillas.
—¿Qué sucede nena? —Alexa con una barriga de casi siete meses de embarazo se acerca a mi—. ¿qué es lo que sucede Nicole?
Niego despacio y susurro. —No sucede nada Alexa, estoy bien, es el embarazo.
—Sabes qué sé cuando estás mintiendo ¿Es así? —sonrío ligeramente. —Entonces quiero que me cuentes.
Se sienta en el sofá más cercano a mi. Apenas y la miro.
—Me encontré a Joseph. —susurro y mi voz vuelve a temblar nuevamente.
—¿Y qué sucedió? ¿Sigue insistiendo?
Asiento. —Bastante. Me ha retenido en su coche durante algunos minutos. Me dijo que quería hablar.
—¿Qué le has dicho? —pregunta curiosa. —¿No crees que también puede tener una segunda oportunidad?
—No. —contesto con coraje—. No se merece nada Alexa, no vuelvas a repetirlo.
—¡Es el padre de tu hijo! —grita.
—¡maldita sea! ¡Créeme que lo sé! —extiendo mis manos al aire y después las llevo a mi cabeza. —Por favor dejemos el tema atrás.
—Lo siento. —suspira la rubia—. No quería que comenzáramos esto, solo estoy dando mi opinión.
Muerdo mi labio. Tengo que dejar mi orgullo atrás.
—Yo lo siento ¿de acuerdo? Es solo que aún no estoy lista, no puedo perdonarlo aún. Me temo que no sé si algún día sea capaz de hacerlo. —me acerco a ella y la envuelvo en un abrazo fuerte. —Te amo.
—Vamos a dormir.
Asiento. —¿Kyle está durmiendo ya?
Niega.
—Se ha quedado en casa de sus papás, discutimos. —hace una mueca y baja su mirada. —Pero por la mañana hablaremos de eso, ahora necesitamos dormir. —come ya rápidamente como si leyera mi mente.—¡Déjame en paz! ¡Maldito! ¡Aléjate de mi! —los gritos de Alexandra hacen que abra mis ojos.
La luz del sol se cuela por la ventana y me levanto molesta.
Esa chica necesita callarse de una buena vez. Y necesito ver que está sucediendo con ella.
—¡Suéltame imbécil! ¡No quiero tus besos si la besaste a ella! —Kyle sujeta a Alexandra y creo que es en contra de su voluntad, ella intenta luchar por alejarse de él—. ¡Suéltame! —grita con su aguda voz.
—¡Basta los dos! ¿Qué está malditamente sucediendo aquí? ¿Porque me despiertan de esta manera? ¡Son unos monstruos! —grito alzando mis manos.
—¡Kyle es un estupido! ¡Me ha engañado Nikky! —Alexa se suelta a llorar mientras el moreno intenta consolarla.
Coloca mis manos sobre mi cintura, siento la furia emanar a gran cantidad de mi. ¿Cómo había podido Kyle engañar a mi mejor amiga? Si ella no hacía algo definitivamente yo lo haría.
Malditos hombres.
—¿Eso es cierto Kyle? —me acerco a él. Mi mano está echa un puño y lo sostengo frente a su cara, que sepa que está en un gran problema—¿Es cierto? —repito esta vez más fuerte.