Nicole.
—¿Aceptas a Nicole Isabele Flores como tu esposa? —pregunta el sacerdote.
Lo que siento dentro de mi es inexplicable, estoy llorando de toda la felicidad que siento. No puedo creer que después de todo lo que pasamos simplemente estemos casándonos, estamos haciendo un vínculo que durará toda la vida. Estoy casándome a mis casi 20 años con un hombre que está cumpliendo treinta y tres el día de hoy y quien me está haciendo la mujer más feliz del mundo.
Y jurabas que jamás te casarías.
Hace casi dos años que jamás hubiese pensado esto. Y hace un año que estaba destrozada por él pero ahora todo ha valido la pena. Los obstáculos que hemos tenido que pasar y todo lo que conspiró para que este momento pasara, a veces me hace creer y estoy completamente segura de qué hay un destino para cada quien. Que ahí afuera hay una persona que marcará tu vida para siempre, quien será el amor de tu vida, tu primer amor, y hay otras más quienes solo estarán por tiempos temporales en tu vida y te harán aprender una serie de cosas que en un futuro te servirán, es como la vida y el universo funcionan, siempre en sincronía con cada cosa qué pasa en cada momento. Es simplemente magia.
—Puede besar a la novia.
Joseph está ansioso. Está tomando y apretando mi mano con fuerza, pero sin lastimarme. Llevo un vestido simple y sencillo color blanco, que se pega a mi cuerpo. Me toma de la cintura, por que ahora llevo casi cuatro meses de embarazo y mi abdomen comienza a sentirse y verse más abultado cada día qué pasa. Y es lo único que nos separa unos cuantos centímetros para poder besarnos.
Una canción comienza a sonar, estoy tan nerviosa que creo distinguir a Paramore cantando "The only exception". Joseph lleva su mano a mi cuello y me besa, dejándome saber cuánto me ama y lo feliz que está, escucho que los demás comienzan a aplaudir pero eso es algo lejos. En lo único que me concentro es en él, besando mis labios, rodeando mi cintura con sus manos, sintiendo su lengua acariciar, jugar y comenzar una guerra con la mía, una guerra que no pensaba perder.
—Eres mía. —susurra aún con sus labios junto a los míos.
Sonrío y vuelvo a besarle.
El sonido de aplausos ahora es más audible y comienzo a sentirme nerviosa, nerviosa y excitada porque este hombre frente a mi a logrado eso con tan solo besarme.Lo siento, las mujeres embarazadas tenemos las hormonas trabajando las veinticuatro horas del día y todos los días de la semana y Joseph sabe hacerse cargo de eso.
La canción sigue tocando, ahora estoy completamente segura. Miro a Joseph y me susurra al oído. —Nuestra canción nena. —me guiña un ojo al terminar la oración.
Sonrío embelesada por este hombre. ¡Jesus! Es perfecto. Es simplemente perfecto, más con ese traje blanco fino y su barba recién afeitada, su cabello lacio perfectamente peinado, sus ojos con destellos de felicidad. Simplemente no puedo creer que este más guapo que nunca. Recuerdo que solía pensar en que podría ser modelo de Vogue y mi pensamiento no ha cambiado, Joseph puede ser modelo de Vogue.
Todas las personas a las que amamos están aquí con nosotros, reunidas y felices de que después de todo estemos juntos. La madre de Joseph me saluda sonriente y llorando, quiero suponer que es de felicidad, mi madre está maravillada con el vestido que elegí y también suelta alguna que otra lagrimita.
Veo sus caras de felicidad, felicidad porque Joseph y yo estamos casados finalmente, después de todo lo que hemos pasado.
—Dejemos esto y escapemos. —susurra en mi oreja una vez que salimos de la iglesia. —Necesito tenerte para mí solo, por favor. —su voz se ha tornado sensual y llena de deseo.