Narra Julian.
Y aquí vamos de nuevo. Hoy es uno de esos días en que no tengo ánimo de nada, pero qué más da, es lunes, creo que es común que esté tan vacío por haberme desvelado, por no haber dormido lo suficiente por la noche, hablar hasta tarde con los chicos, simplemente porque es lunes, y hoy hay escuela. Si... Tiene que ser eso... Por favor que sea eso.
Finalmente despejo mi mente; trato de mentalizar que será un buen día, tiene que serlo. Me quito las sábanas de encima y me siento en la orilla de la cama sólo en calzoncillos. Suspiro y trato de mejorar mi actitud, pero nada me quita lo pesimista al parecer. Nada ni nadie. Justo antes de levantarme de la cama, escucho a Mirjam gritar desde la planta baja.
—¿Julian? Bebé, ¿ya te levantaste?
—Si. —respondo cortante y un poco enfurecido. ¿Por qué diablos me sigue llamando así? En fin... Para qué le reclamo, finalmente nunca me hace caso o creo que se le olvida. Me levanto por fin y me dirijo a la ducha. Excelente, el agua está helada... Típico de las 5:30. Esto apesta.
Me visto rápidamente; ropa interior, una camisa blanca cuello V, unos jeans negros y cualquier par de tenis. Listo; me urge salir de casa de una vez. Bajo las escaleras corriendo con mi mochila colgando del hombro izquierdo; "¡mierda!", exclamo al darme cuenta de que he olvidado algo importante. Regreso a mi habitación y del cajón del buró tomo mis cigarrillos y un encendedor. Bajo de nuevo y a punto de salir escucho nuevamente la voz de Mirjam.
—Julian, cariño, ¿ya te vas? ¿No vas a desayunar?
—No gracias.... Me veré antes con Jobke. —miento.
—Oh... Está bien —estoy por salir por la puerta cuando me interrumpe una vez más—. Oye, cuídate, ¿sí? Márcame cuando llegues a la escuela y cuando vengas para acá. Y nada de fumar, ¿oíste?
—Por favor, tengo diecisiete, casi dieciocho años. —digo con un poco de fastidio— Debo irme, se me hace tarde. Adiós. —finalmente parto del lugar.
Comienzo por caminar en la acera y varias cuadras más tarde me detengo. Espero un tiempo hasta que pasa el autobús de Kudelstaart a Amstelveen y lo abordo. Como de costumbre me siento hasta atrás junto a la ventana para distraerme con el paisaje que siempre es el mismo. Bien, creo que no puede ser más aburrido esto. Tomo mis auriculares, los coloco en el celular y comienzo a escuchar música. Así pasaré los próximos cuarenta o cincuenta minutos hasta llegar al colegio. Las ansias me consumen y muero por prender un cigarrillo, pero si lo hago el conductor del autobús me echará y no llegaré al colegio como en otras ocasiones.
Bien, creo que podré esperar.
Finalmente se detiene el bus frente al Amstelveen College. En cuanto bajo, saco un cigarrillo y desesperadamente lo enciendo. En realidad, es algo estúpido hacerlo, porque de igual forma no me permitirán entrar fumando. Me quedo unos minutos afuera aún después de que la chicharra de inicio de clase suene. Mi teléfono comienza a vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón; Jobke me llama.
—¿Qué pasa?
—¿Que qué pasa? ¡Pasa que no has llegado!
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Watch Me Go
General FictionMira cómo me voy. Las cuatro palabras que mejor resumen su vida. -PROHIBIDA LA ADAPTACIÓN- Atención: esta novela NO ES UN FANFIC; unicamente se hace uso de los nombres y fotografías para algunos de los personajes principales. ¡Gracias por leer! #3...