Capítulo 4

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Narra Julian.

Entre compañeros, maestros e incluso mis propios amigos no dejan de molestarme con este asunto de la chica nueva. Si, quizás todo está yendo distinto con ella, no como suelen ir las cosas con las chicas y eso, pero tampoco es para tanto.

Probablemente es su carácter el que me hace sentir diferente con ella; es arrogante y complicada. Podría decir que tiene un ligero parecido a mí.

Desde la mañana algo me ha motivado; quizá no he prestado suficiente atención a las clases, pero al menos he asistido a diferencia del día anterior. Me he disculpado con la profesora de Cívica, en todo el día no he tocado un cigarrillo, y bueno, quizás no lo he hecho por completo, pero he sonreído, aunque sea un poco. Probablemente ese ha sido el mayor logro del día.

Al salir a clase de deportes con los chicos me he atrevido a correr la distancia que el profesor ha ordenado. Con un poco de dificultad he tratado de seguir las indicaciones; todos se han sorprendido en realidad, incluso yo mismo. Nunca me había sentido tan bien hasta ahora.

—Hey hijo, ¿estás bien? —cuestiona el profesor un poco preocupado al ver que me detengo en seco a mitad de la pista— ¿Seguro que puedes continuar?

—Creo que si —respondo entre jadeos, agachado, sosteniéndome con las manos en las rodillas y tratando de recuperar el aliento. No resisto mucho, pero hago lo que puedo. Mientras descanso un poco, noto que ella me está observando; levanto la mirada y le sonrío. Me mira con ¿ternura?; y gesticula algo con la boca como tratando de decir algo: parece que me ha dicho ''vamos, sigue corriendo'', y me señala la pista desde donde se encuentra. Aún estoy algo agotado y ella no sabe que no tolero el ejercicio, pero aun así me da por continuar y retornar a correr. No porque ella me lo diga, sino porque igual tengo que hacerlo... Un par de minutos en carrera y no aguanto más, me duele el pecho y el aire no me alcanza en los pulmones al llegar al otro lado de la pista; Jobke se detiene junto a mí y seguido de él, Tim y Jurre.

—Hey tranquilo... respira. Tómalo con calma hermano. —escucho de uno de ellos. No levanto la cabeza. Mi mirada comienza a nublarse, de verdad no logro respirar; mi corazón pasa rápidamente de estar agitado a casi detenerse por completo. Sin darme cuenta, en un segundo casi caigo al suelo. Los chicos me sostienen y me llevan al banco más próximo, donde me sientan; logro escuchar que el profesor cuestiona cabreado ''¿hey, por qué no están corriendo?'', pero no dice nada más: al parecer ya notó que ocurre. Escucho que alguien se acerca y toma mi mano por la muñeca.

—Su pulso está bajo... Llévenlo a la enfermería, ¡rápido! —ordena un sujeto, no veo claro de quien se trata. Me siento un poco adormilado; ahora que lo pienso no estuvo bien seguir corriendo. Creo que han sido Tim y Jobke quienes me han sostenido para tratar de hacer que camine.

—Hey Jurre, márcale a Mirjam, dile que venga tan pronto como pueda... —dice Tim y siento como empiezan a vaciar los bolsillos de mi pantalón. Él toma mi teléfono.

—¡No le marques! —exijo; trato de quitarle el celular de las manos, pero no lo logro. Quiero liberarme del agarre de los chicos para evitarlo todo, pero ellos me sostienen fuertemente— ¡No lo hagas! ¡No te perdonaré si lo haces Jurre! ¡Ni a ustedes! —ruego. Trato de seguir luchando, pero no puedo más, estoy débil.

Llegamos a la enfermería del colegio y convenientemente cuentan con un tanque de oxígeno y una mascarilla; creo que los tienen desde que comencé a estudiar en el plantel. Entramos al cuarto y me sientan en la camilla, unos minutos más tarde entra un hombre de unos treinta y cinco años, los chicos se ven obligados a salir del lugar y tras hacerlo cierran la puerta. Procuro mantenerme tranquilo, y trato de respirar con normalidad, aunque parece una tarea imposible.

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