El jueves me encuentro algo inquieto; después de todo, los acontecimientos del último mes aunados a los de esta última semana, con relación al comportamiento de Tobías y Katherine, me hacen tener ciertas sospechas que, aunque terminasen en hechos, estos serían poco relevantes para mí, pero de igual forma se convertirían en un dolor de cabeza extra.
—Yo... No te lo dije, pero con quien peleé ayer, fue Tobías. —tomo asiento frente a Katherine para la primera clase e inicio espontáneamente una conversación, esperando obtener cualquier indicio que refute mis teorías.
—Debí imaginarlo. Creo que es imposible que él esté herido si no es por ti, o por cualquier situación relacionada contigo.
—¿Lo viste ayer? —respondo de manera apresurada, ignorando por un instante que ella prácticamente me ha culpado por lo ocurrido— Oye, espera, ¿por qué diablos intuiste que se trató de un conflicto entre nosotros, y no de cualquier otra cosa, la razón de las lesiones de ese patán?
—Bueno, para empezar, creo que no tengo por qué explicarte nada sobre mis acciones, pero, por otro lado, supongo que si quiero evitarme toda esta clase de preguntas...
—¿Qué?
—Antes que nada, quiero pedirte que no me juzgues, y, aunque lo hagas, ten por seguro que me importarán un comino tus comentarios.
—Ajá, claro, ve al grano.
—Sí, ayer vi a Tobías durante el receso, y he hecho tal cosa durante el último mes. Tú, que extrañamente dices estar interesado en mi amistad, o lo que sea, acertaste al pensar que he pasado mucho tiempo con él. Lo único que no es cierto, es esa idea tuya de que Tobías me pone en tu contra. Tú eres el que hace que mi perspectiva sobre ti empeore.
—Carajo... No hablas en serio.
—Incluso podría concluir que, quien habla mal sobre alguien más para asustarme, eres tú. No entiendo qué te hace odiar tanto a Tobías, cuando él parece ser mejor persona que tú, y por mucho.
Miro incrédulo a Katherine: parece que alguien ya ha escuchado demasiado a Curwen. Ella no sabe con quién se está metiendo.
Ahora está más que claro qué es lo que ocurre.
—No todo lo que brilla es oro, Katherine —cruzo los brazos y me recargo en el respaldo de la silla. Volteo hacia la derecha para evadir su mirada, y termino viéndola por el rabillo del ojo—. No todo lo que brilla es oro. —repito con detenimiento.
—Tú qué sabes... —murmura.
—Más de lo que me gustaría saber. —a la brevedad, el silencio se presenta, incómodo.
—Ya sé por qué actúas así. ¿Quién te lo dijo? ¿Jurre? ¿Tim? ¿O quizás Jobke lo supo sin que me diera cuenta y te lo informó?
—¿De qué demonios hablas, mujer?
—Debe ser eso.
—¿Qué cosa?
—Estás celoso. —suelta con seriedad; con un tono similar al de una adolescente justificándose con su padre tras ser reprendida.
—¿Qué estupidez estás diciendo? —me levanto de mi lugar. Eso si que me ha molestado.
—Oh vamos, no lo finjas más; sabes que Tobías y yo somos novios. —con que de eso se trataba...
—Me importa una mierda. —expreso sin pensarlo mucho y tomo mis cosas para salir del aula. Esta maldita charla nos distrajo lo suficiente como para no notar que la maestra Jenny Wish se ha ausentado otra vez.
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Watch Me Go
General FictionMira cómo me voy. Las cuatro palabras que mejor resumen su vida. -PROHIBIDA LA ADAPTACIÓN- Atención: esta novela NO ES UN FANFIC; unicamente se hace uso de los nombres y fotografías para algunos de los personajes principales. ¡Gracias por leer! #3...