Capítulo 8

2.3K 119 1
                                    

Las semanas pasaban y todo seguía normal, Jack seguía a lo suyo con sus chicas y sus cosas. Me había fijado en el más de una vez pero ni se había dado cuenta ya que andaba ocupado pensando en la zorra esa (Irene). Aún seguía pensando un poco en las razones por las que el me había hecho eso, más de una vez le pillaba mirándome pero yo pasaba con mis cosas. 

Estábamos en clase de Mates y necesitaba hacer punta a mi lápiz y le pedí a Clara el sacapuntas. Una vez en el rincón de clase sacando punta por segunda vez; Jack alzó la mano para poder ir a sacar punta. 

Me sentí nerviosa e impactada y algo me rozó el brazo y se apresuró al lado mío.

—Sammy, no te enfades conmigo...
— me hacía pucheros riendose de mi.
— Venga bonita...estás mas guapa sonriendo...

Decidí pasar de él, y porque le dio la gana me agarró del brazo provocando que nuestras caras estuvieran a 3 centímetros, cuando me puse roja.

Sentía su aliento en mi cara y sus ojos penetrantes puestos en mi, se le notaba molesto pero divertido a la vez. ¿Quién sabe? A lo mejor podía ser majo y todo. Que tonta soy, no.

Toda clase se nos quedó mirando y empezaron a gritar y hacer silbidos, la cara de Irene no tenía explicación y me sentí bien por una vez.

La profesora nos echó aún diciéndole que no era mi culpa nos echó abajo y fuimos andando en silencio. Estaba cabreada y no quería hablar con nadie.

—¿Qué problema tienes conmigo?
—Preguntó haciéndose el inocente.

—Gilipollas, ¿qué problema tienes tú conmigo? Un día me dices que no somos nada y al otro delante de toda la clase se te ocurre cogerme así.

—¿Así como? —Preguntó con segundas intenciones y con una sonrisa de oreja a oreja, imitó su acción como en clase.

Me solté bufé y noté que me ponía roja y él se dio cuenta al instante.

Aún no habíamos bajado las escaleras cuando de repente me coge y me estampa contra la pared y con una mano me acaricia la mejilla y con otra va deslizando su mano por mi espalda.

Me puse nerviosa. Sus labios estaban rozando los míos y noté como me tocaba el culo. Me despegué rapidísimo, y le pegué un bofetón. Fui muy rápida bajando las escaleras pero aún tenía ganas de pegarle mucho más.

Él también bajó y nos sentamos en frente del uno al otro y los dos nos miramos pensativos. Yo pensaba en lo que me había hecho y en lo idiota que era pero lo mucho que me atraía.

Jack ponía una sonrisa de complacido y de deseo pero también tenía cara de arrepentimiento al mismo tiempo. 

En ese momento yo lo odiaba, era tan idiota y tan guapo al mismo tiempo; dos combinaciones malas, muy malas.

Duele quererte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora