Duele quererte

Capítulo 16

La película ya terminó y no teníamos ganas de ver ninguna otra, no nos  divertimos de verdad. A veces nuestra diversión era comer, hablar de chicos o ver pelis. Pero me daba la sensación de que hoy no haríamos ninguna de esas tres...No me apetecía hacer gran cosa, estaba cansada.

—Jorge me ha dicho que si puede venir que se aburre por su casa.
—Cortó el silencio Clara.

Nuestras miradas se posaron en Bella ya que todas sabíamos lo que había ahí, aunque rompieran ellos dos estaban destinados a estar juntos por muchos Alexanderes que vinieran.

Todas asentimos y esperamos a la respuesta de Bella; —Por mi vale, pero si se pone plasta que se largue.
—Nos advirtió.

—Si es que por muchos Alexanderes que vengan, Jorge y tú siempre estaréis juntitos. —Puse voz ñoña para molestarla pues sabía que le jodía que habláramos de su relación con Jorge. —Hablando de eso...¿y la cita con Alexander? ¿para cuando?

—No lo se aún, me tiene que llamar cuando pueda quedar, —Prosiguió
—Pero si sigue tardando tanto ya se puede despedir de su cita. —Terminó y todas asentimos dandole la razón.

—¿Bueno entonces que coño le digo a Jorge? —Preguntó Clara.

—Pues dile que sí, tampoco es mal chico. —Sugirió Saray.

—Chicas...me ha dicho que si puede traer a unos amigos...¿puede Sammy? —Y todas me miraron esperanzadas, ¿no podíamos pasárnoslo bien sin chicos? Se veía que no. —Eh si claro.. Pero que luego se vayan pronto que no quiero problemas. —Advertí.

—Si si, tranquila. —Dijo Clara.

Mientras venían él y su amigo cuyo nombre no me habían dicho nos pusimos a mirar ropa por internet y a cotillear.

—¿Has averiguado algo más en la biblioteca?—Mierda, se debían de pensar que lo decía por Jack. —No, no, no es por Jack, ese chaval me da igual pero sabéis que soy muy cotilla.
—Todas reímos por mi comentario.

—Pues esto que os voy a contar no lo he oído en la biblioteca, ya que lo dice todo el instituto. ¿Sabeis Jeremy? Dejó embarazada a Sophie esa que va siempre con Irene y su pandilla...
—Todas estábamos flipando.

—Seguro que habrá abortado, en todo caso yo lo haría. —Concluyó Maca.

—¿Que va a hacer ahora con un niño?
—Intuí dando mi opinión, y las demás me dieron la razón.

Al fin, tanta espera tocaron el timbre y me puse un poco nerviosa ya que ningún chico había antes entrado a mi casa que no fuera Ethan (o sus amigos), mi vecino Eiric o mi padre en su tiempo pasado.

—Voy yo.  —Dije, fui hacia la puerta y la abrí;

—Hola chicos pa...

Jack. No, no, no, no. ¿Qué coño hace el aquí?

—Sí pasar.

Jorge y Jeremy saludaron y Jack me guiñó un ojo.

—Pasar a la cocina, un momento.
—Sonreí falsamente y Jack me la devolvió imitándome. Creo que a él tampoco le hacia gracia estar aquí.

Pegué un portazo a la puerta de el salón y todas me miraron, para ser exactas a mi rostro que no mostraba mucha felicidad.

—¡Clara! No me dijiste que Jack iba a venir. —Me estaba cabreando cada vez más.

—No sabía que el vendría... ¿y qué? A lo mejor después de esta noche os lleváis mejor y todo. —Sonrió intentando controlar la situación.

—A la primera que haga una de las suyas que se largue.

—Si si tranquila.

Jeremy, Jorge y...Jack que no iba con Alexander algo muy raro, entraron al salón y les dijimos que se sentaran en el suelo como nosotras ya que en el sofá no cabíamos todos.

—Podríamos ver una peli...
—Sugirió Saray. Voté por su opción porque sabía que sugerencia vendría ahora.

—O podemos jugar a Prueba o Verdad...¿qué os parece? —Jack dirigió una sonrisa con malicia hacia mi, se me revolvió el estómago.

Todos parecían estar de acuerdo, yo no pero parecían tener muchas ganas así que acepté, era mi turno elegir a alguien y preguntar: —Clara...¿Prueba o Verdad?

—Verdad.

—¿Es verdad que Jeremy te gusta?
—Se sonrojó tanto que todos nos reímos y Jeremy es tan imbécil que respondió:
—Sabes que si nena.

—Uuugg pues no no me gusta.
—Jeremy hizo un falso puchero.

—¡Me toca!—Dijo Clara. —Bella, ¿Prueba o verdad?

—Obvio que prueba, es más divertido.

—Te pruebo a que beses a Jorge durante diez segundos. —Esto no sería buena idea, luego ella querría vengarse de alguien y íbamos en orden y yo estaba a su lado.

Bella se levantó y fue a besar a Jorge, este la recibió muy agusto y se besaron durante diez segundos llenos de aplausos, risas y comentarios.

—Bien, ahora me toca vengarme pequeña Sammy. —¿Pequeña? que manía tenía la gente con llamarme así. —¿Prueba o verdad?

—Está claro que verdad.

—¿Es verdad que no te gusta nadie?
—La mirada de Jack se posó en mi rostro y me estudió cautelosamente.
—Sí, es verdad.

Cuando el turno llegó a Jack el elegido verdad y Maca le preguntó si era verdad que no le gustaba nadie, como a mi. Y el dijo que eso era mentira, y me miró. Me estremecí en silencio pero el pareció notarlo ya que solo sonrió y apartó la vista.

—Ahora si que si, elige prueba, ya has elegido verdad. —Me dijo Saray.

—Vale vale elijo prueba. —Clara, Maca, Saray y Bella se juntaron y planearon una prueba digna de humillación.

Amigas, tener piedad.

—Bien pequeña Sammy.

Qué manía, a saber que reto me ponían.

—Te retamos a que te metas en ese armario. —Señaló al armario de el fondo que era algo asfixiante.
—Durante cinco minutos con Jack.

Esto no podía pasarme a mi, no se ni para que le des dejé entrar a mi casa y no me negué. Ni tampoco porqué no me busqué a unas amigas normales y no a estas a las que les gustaba verme sufrir.

Nos dirigimos hacia el armario, Jack llevaba una sonrisa de pervertido de oreja a oreja y esa sonrisa me irritaba mucho. Al igual que las demás.
Una vez dentro Jack cortó el incómodo silencio.

—¿Qué quieres hacer primero? —Esa pregunta tenía segundas intenciones...bufé y le miré muy mal.
—Es broma, es broma. No te forzaría a hacer nada que not quisieras. —Oh, que mono que ahora se preocupaba.

—Eh, ¿gracias? Odio a mis amigas.
—Me tapé la cara, estaba roja de el calor y de la ira.

—Oh vamos, no es tan malo estar aquí conmigo. —Esa voz parecía sincera, a ver tan malo no era pero si era incómodo. —Es normal que intentes resisitirte y no puedas a mis encantos. —Estallé en risas por ese comentario y él también.

—Claro, será eso.

—Oye...al princpio creí que eras como las demás pero no, me caes bien y me gustaría poder ser amigos sin estar discutiendo a cada rato. —Sus disculpas parecían sinceras así que acepté.

Después de esa pequeña conversación de cinco minutos, abrieron las puertas de el armario y salimos de allí, rojos por el calor.

Estuvieron un rato más en mi casa hablando y contando bromas hasta que se hizo tarde y se fueron.
Nosotras ya nos moríamos del sueño y seguidamente caímos rendidas encima de el sofá, sacos de dormir sin abrir, mantas, y com palomitas esparcidas.

Me iba a tocar limpiar pero bien por la mañana.