Capítulo 24

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Después de el instituto Bella se quedó a casa y mientras comíamos a solas algunas bolleríasy  hablábamos sobre eso de ir a la casa de la playa de Alexa.

Si íbamos, nos pasarían a buscar dos coches, el de Alexander y el de Jack. Por ahora iban todos menos yo, que aun tenía algo de tiempo para pensármelo y por ahora era un no.

Aun seguía llorando por él y por la partida de mi padre, solo imaginarme los labios de Alexa tocando los de él. Dolía. ¿Y haciendo algo más?
Eso me mataba, joder. Como le quería.

Cuando me ponía nerviosa por su presencia lo único que sabia era ponerme borde con él. Me hacía recordar las veces en las que nos habíamos prometido estar en las buenas y en las malas, cogiendonos cariño. Nunca lo hemos reconocido pero los dos sabíamos que tipo de cariño teníamos.

—¿Qué harás?—Bella entabló un tema de conversacion.

—No creo que vaya...

—Vamos, te divertirás. —Me animó.

—Claro, ver como el amor de tu vida se besa con otra es un tipo de diversión algo peculiar ¿no crees? Soy masoquista, pero no tanto.

—Olvídate de eso, piensa en una casita en la playa...relajada, tu también tienes derecho a ser feliz. Aprovecha ahora que la novia de tu mejor amigo te invita a pasar un buen finde. —Hizo que me lo replanteara.

«—Mira Sammy, voy a decirte algo.

Callé antenta por las palabras que iban a salir de su boca.

—Da igual lo que te diga, Jack es tu chico y estas locamente enamorada de él. A lo que voy es, que el puede tirarse a veinte mil chicas, decir que sois solo amigos o incluso tener esa novia, porque en mi opinión el siempre te ha querido.

Me tensé y mi corazón se desvaneció. Me dolía mas que me dijeran a que me dijeran que no me quiere para nada.

—Bella...¿Porqué me dices esto ahora? —Mis lágrimas estaban a punto de derramarse.

—Eres como una hermana para mi, igual que Saray. Y las demás pensamos lo mismo. Deberías olvidarte de él, porque alomejor tenemos razón y los dos os quereis pero también puede que no estéis hechos para estar juntos. Jack es...a su manera, no es como tú.

Sus palabras me hirieron mucho, pero puede que ella tuviera razón.

Yo era mas de pensar que si dos personas se querían estaban destinadas a estar juntas sí o sí por mucho que las circunstancias fueran difíciles. Pero no por eso mis amigas dejaban de tener razón.
Todos los días me decía a mi misma, olvídale. Pero no podía dejar de olvidar esos labios carnosos sobre los míos, era doloroso. Lo amaba con cada parte de mi cuerpo. Y nadie lo amaría como yo, ni Alexa. Pero me di cuenta demasiado tarde y ahora esta con otra más guapa que yo.

Yo también tenía derecho a divertirme y eso iba a hacer.

Antes de que mi madre se fuera a trabajar me dijo que si que podía ir ese fin de semana y que si iba que le dejara una nota y ya está.

—Está bien, iré.

Después de dos horas Bella se marchó y yo envié un mensaje en el grupo de mis amigos.

Yo: Si que iré.

Jack: Guay, pasaremos a buscarte esta noche a las 8. Puntual eee.

Yo: Si :).

Saray: Ole a ver si te ligas a alguien:')

Clara: ¿Entonces vamos todos no?

Yo: Se ve que sí, Saray no digas tonterías...

Saray: Ya me encargaré yo de que eso ocurra...

Jeremy: Yo también jaja será divertido verte con un chico digo con lo sola que estás.

Yo: Serás gilipollas. Estoy bien así, hasta las 8.

Jack: Hasta las 8.

Tenía la maleta lista con ropa de chandal, dos vestidos de noche y ropa informal y bikinis.

Al final se hicieron las 8 así que bajé con la maleta y el bolso, casi me da algo para bajar las escaleras. Esa maleta pesaba mucho para no haber puesto gran cosa.

—Agg ¡mierda!—Me había dado un golpe en el dedo de el pie, y como dolía.

«Ding Dong»

—¡Voy!

Grité y fui a a abrir la puerta donde me encontré con la mirada de Jack y con los demás metidos dentro de el coche.

—¿Vamos? E...¿estas bien? —Estaba preocupado, que mono.

—Se me ha caído la maleta en el dedo de el pié y...—Cogió la maleta y yo me apoyé en su hombro mientras cerraba la puerta con llave, entonces recordé lo que ocurrió en la cafetería.

—Eh...Jack, siento lo de la cafetería.

Me temblaba la voz.

—No debería haber dicho eso de tu novia...estais juntos y la quieres.
—Tragué saliva. —No sé que me pasó.

—Tranquila, en parte tenías razón.

No dijimos nada más y fuimos hasta el coche yo con el brazo apoyado en su hombro, dejó mi maleta en el maletero y me ayudo a sentarme en el asiento de atrás con Macarena y Jeremy al lado.

—¿Cuánto tiempo es? —Pregunté a Alexa.

—Dos horas y media. —Me sonrió.

Ay Alexa si supieras...

Me puse los cascos y me quedé dormida con la cabeza apoyada en la ventana. Estuve un buen rato dormida pues salimos a las ocho y ahora eran las diez menos cuarto.

Desperté y para mi sorpresa estaba todos durmiendo menos Jack, el tenía que estar despierto sí o sí pues el conducía.

Miré por la ventana, luego lo miré a él que estaba observándome, me estremecí, luego apartó su vista a Alexa como si quisiera averiguar si estaba despierta y luego por el espejo retrovisor volvió a mirarme y sonrió.

Volví a dormir hasta que llegamos.

La casa era muy rustica y bonita. Cuando entrabas por la puerta principal te encontrabas con tres sofás grandes y marrones, una mesa en frente y la chimenea. Detrás de los sillones había una mesa formando un cuadrado donde dentro de el habian sillas como por fuera y la nevera con otros aparatos electrodomésticos.

No tenía escaleras, había un pasillo con dos habitaciones de matrimonio, dos más con dos camas en cada una y una más con una cama donde solo cabía una persona.

Un fin de semana interesante.

Las parejas fueron a sus dormitorios. Jeremy se pidió la habitación sola para él ya que decía que ese fin de semana se llevaría a muchas chicas a su habitación. Entré en el cuarto de dos camas con Saray y Maca y Clara se fueron al otro.

—La casa es preciosa. —Le dije a Saray mientras instalábamos nuestras cosas.

—Ya ves, yo vendría todos los fines de semana aquí. —Reímos. —Hoy hay una fiesta a las doce, ¿iras?

—Acabamos de llegar y no me apetece, he venido a quien más que nada para descansar, tener tiempo para mi y pensar.

—Vale, yo si que iré, creo que te quedaras sola aquí.

—Mejor, veré pelis o leeré.

Salimos de la habitación y nos fuimos a comedor donde cada una tenia un plato con pizza, cogí el mío y Saray igual.

—¿Ireis a la fiesta? —Alexa nos señaló—Saray asintió y yo negué.
—¿Enserio? Todos vamos a ir, deberías venir, así no estarías aquí sola.

—No importa —Sonreí. —me gusta estar sola.

Nuestras miradas se cruzaron, hoy aprovecharía la soledad para pensar en mis sentimientos.

Duele quererte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora