Duele quererte

Capítulo 53

Jack's POV

Me despedí hace cinco días de Sammy, y ya la echaba de menos. Hoy era Navidad y solo quería estar a su lado y recordarle lo mucho que la quería. ¿Y todo porqué? Porque no supe decírselo antes, por eso ahora no podía parar de insistirle. En el aéreo puerto estuvimos como diez minutos para despedirnos, entre besos y caricias me despedí de ella. Por su puesto mis padres también lo hicieron y no pararon de repetirme en todo el viaje que Sammy era una buena chica y que no la dejara escapar, cuando yo eso ya lo sabía. Aquí en Australia con mis abuelos, me lo pasaba bastante bien. Desde pequeño cuando vivía en Brooklyn veníamos cada año unos días y jugaba con los amigos de la infancia.

Si mi abuela se enteraba de que tenía novia me haría una lluvia de preguntas que no querría responderle. Me aconsejaría y trataría de conocerla, algo prácticamente imposible. También me diría que la cuidara, que no fuera detrás de ella solo para «actos inapropiados» decía mi abuela. ¿Cómo iba a ir detrás de ella solo por eso? Por su puesto que se me había pasado por la cabeza pero yo sabía que ella querría esperar mucho más hasta estar segura y yo también quería. En este caso solo quería hacerla sentir bien y segura de si misma asíque no me iba a precipitar.

—Voy a llamar a Sammy, mamá. —Le avisé antes de subir a mi viejo cuarto
—que antes era de mi padre— y tirarme en la cama.

—Vale hijo. —Dijo mientras adornaba el árbol sin quitar la vista de una bola decorada con lentejuelas. —Un día de estos le tendrás que decir a la abuela que ya tienes novia. Merece saberlo.

Asentí sin responder aún sabiendo que no me había visto.

Marqué el número y al quinto toque contestó.

—Hola friki. ¿Siempre tardas tanto en contestar? —Pregunté tirándome a la cama.

—Terroncito. —Sonreí. —El móvil estaba arriba. Estaba demasiado ocupada hablando con un chico más guapo que tú. —Dijo en tono serio.

—No sé si eso es posible. —La oí reír al otro lado de la línea.

—Yo también lo creo. —Añadió provocandome una sonrisa.

—¿Qué haces por allí?

—Justo ahora estaba ayudando a mi madre con la cena, ya sabes. Estoy impaciente. Me encanta la Navidad, me gustaría que estuvieras aquí.

Por un momento me sentí culpable por no estar pero ella sabía que estaría con ella antes de pestañear.

—Lo sé pequeña. Mi madre está haciendo adornos. Sabes que estaré allí lo antes posible. —Sabía que estaba asintiendo no muy convencida sin ni si quiera verla. —¿Y ese ruido?

De repente escuché muchos pisotones.

—Es mi abuela, está bajando las escaleras y pues le cuesta. Quería ver mi cuarto, dice que ya estoy echa toda una mujer. —Imitó lo que suponía el tono de abuela.

—Una mujer muy guapa. —Me recosté de lado.

—Sí lo sé, que se le va a hacer.
—Chasqueé la lengua y negué con la cabeza.

—Abuela cuidado, vas a caerte. Espera. —Hubo un silencio y después oí de nuevo su voz. —Jack, tengo que ayudarla.

—Vale, te llamaré esta noche. Te quiero, pequeña friki.

—Y yo a ti más terroncito. —Y cortó.

Me hubiera gustado decirle que era mentira que yo la quería mucho más pero cortó antes de que tuviera posibilidad alguna. Ahora mismo agradecería tener un hermano con quien entretenerme pero en vez de eso, las voces de mi abuela y mi madre pidiéndome ayuda me hicieron bajar. Hablando con Sammy, recordé que tenía que llamar a Jeremy y Alex.