Capítulo 40

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Esa noche no había dormido nada de nada, el ruido de el despertador inundó toda mi habitación y con un golpe no muy fuerte dejó de sonar.

La misma rutina de siempre...cuando ya estaba lista, Bella como siempre me esperaba en la entrada dentro de el coche. No sé como lo hizo para que se padre le dejara el coche, pues su padre nos había llevado a todos lados con él hasta poco más de hace un par de meses.

—¿Lista? —Preguntó mientras abría la puerta de el copiloto.

—Si. —Puse una canción de la radio.

—E por cierto, ¿qué tal en la discoteca? Te fuiste y ni me despedí. —Me miró mal y luego su rostro cambió a curioso cuando el mio se puso rojo.

—Nada interesante...—No me apetecía hablar de ello. —vi a Eiric.

—Oh ¿y?

—Hablamos y bueno tenemos que quedar para nuestra cita. —Lo último lo dije entre comillas.

Sacando los libros que necesitaba de mi taquilla y dejando el resto una voz creo que casi desconocida se oyó muy cerca mio.

—Hola Sammy. —Sonrió como si acabara de ganar un trofeo enorme.

—Emm hola...

Venga Sammy reacciona...pero quién es este no me suena nada..¡hostia!

Y tanto que me sonaba, ¡Max!

El friki, ex-mejor amigo de Jeremy con el que salí de pequeña...¿pero que quería? Y ¿porqué me hablaba ahora si hacia mucho que ni nos saludábamos?

—Soy Max. —Dejó de sonreír de esa manera pero seguía enseñando esos dientes tan relucientes que había tenido desde pequeño. Nos atraía a todas de pequeñas por sus dientes, era una tontería pero sí. Resplandecían y lo hacían ver mucho más guapo de lo que ya era. No se que le había pasado pero había crecido muchísimo, era altísimo.

—Si, si ya lo sé. —Volvió a sonreír como la primera vez.
—Emm, —Sonreí con la boca cerrada algo incómoda. —¿Quieres algo o...?

—Yo...—Se revolvió el pelo con la mano y en ese mismo segundo se abalanzó sobre mi. Como un tiburón. Me besó, y cuando me di cuenta, me alejé al menos dos metros pero me volví ha acercar y le pegué un bofetón.

Sus amigos le aplaudían y los demás reían.

—Yo...Sammy, lo siento...—Empezó a pedirme muchas veces perdón pero yo ya no pude oir nada más cuando Jeremy salió de su escondite riéndose, mejor dicho partiendose el culo.

Se tiró al suelo de la risa, y yo me tiré encima de el para pegarle aunque con lo musculoso que estaba no valiera mucho la pena.

—¡Eres imbecil! Gilipollas...¡te odio!
—No paré de darle patadas hasta que tocó el timbre y todos los que estaban a nuestro alrededor se fueron aun riéndose. Y Max por su puesto después de disculparse 20.000 veces se fue corriendo detrás de sus amigos que no paraban de felicitarle y aplaudirle.

Jeremy iba por el pasillo detrás de mi. En su cara solo había gracia y diversión y la mía irradiaba odio, enfado rabia pero con algo de gracia porque la broma había sido buena...pero creo que para Max ni fue mucha broma...puede que se pensara que él me gustaba. Yo llevaba el pelo un poco alborotado y el la ropa un poco desordenada.

Para nuestra suerte la profesora de Biología aun había llegado, todos estaban en sus sitios en silencio y mas aun cuando entramos.

Todos nos miraban incredulos y divertidos, la mayoría sabia sabia que había pasado, pero nuestros amigos no.

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