No apartó sus ojos de mi, en ningún momento. Desde que me agarró de el brazo y nos petrificamos unos segundos, hasta que agarrada suavemente por los brazos me deslizó hasta el baño de mujeres. Dentro de un retrete. Menos mal que estaba vacío.Dentro, soltó su agarre pero aun seguía a escasos centímetros de mi.
Observándome, estudiándome.
El silencio no era incómodo pero tampoco confortable. Algo tenso.
Alguno de los dos diría algo. La cuestión era el qué.
La cosa no cambió en absoluto después de dos minutos. Al fin y al cabo la primera iba a ser yo en hablar. Si no estaríamos hasta mañana.
—Jack. —Dije sin apartar en ningún momento mi mirada de la suya.
Como en una guerra, los dos nos retábamos a ver quien duraba más sin apartar la vista.
—No me dejaste acabar.
Tres segundos después de eso, apoyó su mano al lado de mi cabeza. Pero yo estaba confusa, ¿a qué no le dejé acabar?
—¿Qué?—Pregunté, él siguió con el rostro tenso al igual que su cuerpo.
—En el parque de atracciones. No me dejaste.
Sí sí eso ya lo había dicho. En fin.
—¿De qué hablas? —Que fuera al grano ya madre mía.
—Si eso es lo que tú deseas, bien. —No dije nada ya que se veía que iba a continuar. —Pero no eso no es lo que yo deseo. Yo te deseo a ti.
Agarró un mechón con dos dedos e hizo un tirabuzón.
Un escalofrío recorrió toda mi piel, y él pareció notarlo y sonrió. Estaba más que nerviosa. Pero tenía buen auto control.
—No Jack. —Intenté que mi voz pareciera firme y casi lo conseguí.
Pero él también estaba firme, pero en sus ojos se podía observar la furia y la arrogancia con la que me miraba.
—Sabes que sí Sammy. Todo es igual, nada ha cambiado.
¿A qué se refería con eso? ¿Nada había cambiado? Eso yo ya no lo sabía.
Mis sentimientos eran los mismos pero un poco más confundidos.
—Jack, ya nada será como antes.
El nudo en mi garganta se formó, y junto a él un ruido de una puerta. Chicas entrando y riendo. Seguro que ellas tenían una vida demasiado fácil y podian estar con cualquiera...yo tambien quería.
Se acercó unos centímetros más a mi. Por un momento creí que me besaría. Pero no. Se arrimó para decir algo.
—Sigues siendo mía.
Con la mano apoyada al lado de mi cabeza, la alzó y luego pegó un golpe al lado de mi cabeza haciéndome pegar un bote. Abrió la puerta ágilmente y ni siquiera me miró, se fue rapidísimo por la puerta haciendo que las chicas voltearan y se miraran extrañadas hacia mi dirección.
Frente al espejo, hice un cuenco con mis manos y eché agua en mi cara.
Todo había pasado tan rápido...todo era tan difícil. Después de lo ocurrido no sabía bien si contárselo a mi padre ya que le dije que se lo diría si hablábamos. Tampoco sabía que contarle a mi madre. Seguramente me preguntaría que tal había ido todo.
—Chicas, quiero irme a casa.
—¿Ya? Vale, voy ha avisar a Jeremy y que te lleve, ven y así te despides.

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Duele quererte
Novela Juvenil-¿Sabes como se mide el amor hacia una persona? -¿Cómo? -Perdiéndola. ¿Qué pasa cuando te enamoras de tu mejor amigo que resulta ser el chico nuevo que atrae a todas las chicas? Todos los derechos reservados. No se per...