Un instante Feliz

Martes 25 de julio

Ayer volví a escribir. Quiero que sepas que desde hace un tiempo no me sentía así de bien, pero lo hice a escondidas.

No sabes las cosas extrañas que pasan en el pueblo. Hace dos semanas ocurrió una masacre en una cafetería cercana a mi calle, luego llegaron unos detectives que venían de alguna parte de Loose Ends; pero mi psicólogo me recomendó, cielos, no me recomendó, me ordenó que me alejara. Si solo supiera que escribo sobre eso.

Quiero que sepas que desde hace unos días no hablo con Maryland, tampoco con Michael; solo he hablado con Luis y Joanna que han pasado conmigo todo el verano por la escuela de música; pero hace un par de días terminó, así que ahora no hablo con nadie. Espero que comience el nuevo año escolar para hablar con ellos, o al menos hacer nuevos amigos, porque creo que los necesito.

He pensado estos días sobre lo que quiero ser en el futuro y decidí que lo pensaré en su debido momento. Ahora tengo problemas: entre lo que está pasando en Blue Merck's Town, y lo que pasa dentro de mi cabeza, me estoy volviendo loco.

Hace un mes hablé con Luis sobre esto; le dije que no pensaría mucho las cosas y que me dejaría llevar por lo que sentía. Él contestó:

—No lo hagas, vas a terminar solo. Siempre hay cosas que nos tenemos que guardar. Aprende de Richard.

—¿Cuál de todos?

—El único Richard que ambos conocemos. Puedes terminar como él.

Colgué el teléfono y lo arrojé a la cama, pensando que había cosas más tristes que quedarse solo, pero a menudo lo ignorábamos. Me quedé allí, de pie, pensado si en algún momento de mi vida yo había decidido ignorar el hecho, y si hacerlo había hecho mi día a día más llevadero, pero al no encontrar respuesta me di por vencido y decidí preparar las cosas que llevaría al día siguiente a la casa de Joanna, donde celebraríamos que nos había ido bien en la escuela de música, y como es habitual todos los años, tendríamos un almuerzo de fin de curso.

Te prometo que mañana te contaré.