Te diré que mi vecina no es muy amistosa. Tiene un piano que toca dos veces al día, y la melodía viene a parar en todo el piso trece. Además, todo lo que toca es en escala menor, y solo ha tocado (hasta ahora) una melodía por día. Mamá dice que el número trece es de mala suerte, y que haría lo posible para que esa vieja parase de tocar.
A mí me parece muy bonito lo que toca. Ayer salí del apartamento y me coloqué detrás de su puerta. Entretanto, ella tocaba alguna desconocida melodía que evocaba en mí una gran tristeza. Es como la vida de un ave, me dije, reconociendo el inicio de la melodía como cuando nacen y todo es felicidad, pero luego le toca aprender a volar, y caer y volar solo, y luego tienes a sus crías, y crea un ciclo sin fin.
Luego, cuando terminó de tocar, me sequé las lágrimas y entré de nuevo al apartamento.
Hoy tocó Mazurca en fa menor de Chopin. La melodía no fue triste. Sin embargo, sentía que se la estaba dedicando a alguien. No hay una palabra propia para describírtelo, pero es como si ella, y en consecuencia yo, esperásemos a que esa persona se encontrase allí, junto a nosotros. Es como si esperásemos a alguien que jamás llegaría, y lo sabíamos.
De pronto, la música se detuvo, y mi vecina salió rápidamente sin dejar siquiera que me alejara de la puerta.
— ¿Vas a llorar como niña hoy también?
No supe qué decir, y los músculos no me respondían para levantarme, así que tarareé lo mejor posible un lo siento. ¿Pero sentía qué? ¿El estar allí, violando la intimidad que ella tenía con el piano, o el hecho de que mis llantos de ayer la atormentaran?
—Entra.
De nuevo los músculos no me respondieron, pero al pasar un segundo dije: sí, señora, y entré mirando al suelo.
— ¿Eres un cerdo?
—No, señora.
—Entonces levanta la vista.
Se sentó en el piano y comenzó a tocar de nuevo. Al terminar le dije:
— ¿Cuándo murió?
— ¿Quién?
—Su esposo.
—Nunca me casé.
— ¿Su hijo?
—No eres muy inteligente —Encendió un cigarrillo y lo mantuvo entre los dedos.
— ¿Sabe que eso genera cáncer?
—A esta edad ¿qué importa? El cáncer sería bueno para que la muerte llegara más rápido. La gente me tendría piedad y todo eso. Tengo esta extraña idea de que es mejor morir de cáncer que de viejo. Todos lo entienden más.
—Le aseguro que no sabe lo que dice.
— ¿Ah, y tú sí?
«Sí»
—Me tengo que ir.
Nota del autor:
Hola chicos, esta fue mi primera composición y la hice exactamente para este capítulo, hace como dos años. Espero que les guste y comenten qué les pareció.
Lo que suena es un órgano, les prometo que cuando la grabe en piano, montaré un apartado con el link, y el video en youtube.
Muchas gracias por escucharla y leer.
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Un instante Feliz
Short StoryDarwin Wolff es un chico especial que vive a la expectativa, sin involucrarse, hasta que un día le dan una desastrosa noticia que vuelca su mundo patas arriba: pronto morirá. Darwin trata de hacer todas las cosas que nunca pudo: salir con sus amigo...