Viernes 25 de agosto

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Hoy la casa está llena de un profundo silencio. No oigo a James o a Andrew, ni siquiera el motor del auto de papá, que debería llegar de las reparaciones del garaje. Todo está nostálgico, apagado y triste desde que James volvió de Loose Ends.

Cada vez que trato de escribirte esto, termino con un sinfín de palabras que no dicen nada y luego arranco la hoja. Tantas veces ya lo he hecho que la libreta se ve más delgada.

James volvió de Loose Ends ayer por la tarde; primero habló con mi madre, luego con Andrew, y a papá se lo dijo por teléfono.

Yo lo supe cuando vi a mamá llorando.

No sé cómo explicártelo. No puedo relatártelo como si te describiera un día normal; espero que te des cuenta de lo que pasó, porque simplemente no hallo (y no tengo), las palabras para explicarlo. Solo te diré que fue un engaño, que el doctor está en la cárcel, y que mi padre contrató a alguien para que lo golpearan allí dentro.

Todo fue tan... No sé; nada me sale tan fluidamente como antes. Me siento triste, engañado, y a veces me pregunto el porqué. Me dije que esto lo hacía por mamá, pero ahora sé que no fue solo por ella, de otro modo, no estaría tan resentido, tan triste, y desesperanzado como ahora. En serio quiero que algo malo le pase a ese señor en la cárcel, quiero que se hunda y que nunca más vuelva a salir, si es posible que lo torturen hasta que muera; pero que sienta la desesperación que siento ahora, la tristeza y la impotencia.

Sé que no debería desearlo, pero es que de verdad lo quiero, me siento fatal desde ayer. Voy al baño solo a llorar, y abro la regadera para que los otros no me escuchen.

Hoy me di cuenta de que los otros también hacen lo mismo; así que todos nos sentimos como un niño al cual le han quitado su dulce... No, más que eso, porque desde ayer siento que algo murió en mí, al igual que en los otros.

La casa se volvió triste, y el vecino tenía Kesson dalef de Aphex Twin, así que de algún modo, cada vez que recuerdo ver a mi madre llorar, oigo la melodía, y cada vez que pongo mucho atención en el silencio de la casa, oigo la melodía. Es como si la melodía se hubiese quedado con la oscuridad.

Los otros y yo no hablamos, es como si hubiésemos perdido ese vínculo; ni siquiera mis padres hablan entre sí. Mi padre desde el desastroso día del viaje a Loose Ends está durmiendo en la sala. Mi madre ahora se levanta muy temprano a hacer el desayuno; lo deja sobre la mesa, cubierto para que nada le entre, y va a su habitación, a su mundo, donde de alguna forma puede escapar de todo esto. James le va bien en su nuevo empleo, pero cada vez lo veo más alejado de nosotros, más triste y más solitario. El otro día tuvo una pelea con su novia en la entrada de la casa.

Ella le dijo esto:

—¡¡¡ ¿Qué demonios te está pasando?!!!

—No te interesa.

Luego la discusión se volcó más grande, pero nadie intervino. Nosotros estábamos metidos en nuestros mundos.

No sé qué está pasando con Andrew; estos últimos días ha llegado ebrio (que palabra tan elegante para decir borracho). Mi padre se levantó hoy para ir a trabajar, quejándose por el dolor de espalda; no sé si llegará ebrio, o solo con olor a tabaco.

En cuanto a mí, me siento igual que el primer día que empecé a escribirte; me siento solitario y triste, defraudado. Hoy pensé que soy como un veneno para mi familia; míranos ahora, ya ni nos tratamos.

Yo hice esto. Por mi culpa mis padres y mis hermanos están echando sus vidas a la basura, solo desearía morir mañana, y que todo esto pase rápido.

Un instante FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora