Si a Adriana le hubieran dicho que su vida iba a dar un cambio de ciento ochenta grados, quizá hubiera tomado por loco a quien lo dijese. Su vida era de los más normal, demasiado monótona a veces, levantarse a las siete, salir de casa a las ochos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Lauraaaaa! ¿Acabas? ¡Qué me voy a quedar dormida esperándote! - No se como se las apaña pero siempre tengo que estar esperando y esos que soy la última en empezar a prepararme...
-¡Sí! Me pinto los labios y estoy.
A ver con cual de todos sus modelitos me sorprende hoy. La verdad es que me da mucha envidia el fondo de armario que tiene Laura. No se cómo lo hará, pero se las apaña para no repetir conjunto. Yo la verdad, tampoco es que ponga mucho interés en la ropa que me pongo. Casi siempre voy igual, unos pitillos, camiseta, sudadera y mis famosas Converse. Eso sí, cuando salgo de fiesta, me gusta ponerme guapa, y los taconazos que no falten.
Para hacer tiempo me pongo a mirar mi Instagram y empiezo a cotillear las fotos de mis seguidores. Lo guapa que sale la gente en las fotos que sube y lo fea que sale en las fotos en las que son etiquetadas.
-Bueno, ya he terminado ¿cómo estoy? -me pregunta la loca de mi amiga. Como si pudiera decirle otra cosa que no fuese guapísima. Esa falda de lápiz negra conjuntada con el top lencero color vainilla a juego con los salones le queda que ni pintado. Menudo tipazo tiene la tía. Con esta chica al lado no se puede ligar.
-Divinísimaaa. - contesto.
-¿Tú crees? Mira que tengo que estar bien guapa que esta noche he quedado con Mario y le tengo que sorprender... -confiesa Laura sin dejarse de mirar al espejo que tenemos en el salón.
- Tranquila, con ese lookazo fijo que lo quedas sin palabras.
- ¿A ver tú? ¿Qué te has puesto? -Me levanto del sofá y me coloco el vestido ceñido de media maga color burdeos que he elegido para la ocasión con mis zapatos de salón negros que me compré en Zara el mes pasado y que aún no he tenido tiempo de estrenarlos.
-¡Guauu chica! ¿Quien eres tú y que has hecho con mi amiga?
-Anda no exageres, si he cogido lo primero que he visto en el armario -bromeo.
Laura me mira de arriba abajo. Como si nunca me hubiera visto arreglada y comenta:
-Uff chica, y tú ¿a quién quieres impresionar? -Su pregunta me queda sin palabras. ¿Desde cuando mi amiga lee el pensamiento? Me ha costado tanto decidir que ponerme porque tengo la esperanza de cruzarme esta noche con el sobrinazo de Lola. Ese tío me tiene loca. No he sido capaz de sacármelo de la cabeza desde que salí de la librería. Pero nunca lo reconoceré, esos hombres no están hechos para chicas como yo.
Laura me mira de una forma extraña, estoy segura de que sospecha algo. Yo no soy de quedarme tan callada.
-¿Hay algo que yo no sepa? -me pregunta Laura con una media sonrisa.
-¡¡Claro que no!! ¿Por que piensas eso? -le miento y parece que se lo cree porque rápidamente cambia de tema:
-Venga vamos a bebernos el "chupito de salida" antes de llamar al taxi. -dice Laura. Y nos dirigimos a la cocina para bebernos un chupito antes de salir de casa.
