Capítulo 27

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No sé cuánto tiempo estamos abrazados, hasta que  Blanca nos saca de nuestra pequeña burbuja

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No sé cuánto tiempo estamos abrazados, hasta que Blanca nos saca de nuestra pequeña burbuja. Nos giramos y veo que junto a Blanca está Pablo, Laura y Mario. Todos tienen cara de preocupación.

- Chicos ¿estáis bien? Estábamos preocupados por vosotros. Hemos ido al sitio donde os vimos la última vez y ya no había nadie allí.

-No os preocupéis. Estamos perfectamente ¿a que sí? - digo sonriendo mientras miro a Kevin. Este asiente con la cabeza y noto como caras de mis amigas se relajan al vernos sonreír. Entonces Mario comenta:

-¡Venga, entremos! Os invito a una ronda.

Mis ganas de seguir con la fiesta se han disipado como el gas de una Coca Cola. Miro a Kevin y veo que este me está mirando. Sé que tiene las mismas ganas que yo de entrar. Así que, busco una excusa para marcharnos, pero antes de abrir la boca, Kevin empieza a hablar:

-Lo siento chicos, pero Adri y yo nos vamos. El viaje nos está empezando a pasar factura...

Cuando acaba de hablar todos me miran a mí y yo, sacando la actriz que llevo dentro, pongo mi cara de cansancio total

- Sí... el sueño puede conmigo. - digo mientras apoyo mi cabeza en el pecho de Kevin y dejo caer mis ojos.

Parece que se lo han creído. Bueno, en verdad algo cansada estoy. Así que tampoco he mentido mucho. Una vez nos despedimos de ellos, Kevin y yo nos dirigimos hacia mi casa. Durante el camino de vuelta no paramos de hablar. Pero cuando ya estamos a una sola manzana de mi casa. Kevin me agarra de la mano y cambia de dirección.

-Pero Kevin, te has confundido, ¡esta calle no es!

-¿Quién ha dicho que fuésemos a tu casa?

-¿Dónde vamos a ir si no?

-¿Confías en mí? - me pregunta entonces Kevin.

- Claro que sí.

Una vez le contesto, Kevin se pone detrás de mí, me tapa los ojos con sus manos y empieza a andar. No sé donde me lleva, pero estoy empezando a sospechar que estamos dando vueltas en círculos.

-¿Falta mucho para llegar?

-Shhh calla, no seas impaciente. Ya falta poco.

Entre risas, llegamos al misterioso destino.

-Ni se te ocurra abrir los ojos ahora.

- Sí señor. - le contesto haciendo el saludo militar con los ojos aún cerrados. Ambos nos reímos.

Me coge de la mano y subimos cinco escalones hasta entrar en lo que tiene que ser un portal de un edificio. Me estoy sorprendiendo a mí misma de que aún no haya abierto los ojos. Con lo cotilla que soy, los debería haber abierto en el momento que me dijo que los cerrase. Aún así, los mantengo cerrados.

Kevin me da la mano y juntos caminamos hasta que de pronto, nos detenemos ante lo que supongo que será un ascensor. Cuando suena el típico tliiiiin,  confirmo que estamos enfrente de un ascensor. Oigo como se abren las puertas de este y entramos en él. Kevin pulsa una tecla y el ascensor empieza a subir.

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora