Capítulo 17

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-¡Adriana! ¡Adriana! ¡Mira lo que has hecho! - dice mi abuelo desde el otro lado del cristal

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-¡Adriana! ¡Adriana! ¡Mira lo que has hecho! - dice mi abuelo desde el otro lado del cristal...

-Mira donde estoy por tú culpa... Me has decepcionado Adriana. Me dejaste morir y no estuviste a mi lado.

-Abuelo yo... Yo nunca te haría daño, lo sabes. Eso simplemente fue un error. Nunca me lo perdonaré..

-No Adriana, no fue un error. Todo lo que está a tu lado, tarde o temprano acaba sufriendo... Mira el pobre Silvestre. Ni siquiera estabas con él cuando murió. No pudistes cumplir la promesa que me hicistes..

-Abuelo por favor, no digas eso. Yo... Yo lo lamento muchísimo. Era solo una cría cuando aquello pasó. -le contesto mientras lloro.

-Mira lo que le ha pasado a Kevin por tu culpa. Tú has sido la culpable de todo...

-¡NOOOOOOO!

Me despierto sobresaltada. Estoy sudando, el corazón me va a mil por  hora. Hacía mucho tiempo que no soñaba con ello. Esta pesadilla me acompaña desde que mi abuelo murió cuando tenía quince años. Al principio no me dejaba dormir; me levantaba llorando y gritando en mitad de la noche. Mi madre corría hasta mi cama y me abrazaba hasta que conseguía calmarme y conciliar el sueño. Con el tiempo fue disminuyendo aunque siempre ha estado ahí. Cuando me vine a vivir aquí, las pesadillas desaparecieron casi por completo. Supongo que en mi casa tengo demasiados malos recuerdos, y el cambio de aires me vino bien. Ya solo soñaba con esto una vez al mes o como mucho dos. Pero estas volvieron a aparecer cuando murió Silvestre. Aún recuerdo la noche en la que mi gatito nos dejó. Esa noche Kevin me despertó cuando estaba teniendo una. ¡Uff! Solamente de recordarlo, el vello de todo el cuerpo se me eriza... Desde entonces no he vuelto a tener ninguna... Hasta esta noche...

Cuando consigo calmarme un poco y mis pulsaciones vuelven a su ritmo normal, miro el despertador; las seis. Aún me quedan dos horas para que me suene el despertador, pero se que no volveré a conciliar el sueño. Más que nada, temo volver a dormir y soñar de nuevo con lo mismo; por  lo que decido levantarme de la cama y darme una ducha, estoy toda sudada.

Cuando salgo del cuarto de baño, ya estoy mucho más tranquila y relajada. Como aún son las seis y media, empiezo a revisar todas las cosas que me voy a llevar a Londres. Solo voy a estar el fin de semana, pues estoy a cargo de la librería de Lola y el lunes tengo que estar aquí para abrir. Una vez que he mirado siete veces si llevo el carnet y el billete de avión en el bolso, si la hora y la fecha del vuelo son la correcta y no me olvido de nada, me pongo a repasar para el examen que tengo dentro de unas horas. Una vez lo tengo todo repasado, coloco mi habitación.

Sobre las siete y media, mis tripas rugen por lo que me voy a la cocina y preparo el desayuno para Laura y para mí. Hago café y tortitas de Nesquik. Cuando  Laura se despierte, se va a llevar una sorpresa, lleva meses pidiéndome que le prepare mis tortitas de Nesquik.
Termino de desayunar y le preparo a Laura una bandeja con el desayuno y una notita que pone:

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora