- Hola buenas tardes, soy Gema García, responsable del departamento de Recursos Humanos de Weigel Enterprise Spain. Siento molestarle tan tarde, pero ha quedado libre una vacante en uno de los departamentos de la empresa y debe cubrirse lo antes posible. Hemos revisado su currículum vitae y pensamos que usted puede ajustarse perfectamente al puesto en cuestión. ¿Podría pasarse por nuestras oficinas esta misma tarde, alrededor de las cinco, para que le realicemos una pequeña entrevista?
No me creo lo que acaba de oír. No han pasado ni veinticuatro horas desde que me gradué y me acaban de llamar para realizar una entrevista ¡Guauuuuu! A esto se le llama ser una chica con suerte. Kevin me mira con cara de no estar entendiendo nada de nada. Entonces, la mujer que está al otro lado de la línea me saca de mi ensimismamiento.
-¿Hola? ¿Hay alguien?
-Sí, sí, perdón. Claro, esta misma tarde me pasaré.
- Cuando llegue aquí diga que tiene una reunión conmigo, Gema García. La chica de información te dirá cómo llegar hasta mi despacho. Gracias y de nuevo, disculpe por la hora de la llamada.
-No se preocupe. Adiós.
Cuando cuelgo el teléfono sigo en estado de shock ¡Una entrevista! No me lo puedo creer.
-¡Adriana! ¿Quieres hablar de una vez y decirme quien narices te ha llamado para que tengas esa cara de lela? - me dice Kevin poniéndose enfrente de mí y zarandeándome.
- ¡Tengo una entrevista! ¡Guauuuuuuu! ¡Estoy flipando Kevin! ¡Voy a empezar a trabajar! - grito dando saltitos sobre mí misma.
- Pero, ¿dónde? y ¿cuándo?
-¡Esta tarde! ¡En Weigel Enterprise! ¡La famosísima Weigel Entrerprise!
-¡Guauuuu! ¡Enhorabuena señorita! - dice Kevin mientras me coge en brazos y me da un fabuloso beso. Le respondo al beso mientras giramos sobre nosotros mismos.
Después de recibir esta maravillosa noticia, llegamos a casa de Lola donde al contárselo me felicita y se alegra por mí aunque noto algo de tristeza en su mirada. Se que me va a echar de menos en la tienda y eso, me apena muchísimo.
Durante bastante rato hablamos con Lola y su marido sobre la cena de anoche y de cómo se ha portado Pipí estos días que ha estado con ellos. Una vez salimos de la casa de Lola, soltamos a Pipí en casa y nos vamos a comer por ahí para celebrar mi posible futuro trabajo.
A las cinco menos cuarto, Kevin y yo estamos en la puerta del edificio de Weigel Enterprise, una de las mayores multinacionales de productos químicos de todo el mundo.
Tiemblo como un flan y aunque Kevin no para de darme ánimos y recordarme lo mucho que valgo, nada de eso consigue que mis extremidades dejen de temblar.
-Bueno, llegó la hora. Demuéstrales quién es Adriana Fernández.
- ¿Tú crees que estaré preparada para el puesto? ¿Y si me pongo tan nerviosa que no consigo decir nada lógico? ¿Y si no soy lo que esperan? - no sé por qué todas mis inseguridades salen en este preciso momento.
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Besos de esos #EDIT
ChickLitSi a Adriana le hubieran dicho que su vida iba a dar un cambio de ciento ochenta grados, quizá hubiera tomado por loco a quien lo dijese. Su vida era de los más normal, demasiado monótona a veces, levantarse a las siete, salir de casa a las ochos...