Al día siguiente, visitamos a un médico amigo de Kevin. Allí me hacen unos análisis de sangre y alguna que otra prueba para confirmar lo que decían los test.
Una vez hecha todas las pruebas, Andrés me pide que vuelva en unos días para que conocer los resultados.Llegó el día de ir a por los resultados. Durante estos días mi humor ha sido una completa montaña rusa. Tan pronto estaba llorando porque se me había caído el tarro donde guardamos el azúcar como dando voces a Kevin porque la comida estaba muy caliente. El pobre me aguanta como puede. Espero que esto se me vaya pasando un poco porque si no, Kevin no sé cómo va a poder soportarme los nueve meses que tenemos por delante.
Sobre las diez de la mañana llegamos a la consulta. A esa hora ya he llorado tres veces y he gritado dos.
No hacemos nada más que sentarnos en la sala de espera de la clínica en la que trabaja Andrés, el médico amigo de Kevin, cuando la voz de una joven que acaba de salir de la consulta dice mi nombre. Al girarme, me quedo patidifusa. En frente de mí está Natalia, la hermana de Luis.
- ¿Adriana? ¡Cuánto tiempo hace que no nos vemos! – dice mientras me rodea con los brazos para darme un abrazo seguido de un par de besos.
Por su reacción, estoy segura que su hermano no le ha contado nada de lo que pasó entre nosotros. Me alegro. Natalia siempre ha sido muy simpática conmigo.
- Hola Natalia. La verdad es que hace bastante.
- Y dime, ¿Qué tal estás? ¿Qué haces aquí?
- Estoy muy bien. Venimos a por el resultado de una pruebas que me hicieron el otro día. ¿Y tú?
- Pues muy bien también, hace dos meses me casé y ahora estoy esperando un bebé – dice mientras se toca su barriga.
- Vaya... ¡Enhorabuena! -contesto mientras que en un acto inconsciente llevo mi mano hasta mi tripa imitando el gesto de Natalia. - Natalia, este es mi novio Kevin. Kevin, esta es Natalia, la hermana de Luis.- Kevin al escuchar el nombre de Luis aprieta la mandíbula pero rápidamente se relaja cuando se da cuenta que Natalia no tiene nada que ver con su hermano.
- Encantada de conocerte Kevin – dice Natalia mientras da dos besos a Kevin en la mejilla.
- Igualmente Natalia.
Entonces dirigiéndose a mí, me pregunta Natalia:
- ¿Has sabido algo de mi hermano? Desde que se fue a Londres no he tenido noticias de él.
¿A Londres? Eso sí que no me lo esperaba. Él nunca ha sido de viajar...
- Que va, mi relación con Luis se enfrió antes de terminar la carrera.
- Vaya... Luis nunca me dijo nada...
En ese momento, una enfermera sale de la consulta de la que hace unos poco minutos ha salido Natalia, y nos llama para entrar.
-Me ha encantado verte Natalia. Espero volver a coincidir contigo muy pronto. – digo mientras me despido de ella.
-Lo mismo digo Adri.
Una vez nos despedimos de Natalia, Kevin y yo entramos en la consulta de Andrés. Este nos confirma lo que ya sabíamos. Estoy embarazada. Andrés me hace una serie de preguntas para saber de cuantas semanas estoy mientras me prepara para hacerme una ecografía. Estoy de ocho semanas.
Cuando ya estoy tumbada en la camilla, con la camiseta levantada. El médico me echa un líquido súper frío. El corazón se me revoluciona. Voy a escuchar el latido de mi pequeño Guisantito. En el momento que Andrés apoya el aparato que tiene en las manos sobre mi tripa untada del líquido, empieza a sonar un pum-pum que va a toda la leche.
- Ese es el latido de vuestro bebé.
Kevin que está a mi lado, coge mi mano y la aprieta fuerte. Está tan emocionado como yo. Y como no, comienzo a llorar de la emoción. Ya no tengo ninguna duda. No podría deshacerme de mi pequeño Guisantito nunca.
- Mirad, ¿veis esa manchita pequeña? Ahí tenéis a vuestro bebé – comenta Andrés señalando el monitor.
No puedo apartar la vista de esa pequeña manchita. Ese es mi pequeñín. Lloro, lloro y lloro, pero esta vez de felicidad. No puedo estar más feliz. Kevin me mira y se agacha a mi altura para darme un dulce beso.
- ¡¡Hola Guisantito!! ¡Somos tus papis! – digo mientras toco mi tripa.
No puedo dejar de sonreír.
Salimos de la consulta de Andrés. Nos ha dado una copia de la ecografía donde se ve a nuestro pequeñín.
No puedo dejar de mirarla.
- ¡Vamos a ser padres!- grito mientras rodeo el cuello de Kevin y le beso. Este me levanta por los aires y empezamos a dar vueltas como si aún tuviésemos quince años.
La gente que nos rodea se nos queda mirando, pero no nos importa. Somos felices. Más que nunca. Ya no hay dudas.
De vuelta a casa, paramos en un restaurante a comer. Mis tripas parecen leones hambrientos.
- ¿En serio? ¿Tienes hambre después de las tres tostadas de pan que te has comido esta mañana?
- Obviamente sí. Recuerda que yo ahora tengo que comer por dos. – aclaro mientras Kevin, riéndose, entra en los aparcamientos de una famosa cadena de comida rápida.
Una vez que tenemos nuestra comida delante, empiezo a devorar mi hamburguesa doble con patatas. ¡Dios que rica!
- ¿Cómo se lo decimos a nuestros padres? – comenta entonces Kevin con su hamburguesa en las manos.
Una vez termino de comerme una patata que me acabo de meter a la boca contesto:
- No sé...
- ¿Una comida familiar?
-¡Perfecto! Podrían venir Lola, Laura y Blanca ¿Qué te parece?
- Perfecto cariño – dice mientras se acerca hacia mí y pega sus labios a los míos.
- Los avisaré a todos para que vengan este domingo a casa. - digo mientras me termino la hamburguesa.
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Besos de esos #EDIT
ChickLitSi a Adriana le hubieran dicho que su vida iba a dar un cambio de ciento ochenta grados, quizá hubiera tomado por loco a quien lo dijese. Su vida era de los más normal, demasiado monótona a veces, levantarse a las siete, salir de casa a las ochos...