Capítulo 47

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El dolor ha cesado

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El dolor ha cesado. Muy despacio, voy abriendo los ojos pero la gran cantidad de luz me ciega y tengo que volver a cerrarlos. ¿Dónde estoy? Escucho cómo varios pájaros cantan a mi alrededor y una brisa fresca me da en la cara. Entonces soy consciente de que estoy echada sobre una hierba muy fresca. ¿Estoy en un parque? Poco a poco mis ojos se acostumbran a la luminosidad del lugar y consigo abrirlos con facilidad. Yo he estado aquí antes pero ¿Cuándo? Despacio me incorporo hasta quedar sentada en el césped. ¿Dónde está mi enorme tripa? Y ¿mi bebé? ¿Qué ha pasado con Kevin? Mis nervios se disparan y rápidamente me incorporo. Necesito respuestas. Pero allí no veo a nadie.
Ya sé donde estoy. Este es el parque en el que estuve bailando con Kevin esa preciosa noche meses atrás. ¿Qué hago aquí? ¡Necesito que alguien me diga qué ha pasado!

Doy vueltas y vueltas sobre mí misma en busca de alguien que me explique qué narices pinto yo aquí. Y entonces, en un banco, no muy lejos de mí hay un señor mayor echando de comer a las palomas. Sin pensármelo dos veces voy hacia él.

No hace falta acércame mucho para averiguar quién es. ¡Mi abuelo!

- ¡¡ABUELO!! –grito y comienzo a correr hacia él.

Mi abuelo al oírme se gira y una sonrisa se dibuja en mi cara. Sigue igual que la última vez que le vi.

Mientras corro hacia él,  no puedo reprimir la emoción de volver a verle y varias lágrimas salen de mis ojos. Cuando llego donde está. Le abrazo tan fuerte que creo quedarme sin fuerzas.

- No llores mi vida – dice mientras acaricia mi cabeza.

Pero es imposible y ríos de lágrimas surcan ahora mis mejillas hasta caer en la chaqueta marrón de mi abuelo. Su chaqueta preferida. Mientras le abrazo vuelvo a recordar su olor, ese tan peculiar que quedaba en él su perfume favorito.

Durante un rato seguimos abrazados hasta que por fin mis lágrimas cesan.

- ¿Dónde estamos? – le pregunto mientras nos sentamos en el banco. Mis ojos comienzan a mirar alrededor en busca de respuestas.

- En un lugar muy especial, cariño.

- Pero, no entiendo nada abuelo. Yo.. yo estaba con Kevin y Guisantito quería nacer y me desmayé. Y ahora no está... - entonces un pensamiento me hiela toda la sangre. Me da miedo hacer la pregunta, pero debo saberlo, debo enfrentarme a ello – abuelo... yo... ¿yo no... habré muerto? – titubeo.

-No mi vida, aún te quedan muchas cosas por vivir – contesta mi abuelo con una sonrisa en la cara.

- Entonces ¿qué hago aquí?

-Perdonarte a ti misma.

Su respuesta me descoloca totalmente, ¿perdonarme? Pero no necesito pensar más. Sé porqué estoy aquí. Mi abuelo. Él es el motivo de todo esto.

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora