Capítulo 31

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Al día siguiente, los médicos me dan el alta y Kevin se empeña en que me vaya a su casa hasta que esté completamente recuperada y mis costillas vuelvan a ser lo que eran

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Al día siguiente, los médicos me dan el alta y Kevin se empeña en que me vaya a su casa hasta que esté completamente recuperada y mis costillas vuelvan a ser lo que eran. Creo que piensa que me lo debe después de que una de sus ex novias atentara contra mí. Al principio me niego, no quiero ser un estorbo para él, además sigo en estado de shock por el bombazo que me soltó ayer. Aunque mi amor por él es innegable, aún sigo dándole vueltas a la cabeza si es conveniente seguir con esta relación.

Sobre las doce y media llegamos a la casa de Kevin. Me cuesta horrores moverme. Cada vez que lo hago, mis queridas costillas me recuerdan que una insensata ex de mi novio ha intentado matarme, y entonces mi malhumor hace acto de presencia y lo pago con la única persona que está a mi lado, Kevin. El pobre, lo que está aguantando. Pero no se queja, fijo que lo hace a modo de penitencia. El pobre...

Pasan los días, el apartamento de Kevin se convierte en un ir y venir de conocidos que de una manera u otra se han enterado de mi fatídico accidente y vienen a interesarse por mí. Lola me visita todos los días y con ella siempre viene algo de comida. Me está intentando cebar.

Un par de días después de haber salido del hospital, una noche Kevin me sorprendió cuando apareció en casa con mi pequeña gatita Pipí. Desde entonces, Kevin y ella son inseparables. Pipí lo va a pasar mal cuando todo vuelva a la normalidad y nos vayamos a casa, Kevin la tiene muy consentida. Tanto que a veces, creo que he llegado a ponerme celosa de mi propia gata. Luego lo pienso bien y me entra la risa.

Poco a poco, mi dudas con respecto a Kevin se van disipando. El no tiene la culpa de todo lo que hayan podido hacer las locas de sus ex novias. Solo espero que, si alguna vez, por alguna razón, Kevin y yo terminamos, nunca, nunca, me convierta en una de ellas.

Unos días más tarde, cuando me siento con más fuerzas, mientras Kevin se encuentra en su despacho trabajando, llamo a las oficinas de Weigel Enterprise para comentarles todo lo que me sucedió desde que salí por la puerta de aquella oficinas. Aunque sabía que estaban al tanto, pues durante el tiempo que estuve en el hospital me hicieron llegar un ramo de flores deseándome mi pronta recuperación. Quería ser yo en persona quien le dijese lo que me pasó, aunque daba por hecho que el puesto que me ofrecieron ya habría sido ocupado por otra persona. Después de media hora escuchando la maldita sintonía de aquella empresa y ya cansada de esperar, estaba a punto de colgar,  cuando:

- Adriana.... Adriana Fernández, ¿Eres tú? Soy Gema. ¡Oh dios mío! ¿Cómo estás?

- Ho... Hola señora García, la verdad que mucho mejor cada día. Gracias por preocuparse. Bueno, le llamaba para comentarle por qué no pude acudir a firmar el contrato...

- No hace falta que expliques nada. Estoy al tanto de todo Adriana. Un chico que dijo que ser tu novio, vino y nos lo explicó por qué no te presentaste el día de la firma del contrato. Lamentándolo mucho, el puesto al que optaba ya no está disponible. De todas formas, no dudes que contaré contigo para cualquier nuevo puesto que surja. Pero ahora, lo más importante es que te repongas cuanto antes. Nos vemos muy pronto. Mejórate Adriana.

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora