Capítulo 20

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Después de un maravilloso fin de semana al lado de Kevin, tengo que volver a España

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Después de un maravilloso fin de semana al lado de Kevin, tengo que volver a España. Me apena irme, pero debo empezar a buscar trabajo y preparar las cosas para mi graduación ¡Solo faltan diez días!

- ¡Nos vemos muy pronto preciosa! - grita Kevin mientras se despide de mí desde el control

- ¡Muy, muy pronto nene! - le contesto mientras le lanzo un beso y le guiño un ojo. ¡Ay que penita me da! Nunca pensé que me invadiría este malestar al separarme de alguien. Qué rápido me acostumbro a lo bueno. Y aún me quedan varias horas hasta volver a ver a mi pequeña gatita. ¡Cuánto la he echado de menos estos días! Veras lo contenta que se pone cuando le ponga la camita que le he comprado en una tienda de Londres.

Después de media hora sentada en la sala de embarque, monto en el avión. ¡Allá voy Pipí!
Paso todo el vuelo dormida como un bebé. Hasta que unas de las azafatas me despierta:

-Señorita, señorita. Hemos llegado ya a Madrid.

-Gra, Gracias. - contesto con los ojos todavía pegados. ¡Uff! Vaya sueño que me acabo de echar. ¡Qué vergüenza! Ya no queda nadie en el avión. Recojo mi maleta de mano lo más rápido posible y salgo corriendo del avión.
Laura debe estar esperándome en la puerta del aeropuerto. En efecto, no hago más que salir del aeropuerto cuando veo a Laura junto a Mario.

-¡Adriiii!- Grita la loca de mi amiga mientras se dirige hacia mi con los brazos abiertos. Cuando estamos la una en frente de la otra nos abrazamos. -¡Dios! ¡Cuánto te he echado de menos! - me confiesa al oído.

- ¡Y yo loca! ¡Y yo! - le digo mientras seguimos abrazadas.

-Pero dime, ¿cómo está Kevin? - me pregunta mientras damos por terminado nuestro abrazo.

-¡Kevin está genial! ¡Se ha recuperado súper rápido!

-¡Guauuu tía! ¡Me alegro un montón! Espero verle pronto por aquí. Pipí le echa de menos. - No puedo hacer otra cosa que sonreír. Como diga algo más, sé que me voy a poner a llorar como una magdalena. Hoy estoy sensible a más no poder.

- Venga vayámonos ya que tengo muchas ganas de ver a mi pequeña meona -digo mientras no dirigimos hasta donde se encuentra Mario. Cuando llegamos hasta él, nos saludamos. Laura no ha podido encontrar a un chico mejor. Solo por la forma en la que se miran, una se da cuenta de que están hechos el uno para el otro. Me alegra mucho que al fin mi amiga haya encontrado un chico a su altura.

Dos horas más tardes llegamos por fin llegamos a casa y nada más entrar una pequeña bola de pelo negro y blanco me recibe en la puerta y sin poder evitarlo, empiezo a hablar balleno:

-¡Holaaaa bebé! Ya está mami en casa, ¿me has echado mucho de menos? ¡Ehhhh! -le digo mientras me siento en el suelo y empiezo a acariciar a la pequeña gatita. Pipí parece que me entiende porque me responde con pequeños maullidos. - Mira lo que te he traído de Londres - digo mientras saco de una de las bolsas que llevo la pequeña camita que le he comprado. Se la pongo en el suelo y sale corriendo a subirse en ella.

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora