Capítulo 9

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-Creo que no es ni el momento ni el lugar para hacer esto - comenta la señora junto a la cortinilla del fotomatón mientras tapa los ojos a una niña que está delante de ella

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-Creo que no es ni el momento ni el lugar para hacer esto - comenta la señora junto a la cortinilla del fotomatón mientras tapa los ojos a una niña que está delante de ella.

¡Dios mio! ¡Qué situación! Creo que por mi cara pasa por toda la paleta de rojos. Como puedo, me escondo detrás del cuello de Kevin. Esta ciudad no es muy grande y la gente se conoce. Espero que mañana no sea la comidilla de todos los cotillas.

La mujer cierra la cortinilla, pero sigue afuera esperando a que salgamos.  Rápidamente nos recomponemos. Kevin se empieza a reír.

-¿Qué haces riéndote? ¡Por favor! ¡Nos acaban de pillar con las manos en la masa! -su actitud me exaspera y le doy un golpe en el pecho para que deje de reírse.

-Vale, vale, ya no me río más -dice mientras intenta parar de reír aunque le es imposible y vuelve desternillarse. 

Salimos del fotomatón. La mujer sigue allí y nos mira como si hubiera visto algo más que un par de besos. ¡Por favor señora! ¡Cambie esa cara de perro! Dios mío, nunca entenderé la mentalidad tan cerrada, se escandalizan con cualquier cosa, como si ellas no hicieran cosas peores, habría que verla...

Volvemos a casa, dentro de una hora tengo que volver al trabajo. Por el camino, Kevin no deja de reírse de mí.

- No me puedo creer que tú, doña Mala Leche, hayas reaccionado así con la señora, ¿te daba miedo la mujer? 

-¡Pues no me daba ningún miedo listo! Lo que pasa es que aquí se conoce todo el mundo y  mañana no quiero ser el tema de los radio patios de todos bloques de la ciudad.

Se vuelve a reír y esta vez pasa sus manos por detrás de mí y me acerca a él y me da un piquito que a mí me sabe a gloria. Agarrándome la cara con ambas manos vuelve a repetir el beso, pero esta vez lo alargamos un poco más, hasta que me doy cuenta de que estamos en mitad de  una de las calle más concurrida.

-¿Te puedo hacer una pregunta? -le digo al sonriente de Kevin.

-Claro, como no.

-¿Por qué has dicho en el restaurante que eras mi novio? -No sé si quiero saber la respuesta.

Kevin se queda mirándome, no se esperaba que le preguntase eso, pero sin más me contesta:

-No soporto ver como una mujer es menospreciada por un hombre. El que puso la mitad de mis genes maltrató a mi madre durante años. Por lo que no soporto ver ese tipo de situaciones. He vivido protegiendo a mi madre y mi hermana toda la vida.

¡Dios mio! Nunca me imaginé que su vida fuese así... No quiero pecar de cotilla y hacerle recordar malos tiempos.

-Lo siento, no quería incomodarte.-Le digo mientras intento deshacer el nudo que se ha formado  en mi garganta.

-No pasa nada, ahora mi madre, mi hermana y yo somos felices, lejos de aquel hombre. -Me dice sonriendo y seguimos andando.

Llegamos al portal de mi casa.

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora