Capítulo 12

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Pipipipi pipipipi pipipipi

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Pipipipi pipipipi pipipipi...

¡Qué horror de alarma! ¿Por qué no la he cambiado aún? Todavía con los ojos cerrados, cojo el móvil y apago ese odioso sonido...  A los pocos minutos, mi mente decide despertarse y mandar una orden a mis ojos para que se abran.

¡Dios! Estoy enamorada de mi cama, de mis sábanas, de mi manta, de mi almohada, de todo lo que tenga que ver con dormir... Pero no tengo tiempo que perder, hoy es el gran día... ¡Hoy veo a mi familia y amigos! Esto hace que me levante feliz, cosa que es muy raro en mí porque yo soy de las que o madruga o soy simpática, las dos cosas son incompatibles. Hoy es la excepción que confirma la regla.
Tengo ganas de llegar y abrazar a mis padres, a mi hermano, a mi abuela y a mi amiga Blanca. ¡Cómo los he echado de menos!

A las diez termino de meter todas las cosas en el maletero de mi viejo Seat Ibiza, cojo a mi pequeña gatita, que está metida en el transportín y me dispongo a salir para el pueblo. Este está a unas dos horas y media de aquí por lo que antes de la una ya estaré en el pueblo.

Antes de marcharme, me paso por la librería para despedirme de Lola. Cuando por fin consigo aparcar. Bajo del coche y me dirijo hacia la tienda. Cuando llego me sorprendo de que aún no haya abierto.

-¡Qué raro! Con lo puntual que es siempre Lola. -miro el reloj, son las diez y cuarto, se habrá quedado dormida...

Para salir de dudas decido llamarle por teléfono... Tras varios tonos, salta el contestador. La quedo un mensaje.

-¡Hola Lolita! Estoy en la puerta de la librería, he venido a despedirme pero veo que no has llegado todavía. Espero que no haya pasado nada. Cuando escuches el mensaje llámame. Estoy preocupada. Un besito.

Espero unos minutos en la puerta por si viene Lola. Pero a las diez y media monto en el coche y me voy a mi pueblo. Cuando llegue volveré a llamar.

Sobre la una más o menos llego a mi pequeño pueblo. No he dicho nada a mi madre, por lo que no sabe que he llegado. Aparco el coche en la puerta de casa y entro por la puerta trasera para darle una sorpresa.

Cuando llego a la cocina veo que mi madre está haciendo la comida mientras canta Uno x uno de Manuel Carrasco:

¿Qué quieres que le haga?

Si cuando me clavas la mirada,

Se vuelve loco mi pensamiento,

Nunca lo digo pero lo siento.

Sigue cantando, aún no se ha dado cuenta de que yo le estoy escuchando. Me encanta oír a mi madre cantar, tiene una voz preciosa, en eso yo, por desgracia, no he salido a ella. Y sin que me oiga, me coloco detrás de ella y canto con ella:

Besos de esos #EDITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora