Ayleen me envió un Whatsapp, me sorprende que ella esté tan interesada en que yo logre algo con Armin, agradezco ese bello gesto suyo. Yo suelo ayudarla en inglés y en lenguaje, bueno, que ahora me devuelva el favor de cierta forma, ¿no? Igual, yo no esperaba nada a cambio.
Dijo que tenía buenas noticias, era algo vaga y prefería que nos juntáramos en una plaza. Acepté. Antes de salir dejé la chiva de que iba a prestar un cuaderno a una amiga y regresaba altiro, era cierto en un aspecto porque me pidió un cuaderno también. Nos reunimos en la plaza más cercana al colegio, tomamos asiento en unas bancas de madera, hubo un enorme silencio incómodo hasta que decidió hablar.
- ¿Sabí' qué me dijo? -la miré fijo.
- No -dije con obviedad.
- Que ya no le gusta Stacy -asentí-. Y otra cosa más.
- Hazla corta -intercepté-. No creo que sea para darle tanta vuelta al tema.
- Que no quiere estar en una relación amorosa -hizo una mueca, volví a asentir sin más-. Le dije que hay alguien que iba esperando por él y me contestó que no lo intentaría porque sabría que estaría en un romance por pena y no porque le guste alguien.
- Comprendo. Lógico. Debe seguir doliendo el rechazo involuntario que sufrió. Ah... esa desgraciada. Negra de mierda -gruñí-. Y sólo soy racista con ella -agregué-, porque el resto de morenos son buenas personas, como tú -argumenté-. Por perras como ella es que sigue existiendo el racismo en el mundo.
- ¿Y la gente cerrada de mente?
- También -suspiré.
- ¿Te sientes muy mal? -intentó darme un abrazo, me eché para atrás.
- No es necesario que me consueles, gracias -me levanté de la banca-. En serio, gracias por preocuparte y todo, pero mis sospechas siempre fueron ciertas. Mejor espero un poco y de ahí hago cualquier movimiento.
- ¿Estás segura? ¿No quieres que les organice una cita o algo para que se conozcan más? -me tomó el brazo, la aparté con delicadeza.
- ¡No, no! -exclamé- Eso empeoraría todo. Dejémoslo así por un ratito, voy a ir acosándolo de a poco para saber sus gustos y así lo invito a algo... casual, nada meloso. Así vamos despacito -levanté el pulgar-. No te molestes.
- Ok...
- Toma -de mi bolso saqué un cuaderno, se lo entregué-. El cuaderno, ojalá no te quedes atrasada en la materia.
- Gracias -sonrió-. De ahí nos vemos.
- Chao -me despedí y di media vuelta.
En el camino logré divisar a alguien en la distancia, no suelo detenerme a saludar en estas instancias, igual creí que esta vez lo meritaba.
- ¡Nayi! -llamé, ella volteó y corrimos hasta darnos un abrazo- ¿Qué haces por aquí?
- Iba al colegio a entregar unos documentos, ¿por?
- ¿Te acompaño? Ando aburrida.
- Bueno, vamos.
Nos dirigimos al colegio, había una fila para entregar lo que serían los certificados de nacimiento para los alumnos nuevos. Adelante de nosotros vi a los dos chicos que de hace rato quería saber sus identidades.
- Eren, ¿crees que acepten los dos certificados míos? -consultó la de ojos chinitos.
- Claro, ¿por qué no? -el tal Eren hundió los hombros- Uno es el de nacimiento de que eres japonesa y el otro es de que vivías en Alemania, ¿por qué deberían rechazarlo?
- No lo sé -realizó una leve mueca.
- Si a Armin le aceptaron los documentos el semestre pasado por venir de Inglaterra y nacer en... ah, ya se me olvidó el lugar. ¡La cosa es que no tuvo problemas!
- Entiendo -asintió con delicadeza, se tapó bien con su bufanda de color burdeo.
- ¡Mikasa Ackerman! -llamaron en la oficina.
- Ya es mi turno... -murmuró la chica.
- Buena suerte - Eren levantó el pulgar.
- Uy, Ackerman igual que tu novio -molesté a Nayara, ella rodó los ojos.
- Si, bueno, ¿no? -ella prefirió tomárselo con humor.
Nos sentamos de cuclillas en el suelo para no aburrirnos tanto. Igual quedé curiosa cuando mencionaron a Armin, ¿se referían a ESE Armin? Aveces los he visto charlando, sería él... ¿Serán amigos? Um, me llama la atención eso...
- ¡Eren Jagger!
- Jaeger, ejem -corrigió mientras tosía para disimular, y entró a la oficina, Mikasa salió.
Después de él, Nayara entró y cuando me quedé sola, oí atentamente a la charla de esos dos antes de retirarse.
- ¿Sabes, Mikasa? Hoy vi a Armin solo, ¿crees que deberíamos juntarnos con él?
- Eren, Armin tiene a su grupo de amigos... Aunque no se vea feliz.
- ¡Por eso! ¡No se ve feliz! ¡Nosotros podemos integrarlo!
- Eren... bien -suspiró y ambos se retiraron de allí.
Me senté en el suelo, en la espera, vi a la profesora Petra pasar frente a la oficina. Se detuvo enfrente mío y me contempló.
- Polly, ¿te enteraste? -negué-. Oh, no me sorprende, si te escapaste de mi clase a última hora por no hacer tarea -frunció el ceño, forcé una sonrisa-. A los que terminaban la tarea les entregaba una autorización para que a finales de Septiembre viajemos como curso a Isla Negra.
- Oh...
- Aquí está la tuya -se quitó la mochila y buscó entre sus cosas un papelito, me lo entregó-. A la próxima, no me apiado de ti, eh -bromeó-. Y te anotaré por no trabajar en clases, esta vez te salvas sólo porque el profesor Levi me contó que tuviste un problema hace unos días.
- ¿Eh? -dudé, sin entender.
- Nada, nada... ¡hasta la próxima clase!
- A...diós -musité, ¿se habrá referido al tema de Romero y Armando? Ni idea.
En el instante en que Nayara salió de la oficina, le pedí explicaciones por el tema de la salida, ella me regañó por no hacer la tarea y escaparme, puesto que ella supuso que yo sabía del tema; como en la asignatura vemos poesía y el poeta favorito de la profe Petra es Pablo Neruda, ella organizó un viaje a Isla Negra, hogar del famoso escritor, para que conozcamos su casa-museo. Sonaba como una idea alucinante. De la que no me podía perder.
Iríamos a la playa después del museo. Nada del qué quejarse.
Playa, calor... poca ropa, oh, sí.
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¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)
FanfictionUn fiel seguidor de la buena literatura y una escritora novata se conocen, son lo perfecto para estar juntos pero la situación es muy compleja.