Capítulo 16: Castigo de matemática.

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El famoso día jueves llegó, no saben las ganas que tenía de que fuera clase de educación física por dos razones:

Juntarnos con las chicas de la otra clase y así conocer a la mina con cara de chinita, saber quién era, porque estoy cien por ciento segura que es de la otra clase y el chico llamado Eren también lo es. ¿Serán novios? Porque hermanos no, ni se parecían.

Y ah, la otra razón era escaparme para ir a la cancha trasera donde jugaban fútbol los chicos, así espiaría a Armin jugar y podría saber quién es el tal Eren.

Para mi mala suerte, a primera hora en la susodicha clase, estábamos sólo los de mi curso, por desgracia, ¿por qué? Porque ya casi estábamos en Agosto y a principios de Septiembre eran las fiestas patrias y... sí o sí nos evaluarían un baile. Gracias a Dios, este año sería un baile libre de elección. 

Como si no fuera obvio, Stacy se puso a chillar que ella era muy patriótica y adoraba bailar, no le hicimos caso Nayara y yo,lógico. Le sugerí que fuéramos con Xavier y Black, Nayi aceptó y ellos también. Se nos unieron tres amigos de Xavier más y comenzamos a charlar acerca del tema, sobre qué podríamos hacer. No quería que Stacy se metiera... igual lo hizo. Yo como que hice señas disimuladas para que los chiquillos negaran, no las captaron y quedé como tonta haciendo el loco.

Ella insistía con hacer algo patriótico porque se evaluarían los bailes cerca de la fecha, finalmente, acabé dándole la razón porque Nayara quería aprender de la cultura de Chile, sólo que yo a Stacy le paré los carros y le dije que fuera un baile sencillo puesto que éramos pocas mujeres y muchos hombres, y que además, nosotros no éramos buenos bailando, que fuera comprensible en ese aspecto y dejara de lucirse con que adoraba el baile, la patria y esas cosas.

Nos pusimos de acuerdo para hacer el baile de La Tirana que proviene del norte, era muy sencillo y no tardaríamos mucho en adaptar la coreografía a una más original, sin despegar la tradición original. Se lo contamos al profesor de educación física, quién aceptó la idea.

Me quedé observando a la distancia, a Armin que iba solitario. Como si no fuera predecible lo siguiente...

- ¡Armin! ¿Quieres ser con nosotros? -gritó la tonta.

- ¡Ya es con nosotras! -contestó Ayleen junto a Selena y otras dos chicas más.

- ¡Polly! ¿Quieres ser con nosotras? -sugirió Selena, me puse roja como tomate.

- Oye, sí, ándate para allá -me empujó Stacy, Nayara me tomó el brazo y la alejó de mí.

- Ya tengo grupo, gracias -murmuré, sin prestar mayor atención, me dirigí a mi grupo-. ¡Ya! ¡Ensayemos!

...

En los recreos, Nayara y yo nos juntamos las dos no más, Stacy anduvo tonteando con Xavier, eso me dio muy mal rollo porque él es muy manipulable por mujeres y con lo chantajista que es ella... Ah, no me daba buena espina eso, para nada. 

No quise decir palabra alguna, iba a esperar un poquito, así, se suavizaría un poco el asunto y no iría todo enfurecida. Era lo único que me atrevería a hacer.

A la salida, nos quedamos un rato esperando al profe Levi para hacer lo del castigo. Hubiera preferido limpiar toda la cancha que estar en una clase llena de tontos de la otra clase y de la mía, justo los más tontos. Ay, Romero, me caes tan mal.

Me senté atrás con Nayi, estando yo al centro, con los asientos de a tres, a mi izquierda iba ella. Y a mi derecha... Armin estuvo a punto de sentarse a mi lado cuando...

- Señor Arlert, siéntese aquí -el profe señaló un puesto que quedaba frente a su mesa-. Y señorita Harrison, usted aquí -indicó un pupitre al frente del pizarrón-. Que necesita máxima concentración.

De mala gana, me cambié de puesto. Stacy llegó atrasada y sin saludar, ni nada, se sentó a mi lado.

- ¡Profe, ya llegué! ¡Lista para estudiar su hermosa asignatura! -chilló con una falsa emoción.

- Espero que mejore sus calificaciones mediocres. Tsk -contestó.

- Casi se sienta a mi lado -musité muy emocionada, con ganas de dar saltitos.

- ¿Quién? ¿Armin? -se rió ella.

- Nadie, no lo metas a él en ese tema.

- Aunque se hubieran sentado juntos, ni le hubieras hablado, cobarde.

- ¿Tú qué sabes? ¡Claro que le he hablado!

- Uy, ¿sí? Entonces porqué no son amigos, porqué no son novios, ahhh -y me fuliminó con la mirada.

- Porque ya perdí la esperanza con él, prefiero a alguien más.

- Uy, el negro, ¿no?

- ¿Eh?

- Kirk, tu vecino y mejor amigo de Lars. ¡Dios! ¡Qué zorra eres! ¡Con el amigo te metes!

- Eso no tiene nada que ver.

No le seguí haciendo caso a pesar de que hablaba y hablaba, sin dejarme concentrar del todo en la clase que el profe daba. Explicó contenido básico una y otra vez, hizo varios ejercicios para demostrar. Sacó a varios a la pizarra para que hicieran otros ejemplos más. Más tarde dejó un listado de ejercicios más complicados y tomó asiento frente a su mesa. Dijo que el que acabe, que se retire.

- Ahhh, yo no entiendo cómo son tan imbéciles, ¿cómo les cuesta hacer esas ecuaciones tan simples? ¡Si es súper fácil!

- Para ti, los que nos va mal, nos cuesta aprender y el profe quiere que aprendamos desde la base. ¿No te gusta? Entonces, vete -desafié, varios lo oyeron además.

- ¡Uhhh! -agregaron un par de idiotas.

- Tú si no aprendes, es por floja si ni copias la materia, ¡todos lo saben!

No dije nada y procedí a intentar hacer el primer ejercicio.

- ¡Uy! Si recién vas en el primero, ¡estúpida! ¿Cómo tan lenta?

- ¿Y por qué no te callas? -contestó borde el profe, varios que conversaban se callaron de inmediato- Si vino a sólo desconcentrar a la alumna Harrison, entonces retírese del salón ahora mismo.

- Yo ya terminé -bufó de mala gana.

- Entonces, fuera.

Y muy picada pescó sus cosas, yéndose de ahí. Con el pasar de los minutos, los alumnos iban retirándose al finalizar la tarea. Yo no, me quedé atascada en el quinto ejercicio de diez, el cuarto me lo salté porque ni sabía cómo hacerlo y no tenía certeza de si estaba bueno lo que hice o no.

Al punto en que quedaban muy pocos alumnos dentro. Nayara se sentó a mi lado y consultó:

- ¿Cuánto te dio la siete?

- Aún no la hago -hundí los hombros.

- ¿Y la tres?

- Cuarenta y cinco. ¿Y a ti?

- Menos cuarenta y cinco...

- Ninguna de las dos son correctas -contestó el profe, entretanto barría el salón.

Y así fuimos, intentando, intentando. Intercambiando opiniones para ver cómo iba cada una, en qué nos equivocamos... Así fue como quedamos nosotras dos solas con el profesor, cuando él finalizó de barrer, se acercó a nosotras y durante unos quince minutos nos explicó paso a paso cómo iba cada ejercicio.

Fue agotador, lo admito. Cuando voy guardando mis cosas, noté un pequeño papel que iba arrugado sobre mi pupitre, lo abrí y pude contemplar todas las respuestas de todos los ejercicios. Esa letra la reconocía de alguien que me gustaba acosar, um... No, ¡era imposible, no, no!

Quiero pensar que fue la tonta de Stacy la del papel a que Armin haya pasado a mi lado y me echara las respuestas.

¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora