Joder, ¿en serio? ¿En serio? No llovió en todo lo que fue el miserable año, las vacaciones de invierno en que me moría por la varicela hubo sol... Y ahora que debo dar un examen, ¿lluvia? Ah, lo peor es que nadie me puede retirar de clases al finalizar el examen, todos en mi familia andan afuera excepto mi abuela pero ella... no, la pobre apenas camina con su bastón, sería muy malo de mi parte hacer que se vaya de casa y pase por la calle que iba inundada por varias cuadras.
Mejor me quedo todo el día en el colegio, aunque ni hagan clases.
Y así fue. Sólo éramos ocho alumnos.
Romero, Armando, Black, Yesenia, Brayatan, Nestor, Armin y yo. Peor compañía y no tengo. Excepto por Black, él es simpático, no lo considero un amigo, amigo, pero si se puede pasar un buen rato con él.
Me senté al fondo como de costumbre, esa mañana turbulenta de lluvias iba con mucho viento, teníamos las ventanas y puerta cerrada, el resto iba muy apegado uno al otro para no cagarse de frío. Yo... era inmune a estas alturas al frío en el sentido de que no había dinero para comprar medias y usaba calcetines largos todo el año. Por ello iba tan atrás, no iba interesada en obtener calor. Preferí repasar la materia de Lenguaje que ya me la sabía, aún así, quise asegurarme para que me fuera bien en el examen.
La puerta casi fue derribada, cuando entró el profe Levi con una parca enorme que lo hacía ver como un oso polar, y con un pasamontañas, apenas era reconocible, dio un portazo y se retiró esas dos prendas de vestir, para quedar más fresco y nos saludó a todos.
- Saquen los cuadernos -ordenó borde.
- KHEEEE -chilló Brayatan- ¡PERO PROFE SOMOS OCHO ALUMNOS NO NOS PUEDE HACER CLASEEE!
- De que puedo, puedo. Pero no convendría para los 36 alumnos que faltaron en ese caso porque irían perdidos con la materia.
- Ahhh pero profeeee -se quejaba.
Lo ignoró y me asusté cuando me miró fijo.
- Señorita Harrison, siéntese aquí adelante -señaló un puesto vacío que iba al lado de Armin.
- Pero... veo bien aquí, no hay quien me desconcentre -traté de excusarme.
- No me importa, venga para acá.
De mala gana, tomé asiento allí.
- Ahora, guarden todo -ordenó, varios lo miraron con cara WTF, cogió el control del proyector y lo encendió-. Tch, silencio.
Y encendió la computadora que iba vinculada al proyector, colocó una web de relatos cortos de terror. Nos hizo leer a varios mientras él se disponía a barrer la entrada del salón que tenía barro. Cuando todos terminamos nuestro turno y el relato. Se sentó sobre su mesa.
- Bien, ¿alguien tiene alguna historia con fantasmas? -consultó, nos miramos entre todos sin decir nada-. Señor Arlert, usted que es extranjero, supongo que en Inglaterra debiste ver algo paranormal, ¿no? -el rubio hundió los hombros.
- Black también es inglés.
- Ya, yo cuento primero y luego tú -interceptó el moreno.
- Bien -aceptó el profe, cruzando los brazos.
Black contó una historia de fantasmas, y después Armin hizo lo mismo. Ni me esforcé en disimular que lo miraba con cara de babosa, bueno, si alguien pregunta, lo miraba porque le ponía atención lo que relataba. Listo, no más dramas.
La clase se basó en contar historias de terror y cosas de ese tipo para perder el tiempo. En el recreo, el chico que me gustaba salió del salón y noté que se cruzó con los chicos del otro día, la chinita y el otro. Se quedaron charlando, aunque la lluvia no me dejaba escuchar ni madres.
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¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)
Fiksi PenggemarUn fiel seguidor de la buena literatura y una escritora novata se conocen, son lo perfecto para estar juntos pero la situación es muy compleja.