Capítulo 34: Huida.

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Finalmente, mi madre me dio la gran noticia de que me aceptarían en un colegio que quedaba a un par de calles caminando, era más caro que el que estaba antes, de todas formas, igual valía la pena porque es considerado uno de los mejores de la comuna. Dije "aceptarían" porque no es cien por ciento confirmado. Al menos aquí si podría partir de cero.

Para no perder el contacto y esas cosas, Armin me dijo que él se ausentaría gran parte de las vacaciones de verano porque estaría con Eren y Mikasa en un campamento premilitar, sin Wi-Fi ni nada, me sugirió que me inscribiera también.

Siempre fui una loca por el tema de la milicia pero era demasiado vaga para hacer un abdominal todo cagado, era un gran dilema. Igual se lo conté a Nayara porque también coincidimos en ese dilema, me dijo que para pasar el verano está bien y conocer gente nueva no sería nada malo.

Era una buena opción, no lo negaba. Igual debía pensarla y pedirle permiso a mi mamá.

La semana siguiente llegó y fui de visita a mi antiguo colegio, vi a Nayi junto a Selena, las saludé y dije que para otra ocasión saldríamos, que ese día iba dedicado a otra personita. Justo cuando voy a saludar a Armin, oigo a Romero junto a Stacy y Laura gritar lo siguiente:

- ¡Cobarde! -uy, sí, cobarde por mandar a la mierda la gente que me trataba mal y buscar una manera más grata de vivir porque la autoridades no me prestaban atención.

Otros insultos más vinieron, hacia Armin también porque nos vieron hablar en vez de molestarnos con sus palabras.

- ¿Nos vamos a otro lado? -sugirió él- Aquí como que huele a mierda -reímos por lo bajo.

- Vale, vámonos.

Ni alcanzamos a movernos un poco cuando insistieron con los gritos, como que no les quise hacer mucho caso, sin darme cuenta, oí un enorme golpe seco. Ambos volteamos a ver: ¡Eren y Mikasa le dieron un puñetazo a...!

- ¡CORRAN! -advirtió Eren, asentimos.

Salimos disparados como una bala lejos de ahí antes de que se formara mayor escándalo. No nos detuvimos hasta llegar a una plaza, donde nos sentamos en el pasto, detrás de un árbol más o menos grueso, donde costaría encontrarnos.

- ¿Estás bien? -asintió- Wow, que loco fue eso...

- Sí, ni creo que fuera necesario ese espectáculo... 

- Tienes razón. Digo, íbamos tranq...

- Chicos, ¿están bien? -consultó Eren, asomándose por el árbol, ambos dimos un salto de impresión- ¡Ya le partimos la jeta a esos tontos! No hay de qué preocuparse -y Mikasa que también iba asomada, asintió.

- Oigan, gracias por eso -interrumpí-. Pero no creo que sea necesario... 

- Un poco violento, sí, pero ya sabrán que tendrán que enfrentarse a nosotros si intentan cualquier movida en su contra.

- Gracias -musitó el rubio-. Algo extremista fue, igual se agradece.

- Y bueno... ¿los dejamos con su cita o quieren cita doble? -y ahí, todos menos él nos pusimos rojos como tomates.

- Eren, tu chiste no causó gracia -ella se quitó la bufanda... POR PRIMERA VEZ.

- Bueno, ¿los dejamos o quieren que los acompañemos? -Armin y yo nos miramos, hundimos los hombros.

- Lo que gusten -dijimos casi a unísono.

Se sentaron a nuestro lado y comencé a charlar con ellos, a conocerlos más. Eran simpáticos para ser honesta. Ellos también me pidieron que me uniera al campamento ese, les dije que no estaba segura y que con una amiga lo estábamos pensando bien antes de cualquier cosa. Entonces, una cosa lleva a la otra y organizamos una salida para el fin de semana, donde nos juntaríamos los cuatro con Nayi e iríamos al lugar del campamento con el objetivo de obtener las bases y otros requisitos para entrar.

Sí, era una buena idea.

...

Lo fue hasta que se la comenté a mi mamá y dijo que no, ¿por qué? Decía que según ella, a esos campamentos iban los "malos hijos" para que cambiaran su actitud con trabajo forzado, entre otras actividades. Entonces, no le dije nada de que íbamos a salir con los chicos para allá, dije que iría a la plaza no más y que pasaríamos a un McDonnald's para comer.

El lugar quedaba lejos, tomamos un autobús que terminó llevándonos al otro lado de la ciudad. Seré breve: la mayor sorpresa de nuestras vidas fue encontrarnos con dos personas que no podían ser más ajenas a este mundo de la milicia.

- ¡¿Profe Levi, profe Petra?! -exclamamos casi en un chillido. Los vimos con uniformes militares, tenían varios parches como los scouts sólo que más elegantes todavía.

Nos miraron y se hicieron los locos, como si no nos conocieran, lo que nos hizo quedar como tontos ya que lo gritamos a todo pulmón y varios nos miraron mal. Intercambiamos ideas e íbamos de acuerdo con que definitivamente eran los profes.

Eso sí, cuando hablamos sobre los permisos... todos menos yo lo tenían, excelente, ¿no?

- ¡Yo tengo un plan! -exclamó Eren.

- Yo también -intercepté-. Podríamos estar pensando en algo parecido.

- Sí, a ver que te lo susurro al oído -se acercó para contarme, fruncí el ceño.

- ¡Ni cagando, no! -negué con la cabeza- Mejor lo hago por mi cuenta, ya que soy yo quién requiere el permiso.

- ¿Y qué harás?

- Hablar con el profe Levi para que me dé un permiso y se lo daré a mi madre, listo, así ella me dejará inscribirme -crucé los brazos.

- Suena mejor mi idea -rodó los ojos.

Los otros nos miraban con cara de que no entendían ni nada. Mejor, que lo que me sugirió era más para una broma de mala onda, tenía que ver con el profe Levi, sin embargo, lo mío era algo más ético, sin problemas.

No sé, tenía muchas, muchas ganas de entrar a ese campamento. Da igual no usar redes sociales si voy a estar con mis amigos y la persona que me gustaba, o sea, resultaría ser uno de los mejores veranos de mi vida. Yo me lo veía de esa forma.

Así que... tendré que regresar a mi antiguo colegio. ¿Por qué? Porque el profe Levi no me la pudo poner más difícil, si el tipo vive en el colegio. Ah, no es una expresión para decir que él pasa horas allí, no, es literal. La sala que alguna vez funcionó como sala de castigos y detención, ahora es el hogar del profe porque tengo entendido de que lo echaron de su casa y no tiene donde vivir. 

Vaya, ya le llegó la crisis de los cuarenta, aunque parezca de quince y... Dios, ¿cómo no envejece? Ah, no, me distraje del tema principal, bueno, de ahí veo cómo me las ingenio.

¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora