Capítulo 38: Am, ¿incómodo?

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La primera noche quise gastarla en descansar bien, a pesar de que sabía que Mikasa e Historia andaban charlando a media madrugada en voz baja. Nayara y yo coincidíamos en que lo mejor era andar con buena energía para el día siguiente, siendo que ella era el tipo de persona que no se negaba a dormirse tarde.

Bueno, mañana tendríamos las primeras actividades intensivas, íbamos a acabar muertas de cansancio.

Cuando nos levantó de golpe el sonido de una trompeta, corrimos las cuatro como condenadas, cargando toallas entre otras cosas, para dirigirnos a las duchas comunales. Ah, sí, sin duda esa es una de las mejores maneras para poder confiar en tus compañeras de cabaña.

Luego de colocarnos el uniforme, nos reunimos con el resto de chicas. Mientras que los chicos iban a la otra esquina de el campo. Dijeron que debíamos ganarnos el desayuno nosotros mismos. Partimos bien. Bueno, el profe Levi me entrenó con tantos castigos, ya resisto a todo.

...

Joder, ¿por qué miento? Si por no desayunar hemos quedado hechos mierda.

Ah, nos hicieron trotar por quince minutos, sin posibilidad de parar ni beber agua, al rededor de todo ese campo.

Recuerdo un momento exacto donde Armin y yo quedamos juntos, yendo a pasos muy flojos porque ya no resistíamos. Él intentó saludarme de manera romántica; con un beso en los labios, negué y seguí adelante. Lo siento, no puedo ponerme melosa cuando debo concentrarme en correr y más encima, seguía algo picada por lo de anoche. Sí, así de patética.

Me dio penita porque me miró después con ojos de cachorrito y para no distraerme, corrí el doble de rápido.

Y por eso mismo, es que acabé tan mal.

- El capi nos timó, es demasiado pa' mí -opiné, jadeando y tirada en el suelo.

- ¿En serio? -Nayara me miró mal.

- No fue tanto -comentó Mikasa, colocándose su bufanda que dejó tirada en un árbol para evitar ahogarse.

Ahí la miramos el doble de mal, no todos tenemos su gran resistencia física, ni mucho menos su six-pack... ¡Six-pack, ella lo tiene! Que buena amiga ella, que nos cargó el culo hasta el casino para poder desayunar y recuperar energías.

- ¿Todo bien, todo correcto? -le pusimos cara de culo al capitán Levi- Tsk, eso no es nada, prepárense para la tarde. Asegúrense de comer bien ahora si no quieren lamentarse.

Y bueno, las señoras del casino abrieron una caja que contenía sandwiches... Ya se imaginarán la abalancha por conseguir algo de comida.

- Chaa, ¿qué weá? -bufé cuando me pisaron el pie- ¿Quién fue el chistos...? -vi a un tipo de cabello castaño claro coger el mismo emparedado que yo- ¡Deja, que es mío!

- ¡Ya te sacaste cuatro más, cerda!

- ¡Son para mis amigas, sopenco!

Varios más empujaban y forcejeaban por otros panes de la caja, hasta que logré sacar siete en total -nunca se sabe-, pasé a llevar al tipo, quién se fue de hocico al suelo y sin nada de comer. Salí de la multitud y divisé a mis amigos que ya tenían algo que desayunar, entonces, el corazón de abuelita atacó y ayudé al sopenco a levantarse del suelo, le di dos panes.

- Toma, me diste pena -admití.

- Gracias -los tomó, no sin antes dar una leve pulida a su uniforme tras ponerse de pie-. Soy Jean Kirschtein, ¿tú?

- Polly Harrison, aprende la ley de vida, socio: si no te la juegas en un ambiente lleno de pseudo-delincuentes y tipos cuyos padres no los quieren en la casa, mueres aplastado.

¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora