Como era de esperarse, Armin se molestó conmigo al enterarse.
- Vamos, Armin, no te enojes, ya pasó -traté de arreglarla.
- Selena y yo te lo advertimos,que iba a ser peligroso -cruzó los brazos, sin dirigirme la mirada.
- Sí, sí, lo sé... -suspiré- Pero ya pasó, estoy bien.
- Bien -aceptó, estiró los brazos y forzó una sonrisa, yo me acerqué a besar su mejilla.
- ¿Mejor? -sonreí nerviosa.
- Sí -me abrazó-. Aunque yo te lo advertí más por celos, este... Bueno, al menos no pasó nada grave -besó mi mejilla también-. Espero que hayas aprendido la lección.
- ¿Y cómo no? -tosí levemente- No más Metallica, y sí más de ti -él se sonrojó de a poco.
- Bien, este... ¿sabes? Ya ha pasado su buen tiempo y nos conocemos mucho más, ¿cierto? -asentí-. Bueno, yo me preguntaba si... Em, este -suspira-... ¿quieres ser mi novia?
Sonreí de oreja a oreja, parecía drogada de la pura emoción.
- ¡Sí! -acepté en casi un chillido de una fangirl loca- ¡Claro que sí, mi Armin querido!
Nos dimos un muy cálido abrazo, para después mirarnos a los ojos fijamente, una pequeña sonrisa se dibujó en nuestros rostros y procedimos a tener nuestro primer beso como pareja. Tan tierno, tan pasional. Aún no me creía que fuera verdad.
Esa tarde fue dedicada a sólo él y yo, andábamos en esa famosa plaza, tonteando como niños pequeños tanto como dedicándonos frases tiernas uno al otro. O al menos lo intentábamos, porque las cosas demasiado cursis no nos salían. Uno que otro besito y nos despedimos.
Al llegar a casa, vi un enorme paquete en la entrada bajo mi nombre.
Lo entré y le conté a mi madre del asunto, juntas lo abrimos para hallar un uniforme de mi talla. Sí, al final mi mamá si me inscribió y le dijeron que iban a enviar el uniforme con recambios, vaya, no creí que fuera en serio. Digo, pensé que había que retirarlos pero no, lo mandaron a la casa. Sin costos de envío.
Al ver mi Whatsapp, en el grupo ya andaban mandando fotos del paquete que les llegó, vaya, parece que fui la última en recibirlo. Aproveché de tomarle fotos también y enviarlas, ¿qué? Quería ser popular también.
En dos días más me iba con los chicos al famoso campamento, por todo el verano. Sí, pasaré navidad y año nuevo allí también, junto a los amiguis, el novio y gente que quiero suponer, que será buena onda. En todo caso, el profe Levi -o el Capi, como me gusta llamarle ahora- estará allí para solucionar cualquier problema, al menos eso me imagino yo.
Más que nerviosismo extremo no podía sentir.
...
El tan esperado día llegó, me despedí de mi familia de manera muy cariñosa, puede que no hubiera Wifi, pero si había señal telefónica. Prometí llamar cuando llegara y tuviera claro un horario para recibir llamadas todos los días.
Cuando entré al lugar, noté que los chicos me reservaron un lugar en la fila, los saludé muy animosa. Mientras conversábamos sobre qué cosas quizás haríamos allí, hubo un momento en que Armin me dejó de lado, no de manera agresiva, me dijo que volvería de inmediato... Lo seguí con la mirada y vi como corría para abrazar a una muchacha rubia, quién le devolvió el gesto. Los contemplé por varios minutos, ya que no dejaban de charlar muy contentos.
No soy alguien que suela ser celosa, al menos no a niveles desquiciados. Sin embargo, admito que fue algo extraño ver cómo le hablaba tan contento a esa chica, ¿quién era? No voy a andar diciendo que es una zorra o lo que sea como cualquier mina cínica, es ridículo, lo único que puedo pensar es que son amigos de alguna parte, pero... ¿de dónde?
Sin darme cuenta, abrieron las puertas y él no regresaba, le hice señas para que viniera, me dijo gestualmente que "de ahí nos vemos", rodé los ojos. Con los chicos avanzamos con lentitud porque... joder, qué multitud más bestia, eh, que empujaban, no era necesario. Nos condujeron a un patio enorme, allí por unos parlantes fuimos escuchando el discurso de bienvenida, donde explicaron en qué consistía todo, los horarios, las localizaciones...
Más tarde, fue como una hora que nos tiramos en agruparnos en diferentes cabañas. En la mía, habían dos literas con dos camas cada una. Allí estaban Nayara, Mikasa, la chica rubia esa y yo. Fue incómodo por eso mismo, de inmediato la saludamos para incluirla en nuestro grupo. Se llama Historia, me dio cosa preguntarle de dónde es que conocía a Armin, me hice la tonta no más.
Nos adaptamos cada una, guardando nuestras cosas en los diferentes estantes y nos pusimos de acuerdo quién dormiría adónde.
Historia era muy simpática, no lo negaba, demasiado. Al punto en que llegaba a dar miedo, digo... ¿Nunca se han topado con alguien demasiado amable para funcionar y no sabes si lo es por joder? Pues algo así sentía, quizás rebuscaba mucho o no sé.
Nos volvimos a juntar con mi novio y Eren en la hora de la cena, ah... este último sólo estuvo un rato con nosotros, porque se peleó con un muchacho de cabello castaño claro y ambos fueron separados, tanto como echados de allí por causar disturbios. Bien, sabía que él era impulsivo pero no sabía que tanto.
Habíamos estado charlando como si nada, sin tomar el tema hasta que pregunté a mayor detalle la razón de todo porque no estaba convencida del todo.
- Se pelearon por un postre -explicó Mikasa con suma tranquilidad.
- ¿Y era necesario recurrir a los golpes? -fruncí el ceño.
- No.
- Al menos están bien y no pasó a mayores -Armin trató de arreglar la situación con una sonrisa forzada.
- Sí -dijo con voz seca ella, nosotros nos quedamos callados-. Armin, Eren ya lo sabe y puede que te haya dicho pero igual te lo repito: incluimos a una chica en nuestro grupo.
- Oh, ¿en serio? ¿Cómo se llama?
- Historia, es una rubia de ojos azules, va sentada por allá... con la otra rubia pero más alta -señaló una mesa donde nuestra compañera iba junto a una chica casi igual a ella, sólo que se veía un poco mayor.
- Oh, ¡sí la conozco! -exclamó muy feliz, contento , emocionado, todo lo positivo.
- ¿En serio, cariño? ¿De dónde? -consulté curiosa, esperando no quedar como una psicópata.
- Este, eh... -se quedó en silencio, hizo una mueca.
- ¡Chicos, ya estoy de vuelta! -exclamó Eren con una bolsa de hielo en la cara.
- ¡Eren! -exclamó Mikasa.
- Hostia, tío, te hicieron mierda la cara -comentó Nayara.
- Estoy bien, se los aseguro... ¿me perdí de mucho?
Sonó la campana para regresar a las cabañas, por citófono especificaron que en las cabañas podríamos conocernos mejor y esas cosas. Cuando volteo para despedirme de mi novio, noté que ya no estaba sentado al lado mío, había ido a hablar con Historia; a despedirse de ella y no de mí.
Bien, aquí hay algo mal.
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¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)
FanfictionUn fiel seguidor de la buena literatura y una escritora novata se conocen, son lo perfecto para estar juntos pero la situación es muy compleja.