Capítulo 29: Bueno y malo.

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El evento de matemáticas, ah... fue aburrido, lógico, que bueno que fue en la cancha de pasto sintético, donde el público hacía cualquier cosa menos poner atención... No, no tan así. Cuando se trataba de dar ánimos a los alumnos de cada curso, sí, ahí todos se manifestaban para apoyar.

Con las chicas nos echamos sobre el pasto, a pleno sol sofocante, Ayleen con el puto palo de selfies, captando cada momento del evento, del paisaje, de nosotras jugando como niños pequeños en el pasto... Ah, mil selfies de ese momento y eso que nunca fui adicta a esas cosas, pero para hacer payasadas frente una cámara; con caras graciosas... Era infalible.

A la distancia, divisé a Armin que no dejaba de mirarme junto a Eren y Mikasa.

- ¿Cuántas van? -consultó Nayara.

- Diecisiete en lo que va del día, cuatro en lo que lleva de evento -contesté, un poco nerviosa-. No quiero suponer que eso significa algo importante, me estaría pasando el rollo por nada.

- Bien dicho, mirar no significa nada -agregó, muy convencida.

- Aunque da un poco de mal rollo que me miren los tres -opiné-. ¿Hablarán de mí?

- Pues... ya también le hablaría a mis amigos si hay alguien que no deja de mirarme -no evité soltar una carcajada.

- Cierto.

Fue divertido corretear por el pasto, empujarse unas a las otras... Hace mucho que no me divertía como una niña. Y como era de esperarse, ninguno de mi clase gano algo porque sólo se inscribieron uno que otro tonto interesado en ganar premios, sin esforzarse en lo absoluto. Aunque, seamos sinceros, el curso es una mierda. Hace un par de años éramos caóticos pero al menos no éramos hipócritas ni abusadores con los grupos que no son nuestros amigos, ahora es todo lo contrario. No somos caóticos con los profes, pero si hipócritas y abusadores entre nosotros como curso tras tantas traiciones entre grupitos de amigos. Me incluyo también, quizás no sea la más santa ni la más mala,no obstante, asumir como ser humano es lo mínimo que se puede hacer.

Y ellos no lo hacen.

...

Días más adelante, mi madre regresó más tarde a casa porque dijo que se reunió con la psicóloga para charlar acerca de las cosas que yo le he contado y que me opongo a seguir esas corrientes espirituales, porque necesito lógica y una solución fidedigna, nada de creencias espirituales con efecto placebo que me hacen creer estar bien, eso es de tontos.

Mi mamá me regañó de cierta forma por negar la ayuda, aunque hallaba razón en algunos aspectos, que prefieran meter sólo cosas espirituales, que aunque yo diera nombre y apellido sobre quiénes me hacían daño, no hacían nada y me distraían con excusas. A punto de ponerme a llorar, le rogué a mi madre que no quería ir más, que estaba harta de pasar malos ratos, que por más que me esforzara en ahuyentar la mierda, ésta regresaba con más fuerza. Que no podía concentrarme ni tenía voluntad para estudiar, que más encima ya llevaba casi un mes sin captar el rumbo y los profes no dejaban de hablar y ni siquiera los conceptos básicos entendía, así que preguntar no servía de nada porque me regañarían por no poner atención.

Luego de desahogarme en sus brazos, dejando escapar cataratas de lágrimas... ella vino con la solución.

Hacer el año de nuevo, lejos, muy lejos de esos tontos. Sólo que necesitaría apoyo, tanto como voluntad de mi parte para resistir una o dos semanas más entretanto ella me buscaba una nueva escuela de calidad, y que el tiempo en que siga asistiendo a clases, al menos copie la materia y tenga todo el material listo para recomponerme el año siguiente, sin complicaciones. Que, al ser la misma cosa, al menos tendría una pequeña base.

Acepté.

Creo que fueron diez años en esa escuela, sí, diez años. No diré que fue este año en que la cosa se puso fea, porque la cosa iba mal desde hace mucho tiempo atrás, iba a ciegas, creyendo que lo malo era algo normal que debía pasar. Cuando no era así. Ahora que exploté y no puedo aguantar más, es donde más mal me siento.

Sin miedo a nada, mensajeé a las únicas personas de la escuela en las que se puede confiar -Nayara y Selena-, en total, no tendría porqué extrañarlas, si somos amigas, lo seremos siendo de diferentes colegios también. Les notifiqué por fin de la decisión final que anhelaba que fuera afirmativa desde hace tiempo.

Me tomaron por loca, es obvio, luego de argumentar un poco más... Me dieron la razón en algunos aspectos, sobretodo en el tema de que si somos de otros colegios, no tendríamos porqué ir separadas y olvidar la amistad.

Los días en el colegio se basaron en sólo escribir materia y quedarme escuchando música, sin hablarle a casi nadie en las clases para aparentar hacer algo por la vida, cuando sólo deseaba que llegara pronto el día. En los recreos, aveces me deprimía mirando cómo mis "amigos" varones me repudiaban y hablaban mal de mí junto a esa traidora, sonreía enamorada espiando a Armin en la bilbioteca, tanto como me moría de risa con mis dos amigas ya sea contando vivencias o haciendo bromas de algo en específico. Tantos contrastes que ya se me hacían monótonos de vivir día a día en el colegio. Como si el tiempo no pasara, y se mantuviera congelado, repitiéndose el mismo día; todos los días, diálogos variados, mismo resultado.

Quedaba poquito.

¿Iba a confesar o no mi amor una vez que me fuera? Tenía planeado hacerlo, aunque me diera mucho miedo.

¡La stalker del nerd ataca! (Armin Arlert, SNK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora