BETRAYAL

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Enn niega con la cabeza, y yo ruedo los ojos volviendo a entrar en el vestidor. LLevamos ya cerca de dos horas comprando, pero no me deja irme hasta que encontremos "el vestido perfecto". Parece que en lugar de ser yo la chica, lo es él.

- ¿ Así que líder, eh ? - inicia la conversación mientras yo me quito la ropa, y alzo la voz para que me escuche a través de la puerta.

- Sí, aunque ahora mismo no me siento así, diferente. Sigo siendo la misma, se me hace raro pensar que soy una de las cinco personas más importantes de Osadía. ¿ Tú por qué lo rechazaste, Enn ?

Él me pasa otro traje por encima del vestidor, y me contesta:

- Es demasiado arriesgado para mi.

Sé que hay algo extraño en todo eso, sé que hay algo que lleva tiempo ocultándome. Creo que sé lo que es.

Salgo con el nuevo vestido, y él frunce el ceño.

- Date la vuelta - me ordena, y yo lo hago - Nop, ese no. No me gusta la forma que te hace en la espalda.

- ¡ Enn ! - protesto cansada sentándome en el pequeño banquito. Frustrada, me levanto y le doy una mirada a los conjuntos de la tienda. Escogeré un vestido yo, y con eso me quedaré.

Una prenda llama mi atención, y la saco de la percha.

Es un mono negro (esas cosas no cambian), bastante corto, dejan mis largas piernas al descubierto. Tiene un escote en forma de corazón, y unos pequeños tirantes que lo sujeta a los hombros. Además, lleva incluido un colgante dorado, cosido a los lados sobre la tela.

Me miro al espejo satisfecha y abro la puerta, posando para Enn.

Él aplaude emocionado, y me da un abrazo.

- Estás guapísima, Elsie, definitivamente te llevas este.

Sonrío aliviada de no tener que probarme más cosas y me lo llevo hacia el mostrador, tendiendo mi cheque de puntos a la dependienta.

El mono es un poco caro, pero no importa. Tengo muchísimos puntos, casi el doble que Enn, que escogió vigilar la valla, así que no pasa nada por gastar unos pocos. Ventajas de ser líder.

La osada mira sorprendida mi acreditación, y alzo una ceja interrogante.

- Oh, lo siento - se disculpa con una sonrisa - me ha cogido de improvisto, es todo. Así que vas a reemplazar al viejo Hogwart.

- Así es. Y tranquila, yo todavía no me he acostumbrado- respondo amablemente y cojo la bolsa lista para irme.

- Supongo que es para la fiesta de nuevos miembros de Osadía de esta noche- sube la voz ella mientras salimos de la tienda.

- Sí - confirmo dándome la vuelta para mirarla- empieza dentro de una hora.

- Bueno, nos veremos allí entonces, supongo - sonríe ella, y yo asiento y me despido con la mano.

(...)

Sigo diciéndome que no estoy borracha, aunque eso se ha convertido en una gran mentira desde hace horas.

Para ser justos, no creo que haya alguien aquí plenamente consciente.

Me acerco a la barra, pero no para pedir otra copa, porque presiento que vomitaría.

Simplemente me siento en una de las sillas altas, y dejo caer mi cabeza sobre mis brazos. Es una sensación muy extraña.

En Erudición me dejaron probar el licor una vez, pero nada como esto. Las cosas no daban vueltas, ni andaba tambaleándome o mis sentidos estaban.. atontados.

Alguien me llama, y alzo la mirada confundida para mirar a Cuatro.

- Hola - saluda extrañamente alegre - Te veo...

- ¿ Borrosa ? - intento adivinar con una sonrisa.

- No, aún no estoy tan mal como tú - ríe apoyando un brazo en la barra, y yo me encojo de hombros - Has escogido liderazgo, ¿ verdad ?

- Ajá - asentí girándome para encararlo - Pero tranquilo, no me convertiré en una capu*a egocéntrica.

- Bien, eso está bien supongo - vuelve a reír y yo me contagio de su risa. Es hermosa, no sé por qué no ríe más a menudo.

- Pero también voy a ser instructora - sigo la conversación, y él alza una ceja sorprendido.

- ¿ Dos trabajos ?

- Oye, no te extrañes, como si tú tuvieras solo uno - bromeo dándole un pequeño codazo.

- Bueno, pero trabajar en la sala de control no es lo mismo que ser líder - replica sonriendo.

- Pero te dieron la opción, por lo que sé. ¿ Por qué la rechazaste ?

- Hay muchas cosas que no me gustan de Osadía.

- Por eso escogí ser líder, para intentar cambiarlas - le hago ver y él se encoge de hombros y habla en un tono de voz más bajo.

- Además, es... peligroso.

Justo lo que pensaba Enn. Los dos fueron primeros de su clase, y los dos rechazaron ser líderes.

- Cuatro... - susurro y me atrevo a preguntarle - ¿ eres divergente ?