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Las primeras veces hasta habría temblado de miedo.

Mis pies se hubieran tropezado y probablemente habría acabado espachurrada contra el suelo.

Es curioso cómo ahora soy capaz de subir y bajarme del tren que recorre toda Chicago con tanta facilidad como si se tratara de una simple zancada en la acera.

Ni siquiera tengo que pensar o esforzarme.

En el camino, la noche ha llegado para sustituir al día, y las estrellas titilean en el cielo por encima de nosotros.

- ¡ Iniciados ! - nos llama Eric, y pronto formamos un grupo a su alrededor - Puesto que este año somos menos, algunos Osados de generaciones anteriores se han ofrecido voluntarios para participar.

Escaneo los rostros en la oscuridad, localizando a aquellos que no me resultan tan conocidos.

- Esto es una tradición de Osadía, así que tomároslo en serio - advierte Cuatro echándonos una mirada amenazadora. Después, se vuelve hacia Eric y alza una ceja - ¿ Quien empieza ?

- Tú, lo necesitarás - sonríe Eric con una postura de superioridad.

Cuatro se encoje de hombros y observa el grupo de iniciados antes de escoger.

Al final acabo en su grupo, junto con Dale, Theo y James, y también se nos une Zack y Shauna, osados que terminaron su iniciación hace un año.

Rick, Enn, Kale, Steward, Will y Lauren, una de las líderes, pasan a formar parte del equipo de Eric.

Parece ser que este año somos menos iniciados que cualquier otro.

- Eric, tu equipo puede salir primero - ofrece Cuatro, y él no se lo piensa dos veces. Hace unas señas a su grupo, y se van corriendo - Bien, ¿ alguna sugerencia de donde esconder la bandera ?

- ¿ Hay algunas reglas ? - pregunta Dale, el primero en la clasificación por el momento.

- ¿ Qué se te ha ocurrido ? - alza una ceja Zack.

- No sé, ¿ puede esconderse en una fuente o algo, o tiene que ser medianamente visible ?

- No podemos esconderla bajo el agua. Tenemos que colgarla en algún sitio, o engancharla - niega Shauna y Cuatro permanece de brazos cruzados, esperando que a alguno de nosotros nos llegue la inspiración.

Mientras los demás dan ideas al azar, esperando encontrar una buena, yo pongo mi mente a trabajar. Esto es un simple ejercicio de matemáticas, una ecuación.

Me doy la vuelta hacia nuestra bandera, y la observo fijamente.

Es verde fosforescente, es decir, brilla en la oscuridad.

Si la dejamos a la vista, sin taparla, en seguida se vería a decenas de metros de distancia.

Frunzo el ceño y me llevo una mano a la boca. Siempre lo hago cuando estoy pensando.

Lo más lógico sería ponerla delante (o detrás ) de algo que camufle su color.

Levanto la mirada y doy unos pasos atrás para separarme del grupo, analizando los alrededores.

Y sé cual sería el sitio perfecto.

- Dejémosla en la tierra - alzo mi voz y todos me miraron con cara de " ¿ Eres retrasada ? ".

- No es un buen escondite - sonríe Theo burlándose.

- Me refiero en el suelo, entre los Panellus Stipticus que hay ahí - señalo con un gesto, pero todos se me quedaron mirando como si no entendieran ni jota de lo que trato de decirles. Ruedo los ojos exasperada y explico - Panellus Stipticus se denomina a un hongo que tiene las características de ser bioluminiscente. Antes del Cataclismo, en la Antigua Era,habitaba en gran parte del mundo, pero es más habitual encontrarlo en lo que antes era Norteamérica, especialmente en la zona este. Por si no lo sabeis, nuestra ciudad está en esa zona.
Creo que este hongo se utilizaba como espesante sanguíneo.

El silencio fue el único que me responde por unos largos minutos.

- ¿¡ Pero qué libro te has tragado ?! - exclama James con los ojos abiertos, y los demás estallan en carcajadas.

- Demasiados. No, de verdad que es un buen sitio - dejo de sonreír para ponerme seria y les hago una seña para que me sigan, llevándolos hasta el lugar donde he visto los hongos hace nada- ¿ Lo veis ? Son verdes, y brillan en la oscuridad, al igual que la bandera. Si la escondemos ahí no podrán verla desde lejos, o incluso desde cerca puede que no noten su presencia al estar camuflada.

Tomo sin pedir permiso la bandera de la mano de Cuatro, y le pongo a modo demostración.

Sonrío satisfecha; apenas se nota la diferencia.

- Bien hecho, erudita - me elogia Zack.

- Osada ahora, querido - le guiño un ojo atrevidamente, súbitamente feliz. Esto es como mi diez en el examen de recompensa.

Puedo ver un rastro de sonrisa en el rostro de Cuatro, y él asiente en mi dirección, haciéndome saber que le he impresionado.

- Bien,manos a la obra.

BETRAYALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora