BETRAYAL

5

Cuando el último chico hace su elección, Abnegación, es hora de hacer lo que siempre he odiado : echar a correr.

Los osados, como siempre, son los primeros en salir de la Ceremonia, pero para mi sorpresa, por las escaleras.

Antes de desaparecer arrastrada por la marea de gente con ropa oscura, giro 45° mi cuello para echarle un último vistazo a los miembros de mi facción. De mi ex-facción, me autocorrigo.

Al instante, mi mirada se cruza con la de mi madre que, por primera vez en este último año, parece denotar algún sentimiento ; ira. Ira en su estado más puro.

Casi puedo oír sus palabras en mi cabeza: Traidora, ¡ mi hija una traidora ! Siempre supe que serías una vergüenza para tu facción.

Por un momento, me siento feliz, emocionada de que al fin algo que hago le importe,aunque sea para mal. Le duele, le molesta, le irrita que la haya traiccionado. Supongo que estaba tan segura que yo pertenecería a Erudición que jamás se molestó en intentar averiguarlo.

Pero después, su ira se transforma en la mía. ¿ Cómo se le ocurre reaccionar así, mirarme con.. odio ?
Lo mató, lo mató, con sus estúpidos experimentos.
No me dirigió la palabra durante meses, no me prestó atención durante años.
No tiene el derecho de ser mi madre.

Canalizando toda mi furia, corro con todas mis fuerzas detrás de los demás y escalo con rapidez las vigas que nos llevan al andén del tren.

Mis brazos tiemblan un poco por el esfuerzo, pero no es tan difícil como pensaba.

Todos se ponen en fila, y cuando llega, algunos intrépidos saltan hacia él y abren las puertas, para que los demás podamos llegar a su interior.

Me asusto al pensar que no corro lo suficientemente rápido como para alcanzarlo, pero en menos de lo que pienso ya estoy sentada dentro.

Me apoyo en la pared, que vibra con un repiqueteo, y tomo una gran bocanada de aire para recuperar el aliento.

Al igual que algunos transferidos, río histéricamente, cerrando los ojos.

Jeanine Mathews, "madre", me voy a Osadía.