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Cuatro levanta la mano al final del comedor, y sonrío caminando hacia él.

Como siempre, me ha guardado un sitio. Comemos juntos todos los días, así que si yo llego tarde, él me reserva un sitio a su lado, y si es él quien se retrasa, se lo dejo yo.

- Después de dos años sigues mirando la hamburguesa raro- río al ver su expresión y él levanta la cabeza encogiéndose de hombros.

- Supongo que tu antigua facción nunca desaparece del todo. ¿ Acaso tú dejas de preguntar cuando ves algo nuevo ? - se cruza de hombros alzando las cejas, y yo niego con la cabeza sonriendo.

- De acuerdo, tienes razón - alzo la manos en son de paz.

Giro la cabeza en dirección a Zack, que se ha quedado mirándonos fijamente.

- ¿ Qué Z ? ¿ Me he manchado la cara ?

Él reacciona y sacude la cabeza, devolviendo la vista a su bandeja.

- Lo siento, es que me sigue chocando ver a Cuatro tan...

- ¿ Tan qué ? - pregunta él con una mirada de advertencia, que Zack no echa cuenta.

- ¿ Normal ? ¿ No intimidante ? ¿ Simpático ?

- Eh, no te pases - le reprocho dándole un manotazo amistoso y me vuelvo hacia Cuatro, agarrándole de los mofletes como lo haría una abuela - Pero mira esta carita, ¿ como es que puedes objetar algo de él ?

Zack rueda los ojos y finje vomitar, y yo lo ignoro y me lanzo sobre Cuatro para comérmelo a besos.

- ¡ Elsie ! - se queja tratando de apartarme. Varias personas se giran hacia nosotros para ver la escena riendo.

Al principio, cuando comenzábamos a salir, Cuatro ni siquiera me dejaba cogerle la mano en público, y me costaba aún más darle un beso frente a los demás.

Pero cuando estábamos solos, no quedaba nada de Abnegación en él. De hecho, era quien siempre tomaba la iniciativa.

Cualquiera lo diría viéndonos ahora. Cuando no era yo la que me abalanzaba sobre él, era él el que me daba los "mimitos".

Río y me detengo, no me he dado cuenta de que me había subido en su regazo.

- Bueno, instructor, tengo trabajo que hacer- me despido besándolo lentamente en los labios y me levanto.

Me giro para verlo mientras camino, y él me sonríe ampliamente. Vuelvo a clavar la vista al frente, y saludo a Eric alegremente que está entrando por la puerta.

- Buen día, Eric.

- Odio cuando dices eso - masculla aburrido sin detenerse.

Lo miro para nada sorprendida, está muy cabreado recientemente.

Creo que es por el liderazgo, llega una nueva generación de iniciados y tenemos mucho que hacer.

Me encojo de hombros y sigo mi camino por los pasillos de Osadía, subiendo a mi apartamento.

Allí, me tumbo sobre la cama para descansar un rato antes de seguir con el papeleo.

(...)

Abro los ojos cuando siento unos labios sobre mi cuello.

Sonrío al techo aún adormilada y acaricio el cabello de Cuatro, que se sube en la cama quitándose los zapatos para besarme.

- ¿ Cansada ?

Suspiro ante sus caricias, y ronroneo como un gatito.

- Mierda, no he hecho nada, tengo trabajo atrasado - me lamento tratando de incorporarme, pero él no me deja.

Me mira haciendo un pucherito, y yo río negando con la cabeza.

- Por favoor - insiste pegando un mordisquito en mi oreja - ya lo harás mañana..

- Está bieen - cedo con un suspiro, y él suelta una exclamación de victoria, antes de aprisionarme contra la cama y deslizar sus manos cuerpo abajo - Más te vale compensarme.

BETRAYALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora