LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO c/ sTaXx (EDITANDO)

CAPÍTULO 20: "Tú no eres de nadie más"

Danielle

—¿Grefg?, Danielle... ¿¡Grefg?! —exclamó Frank, que por la manera en como agarraba el volante con fuerza podía notar que estaba cabreado.

—Sí, ¿Qué tiene?, él es solo...

—¡Joder! —me interrumpió —, ¿De cualquier persona en la tierra tenías que salir con ese gilipollas? —parpadeé repetidas veces, él nunca me había hablado de una manera tan dura y cortante.

—¿Qué dices?, ¿Qué te hace pensar que salgo con él? —intenté calmarme, había extrañado a Frank como para perder el tiempo discutiendo, pero a juzgar por como me miró, pude entender que para él era el único plan.

—No soy ningún idiota, tú mamá y yo los vimos a punto de besarse.

Abrí la boca para refutar, pero entonces me di cuenta que era cierto, David estaba a punto de besarme y a eso aún estaba buscándole explicación, ¿Acaso le gusto?

—¡Danielle!, ¿estás siquiera oyéndome? —me reclamó mi mejor amigo por enésima vez, y entonces, entre el estrés acumulado y lo resentida que aún estaba con él, empecé yo también a cabrearme.

—Vamos a ver, Frank, ¿A ti que demonios te importa con quien salga o no? —intenté no sonar tan borde, pero vamos, si que soné así.

—Soy tu mejor amigo —dijo sin más, como si fuese alguna especie de dominio sobre mí.

—Oh, vaya, recién lo recuerdas —agregué con ironía.

—Dann, no vamos a tener esta discusión nuevamente —Suavizó el tono de su voz, oh sí, él se sentía culpable porque sabía que era cierto.

—¿Pero si podemos discutir por David?, ¡Es estúpido!

—Es que no puedes estar saliendo con él —soltó frustrado.

—Yo soy libre de salir con quien se me de la gana —repliqué.

—¿Entonces es cierto?, ¿Sales con él, Danielle? —me miró con ganas de intimidarme, como si eso evitara una respuesta afirmativa de mi parte, pero no, a Danielle Moore nadie la reta.

—Sí, salimos desde hace pocos días —mentí —, él me acompañó a llevar a Peperonni al veterinario —le conté, recordando la presencia de mi cachorro, a quien comencé a darle cariño —, mientras otros preferían follar.

El silencio se hizo presente, los nudillos de Frank estaban blancos sobre el volante y su mirada fija en la carretera.

Podía esperar que grite, podía esperar que comience a soltar palabrotas, pero definitivamente no esperé la  reacción que tuvo. En algún momento inesperado, giró su rostro hacia el mío, y sin previo aviso, me besó.

ME BESÓ, ¿Porqué me está besando si... Joder, que bien besa.

Perdí el momento exacto en el que comencé a corresponderle, pero lo que si sé es que, al tomar mi nuca, intensificó el beso sobre mis labios.

Después de cinco segundos en los que estaba volando entre su delicioso sabor y lo bien que se le daba besarme, desperté de mi ensueño y me separé bruscamente.

Lo miré con los ojos como platos, pero no dije ni una palabra, simplemente no podía, él también me miró, se notaba más relajado, o quizás la palabra era: confiado, comenzó a sonreír levemente y negó con la cabeza.

— Tú no eres de nadie más, Danielle —susurró.

Una fría corriente me recorrió toda la columna y me puse algo más rígida.