CAPÍTULO 41: "Hora de regresar a la realidad"

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Danielle

El sol salía, sus rayos impactaban sobre mis ojos y yo no hacía nada más que cubrirme con la manta que tenía encima para evitar despertarme del todo.

No queria salir y enfrentar la realidad. Con lo bien que se sentía dormir, prefería hacerlo, antes de recordar la noche de ayer.

—¡El desayuno está listo hace media hora, no sé que esperas!

Abrí los ojos como platos y salté fuera de las sábanas lo más rápido que pude.

—¿Frank? —pregunté aún incrédula y abriendo la puerta de mi habitación.

—¿Danielle? —me respondió con evidente sarcasmo.

—¿Ya no estás... Ya no estás enfadado? —inquirí con algo de timidez.

—No —respondió con simpleza mientras revolvía su cabello. Oh, oh, esta nervioso. —, no voy a enfadarme contigo porque tú y yo tenemos una conversación pendiente aún —sonrió —, ahora vamos a desayunar.

Se dio media vuelta mientras yo me había quedado flipando.

Haz memoria, Dann.

Y entonces recordé el trato de hace unos días: pasaríamos tres días sin pensar en las consecuencias, pero el cuarto día aclararíamos todo lo que nunca aclaramos.

El nerviosismo llegó hacia mí también, pero intenté verle el lado positivo, Frank no estaba enojado y quería desayunar conmigo.

Sonreí internamente y corrí a asearme y cambiarme para bajar al primer piso del hotel, en donde se servía el desayuno.

Al terminar de cumplir todas mis necesidades, fui a darle el encuentro a mis amigos.

Definitivamente yo era siempre la tardona, todos estaban ya sentados, riendo y comiendo. Fue allí cuando me di cuenta del hambre que tenía.

Me senté y acompañé a mis amigos en las bromas tontas y, por supuesto, con el delicioso desayuno.

(...)

Ya todos alistábamos nuestras cosas para partir, el vuelo salía en unas horas y Madrid era el destino, de vuelta a casa.

Eva y yo poníamos en orden todo lo que fuese nuestro mientras conversábamos tranquilas y menos frías que el día de ayer.

No mencionó nada de mi beso con Frank, aunque yo estaba segura que ella nos había visto, de todas formas, agradecía eso, no sabría que responderle ahora, prácticamente le había fallado a David, estaba engañandole, y sabía que Ev no se tomaba eso nada bien, y claro, ella tenía toda la razón.

Cuando llegase a Madrid habría muchas cosas que aclararle, una de ellas sería que yo no siento lo mismo por él, no quería ser injusta con David, él se había portado muy bien conmigo, y jugar con lo que siente le haría daño.

Dos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.

—¿Si? —pregunté.

—Dann, soy yo Frank —todo en mí se removió con tan sólo escuchar su voz —, ¿estas ocupada?, es que quería hablar contigo.

Miré a Ev con algo de timidez, pero ella sólo sonrió.

—Claro, allí voy —Dejé las pocas cosas que me faltaban ordenar a un costado y me incorporé para salir de la habitación —. Aquí estoy —dije frente a él y mirando como sonreía.

—Acompáñame.

Frank tomó mi mano y nos dirigió hacia el ascensor, entramos en el y Frank pulsó el número más alto.

En todos estos días que llevábamos hospedandonos, no se me había ocurrido ir hacia la azotea.

Después de unos segundos, algo tensos, subiendo pisos, llegamos.

Abrí mis ojos con sorpresa al observar las hermosas vistas, el atardecer se apreciaba mucho más aquí arriba.

No había casi nada de gente, así que el ambiente era tranquilo, observé a Frank con una sonrisa y él me correspondió de la misma manera, sin soltar mi mano me guió hacia una banca para dos, en donde podíamos seguir disfrutando de la puesta de sol.

—Y bien... —empezó a hablar, supongo que aquí vamos —, quiero escuchar todo lo que tienes que decirme, completamente todo, yo voy a escucharte, luego tú me escucharás a mí y al final tomaremos juntos una decisión.

Asentí y respiré profundamente, eso no era malo, era el momento de botar todo aquello que  me estaba consumiendo.

—Me gustas —solté de repente, ¡Oh, genial Dann, demasiado directa!, ahora espantarás a Frank —, no sé como, cuando, ni porqué, pero siento muchas cosas extrañas por ti —su cara era un poema, era una mezcla de felicidad y miedo, parecía sentirse exactamente igual que yo —. Es lindo, ¿sabes?, porque eres la persona que siempre me hizo más feliz, pero a la vez, es demasiado agotador sentir esto, ya que tienes una novia a la que sé que no vas a dejar... —Frank abrió la boca para decir algo, pero lo callé con el gesto que hice con mi mano —... Y eso no me molesta, Frank, sólo quiero que seas feliz. Por otro lado, también esta David, él es un chico muy majo, y odiaría hacerle daño cuando él ha sido tan bueno conmigo.

Nos quedamos algunos segundos en silencio mientras él solo me miraba, supongo que luego entendió que yo ya había finalizado, así que fue su turno.

—Me gustas, Danielle —Vaya, acabo de sentir mi corazón salirse de su lugar —, me vuelves loco, y eso es muy frustrante. Tampoco sé como sucedió... Bueno, que leches, claro que lo sé, siempre me haz parecido increíble, joder, eres hermosa y tienes una personalidad que me desespera y a la vez me hace adicto. Me gustaste desde la primera vez que te vi en ese Starbucks, pero al verte tan vulnerable sólo quise protegerte, soy tan gilipollas que creo que me ganaba el miedo de hacerte daño yo mismo, soy pésimo para las relaciones creo que lo sabes, así que inconscientemente me conformé con ser tu mejor amigo —creo que no tenía aire en los pulmones, mi cara debía ser épica ahora, simplemente no tenía palabras, quería lanzarme hacia él y besarlo como nunca, hasta que continuó... —, y entonces llegó Claudia, como siempre te dije es una chica muy sexy y aunque ambos sabemos que eso no es suficiente como para amar a alguien, me animé a intentarlo, y aprendí a quererla... Pero nunca a amarla, sin embargo, sé que ella me ama a mí, y al igual que tú con David, yo no quiero hacerle daño.

Frank agachó la cabeza y entonces entendí que ya todo estaba dicho.

—Hey —me acerqué y elevé su mirada para que conectase con la mía, sonreí cuando él me miró y besé su mejilla —. Está bien —murmuré, sintiendo mi corazón hacerse pedazos, pero manteniendo mi fortaleza por fuera —. Es hora de regresar a la realidad.

Frank me mostró una sonrisa nostálgica, pero terminó por asentir.

(...)

Habían sido unas largas y cansadas horas de viaje en las que Frank y yo no volvimos a cruzar palabra alguna, sólo lo hicimos al despedirnos cuando vino a dejarme a casa.

Abrí la puerta agotada y saludé a mamá, le dije que estaba demasiado cansada.

Ella insistía en querer hablar conmigo, pero la convencí en que mejor sería mañana.

Subí hacia mi habitación y me tiré en la cama, entonces recordé a Frank y sentí su ausencia a mi lado.

Definitivamente la realidad apestaba,  pero tendría que acostumbrarme.

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Últimos capítulos.

Hola chicas/os <3, volví y ahora si prometo actualizar con más frecuencia, ya que ya tengo todo el curso de la novela programado :3
Las amo <3 con sus votos me motivan mucho y también con sus comentarios.
Nos leemos pronto.
~Abril.

LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO  c/ sTaXx (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora