LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO c/ sTaXx (EDITANDO)

CAPÍTULO 35: "¡Hora de partir!"

Danielle

¡Hoy era el día!

Hoy viajaría con mis amigos a Los Ángeles, y aunque la idea de ver a Frank a cada momento me daba algo de incomodidad, estaba muy animada.

—¿Así que irás a esa convención por 5 días? —preguntó mamá por enésima vez, ayudándome a empacar mi ropa, Sí, soy tan vaga que aún no lo había hecho.

—Sí, má, creo que ya te lo había dicho unas mil veces.

—Lo sé, pero quiero que te cuides, ¿vale?

—Mamá, ya estoy bastante grandecita, ¿No crees? —añadí con amabilidad.

—Cariño, para mí siempre vas a ser mi pequeña Dann.

Rodé los ojos con diversión, la miré y la abracé.

—Lo sé mamá, pero no me voy a la China, estaré bien.

Ella asintió y continuamos con lo que estábamos haciendo.

—¿Y no irá ese novio tuyo... David?

—David no es mi novio —respondí rápidamente frunciendo el ceño.

—Oh, yo pensé que sí cariño, como últimamente se la pasan muy juntos.

—Sí, es que estamos saliendo, pero aún no hay nada entre nosotros.

—Vaya, ¿Y Frank?

Mierda. Mamá, tú no, por favor.

—¿Qué hay con él?

—Ya no lo veo mucho por aquí —dijo ella encogiéndose de hombros —, extraño a Pepperoni.

—Yo también lo extraño —admití recordando a mi cachorrito, Frank podía hacer con su vida y con su novia lo que quisiese, pero yo aún tenía derecho a ver a mi pequeño perrito.

—Frank podría dejármelo ahora que se van de viaje, ¿No crees?

Mamá tenía razón, en vez de que Frank le pague a alguien por cuidar de Pepperoni, podía darselo a ella por estos días. Mamá iba a cuidarlo mejor y él se ahorraría algunos euros.

—Tienes razón, voy a llamarlo —sonreí y salí de mi habitación para poder tener un poco más de privacidad.

Fui a mi lista de contactos y marqué a aquel número al que agendaba como "Paco".

Un timbre...

Dos timbres...

—¿Bueno? —bien, eso fue rápido.

—Hola, Frank, soy Danielle.

—Lo sé, te tengo agendada —respondió en tono neutral.

—Ah vale, es cierto —suspiré sintiéndome tonta —, hey, quería pedirte un favor, o más bien, quería proponerte algo.

—Te escucho —Demonios, su frialdad me dolía más de lo que imaginé.

—Como viajaremos por cinco días... Es decir viajaremos todos, con los demás chicos y... —me golpeé mentalmente por estar liándome tanto —. Mamá quería saber si podía quedarse con Pepperoni estos días.

—Ah, ¡claro!, sería genial —expresó —estaba pensando en dejárselo a Mangel, pero creo que la sra. Moore será la mejor opción.

—Lo es —aseguré —, ¿A qué hora vienes a dejarlo?

—A las siete, por ahí nos vamos al aeropuerto, si es que quieres, claro, no quiero incomodar a David.

Ok, eso también había dolido.