CAPÍTULO 37: "Lo que pasa en LA, se queda en LA"

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Frank

Estar indiferente con Danielle era algo que al menos podía mantener bajo control, pero el hecho de que ella se encuentre en estos momentos sola en su habitación de hotel, me superaba.

Alex y Eva habían querido pasar la noche juntos, así que yo tuve que pedirme otro cuarto para que la parejita estuviese feliz, y lo peor es que el pringado de mi amigo, conociendo mi poca fuerza de voluntad, me dijo el número de habitación en la que estaba Dann.

Ahora solo estaba dando vueltas y vueltas en mi cama, intentando dormir, pero era en vano.

Joder, que ganas de ir y verla, de decirle que todo esto que me hace sentir es muy confuso y que ella es mía, no de Grefg, ni de nadie.

¡Pero tú tienes novia!

Me recordaba esa molesta voz interior.

Vamos a ver, mi novia es sexy y muy caliente, hasta podría decir que en ocasiones tenemos conversaciones que van más allá del esmalte o la última tendencia en tacones. Pero ella no era Danielle, no era esa chica loca que no le importaba hacer el ridículo si es que era feliz, la chica que me decía:

"Vamos, Paco, si tienes millones de suscriptores con esa cara, no hay cosa que no puedas lograr".

Sonreí al recordar aquello, extrañaba a mi chica maldita sea, pero mi orgullo no me dejaba ir tras ella, yo le dije lo que sentía y ella simplemente lo ignoró, no quiero arruinar más nuestra amistad con mis estúpidas confusiones, era mejor alejarme hasta que se me vayan estas ideas de la cabeza.

Creo que pasaron cinco minutos y todo lo anterior pensado se fue al diablo, tenía que ir a ver a Danielle, iba a ir a ver a Danielle.

Decidido, me levanté de la cama y me puse los zapatos, intenté no hacer bulla, pero fue en vano.

Busqué el número de la habitación que Alex me había dicho, solo esperaba que el cabrón no haya mentido.

Al encontrar la habitación, respiré por algunos segundos, y toqué la puerta con algo de temor.

—Danielle... —murmuré cuando la vi a oscuras abrirme la puerta, se veía hermosa.

—Frank —respondió ella, y eso fue suficiente para perder la cordura.

Me acerqué bruscamente y busqué desesperadamente besarla.

El contacto de nuestros labios me hizo sentir vivo nuevamente y me sentí completo cuando ella empezó a corresponderme.

La besé lento pero a la vez de manera desesperada, quería que sienta lo mucho que la había extrañado.

Después de algunos segundos, nos separamos y ambos nos quedamos mirando, era un hecho que ella no sabía que decirme, se notaba su mirada confundida.

—No preguntes —me apresuré a decir —, mierda, Dann, no imaginas cuanto te he extrañado.

Me acerqué a ella nuevamente y la abracé, Danielle no dijo ni una palabra, pero también me abrazó pasando sus dos brazos por mi cuello.

—Quédate —susurró después de unos segundos y yo asentí.

Ella se separó de mí y camino hacia la cama, se acostó e hizo un espacio para mí, sonreí y la seguí.

Me eché junto a ella y estiré mi brazo haciendo que su cabeza quede sobre mi hombro.

Notaba el ambiente algo incómodo, y eso no me gustaba, entre nosotros nunca nada había sido incómodo.

—Odio que estés tan seria —hablé y ella encaró una ceja.

—¿Me lo dice el señor "Te ignoro todo el viaje"? —reí levemente ante su sarcasmo.

—Digamos que estaba algo cabreado.

—Ya —revoleó los ojos —, últimamente te cabreas mucho.

La vi sonreír y yo también lo hice, me acerqué a su rostro y volví a besarla.

Dann me correspondió, pero al alejarnos, vi como ella se notaba algo inconforme.

—No deberíamos estar haciendo esto, Frank —dijo tímida —, es decir... tú tienes... yo tengo...

—Ya, no lo digas —la interrumpí y una loca y rara idea pasó por mi cabeza —, te propongo algo.

—La última vez que dijiste eso terminamos ebrios en un bar cantando las mañanitas —Solté una carcajada.

—No tiene que ver con alcohol y bares... A no ser que... —Danielle elevó una ceja —, Vale, no, no. Es algo aún más loco.

—Tengo curiosidad, suéltalo.

—Nos quedan cuatro días aquí, ¿vale?

—Vale.

—Quiero que los siguientes tres días la pasemos sin pensar en nada más que en lo que se nos apetece en ese momento, sin culpas, sin remordimientos, sin nada.

—Eso puede ser algo riesgoso —hizo una media sonrisa.

—Ese es el punto...

—Bien, ¿Y el cuarto día?

—El cuarto día quiero que lo aclaremos todo.

—¿A qué te refieres? —preguntó confundida.

—A qué quiero que hablemos con toda la sinceridad posible, de la situación, de lo que sentimos, de nosotros.

Danielle mordió su labio inferior en signo de que estaba nerviosa, y yo también comenzaba a estarlo, felizmente eso aún vendría al cuarto día.

—¿Y luego qué? —Vaya, eso aún no lo había pensado.

Me quedé en silencio un corto tiempo, y después seguí.

—Y luego hay dos opciones —ella se acomodó mejor para prestarme atención —, si después de que aclaremos todo, queremos cambiar en algo la situación, lo haremos. Y si no, cada uno regresa a España, y tenemos nuestra vida como siempre la hemos tenido, nos olvidamos de todo lo que aquí pasó.

—¿Algo así como: Lo qué pasa en LA, se queda en LA? —añadió divertida.

—Exacto —sonreí —, entonces, ¿Qué dices?

—Me gusta la idea, pero tengo una duda.

—Te oigo.

—Si no funciona, y simplemente queremos regresar a nuestra vida normal de España, ¿Voy a perder a mi mejor amigo?

Su pregunta me dolió, y demasiado, ya que vi que en realidad ella lo preguntaba con temor.

Danielle, ¿Cuándo vas a entender que yo ya no quiero ser tu mejor amigo?, lo quiero todo.

—Nunca vas a perderlo, Dann —aseguré y ella se acercó a mí, abrazándome.

Aunque, si era totalmente sincero, ahora no estaba tan seguro de lo último que dije...

***

Desperté por la bendita luz que daba en mis ojos, los abrí y me di cuenta que era porque habían corrido las cortinas.

Me estiré un poco y no tardé en notar que me encontraba solo en la habitación.

Comencé a ver hacia todo lado, intentando encontrar a Dann, pero no estaba por ningún punto de mi campo visual.

¿Y si se había ido?, ¿Y si se arrepintió de todo lo de anoche?, ¿Y si...?

—Buenos días, bello durmiente —saludó saliendo del baño, vestida y con el cabello mojado, era un hecho de que se había duchado —, si esperabas un romántico desayuno en la cama, creo que estas con la chica equivocada.

Reí y negué con la cabeza.

—Joder, olvidaba lo floja que eras —dije con burla y ella puso los ojos en blanco —, ven aquí.

Danielle sonrió y se acercó a mí, sentándose en la cama y mirándome, esperando que yo haga el primer movimiento.

Me incliné hacia ella y la besé, fue un beso corto, pero suficientemente bueno como para empezar la mañana.

—¿Lista para el primer día? —pregunté refiriéndome a lo que ayer habíamos conversado.

—Totalmente.

LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO  c/ sTaXx (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora