CAPÍTULO 50: "Yo soy la novia de mi Mejor Amigo" - Capítulo Final.

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Frank

—¡Levanta ya! —gritó Willy intentado quitarme las sábanas de la cara —. ¡Qué no todos los días se cumplen años, hombre!

—Déjame en paz —balbuceé girándome para darle la espalda y jalando mis sábanas nuevamente hacia a mí.

—Que llevas ahí una semana Frank —me movió bruscamente —, además hueles muy mal, ¿Hace cuánto que no te duchas?

—¡Qué te pires, pesao! —exclamé.

—No me voy a rendir contigo, Frank, tienes que salir de esa cama. No me hagas llamar a Vegetta para que use la fuerza bruta contigo.

Bufé y asentí con la cabeza.

—Cinco minutos y voy a ducharme.

—¡Genial! —sentí los pasos de Willy ir hacia la puerta de mi habitación para salir y darme algo de tiempo en hacerlo yo también —. Ah, y Frank, feliz cumpleaños capullo. 

—Gracias —respondí bastante desanimado.

(...)

—¡Feliz Cumpleaños!—gritó la mayoría al unísono, mientras yo veía a todos mis amigos y conocidos allí, desde Alexby hasta Claudia.

Intenté fingir una sonrisa y algo de sorpresa, saludé a cada uno y di inicio a la fiesta que habían montado en honor a mis 24 años.

Busqué con la mirada cada rincón del lugar y llegué a la conclusión de que la única persona a la que quería a mi lado en este momento, seguro estaba pensando lo peor de mí y seguía sin creer lo mucho que la amaba.

—Venga, tío, anímate —expresó, Rubius, quién venía tomado de la mano con Camila y me sonreían ampliamente.

—Solo estoy algo cansado —mentí.

Camila y Rubius se miraron algo cómplices y sonrieron entre ellos. Enserio, no había nada peor que ver a dos tortolitos frente a mí y lanzándose miraditas.

—Creo que deberías acompañarnos —dijo, Camila, hacia mí.

—Pero, ¿qué dices?

—¡Sí!—le siguió, Rubius —. ¿Acaso no querías salir de aquí?

Rodé los ojos sin entender sus intenciones, pero tal vez podría aprovechar el momento, quizá solo querían darme alguna charla motivacional, esas que ya han intentado todos para subirme el ánimo, y después me dejarían ser libre para ir a mi habitación y simplemente dormir.

—Vale —terminé accediendo.

Ellos sonrieron ampliamente y me dijeron que los siguiese y yo así lo hice.

Salimos de la fiesta y Rubius y Camila pararon un coche para que nos llevase a algún lugar que no llegué a escuchar.

Camila me hizo señas para que me montase en el auto y yo solo les seguí el rollo. Subí en los asientos posteriores, junto a ellos, y todo el viaje los tuve que aguantar haciéndose mimos.

Después de algunos minutos llegamos hacia un Starbucks, Rubius y Camila pagaron al taxista y los tres bajamos.

—¿Y ahora qué? —pregunté algo cansado de todo el misterio.

—Ahora solo quiero que entres a esa cafetería y actúes tal y como lo hiciste hace cuatro años —respondió, Rubius, en tono filósofo.

Yo fruncí el ceño e iba a preguntar algo más, pero Camila elevó su dedo índice indicando que me callara.

—No pierdas más el tiempo, vete ya —ordenó y me hizo señas con su mano para que cruce la calle y entre al establecimiento.

UN MOMENTO...

LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO  c/ sTaXx (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora